La variante ómicron del coronavirus podría llegar a ser dominante en el mundo en cuestión de un par de meses y desplazar a la variante delta, ha afirmado este jueves el director ejecutivo de Airifnity, una compañía de análisis de información científica, Ramus Bech Hansen. Ha sido al mismo tiempo que la mandataria escocesa Nicola Sturgeon señalara que está a punto de suponer el 50% de los casos en su país, por lo que podría convertirse en el primero europeo en que ómicron pasa a hegemónica.
«Ómicron va muy rápido y se ha convertido en la variante dominante en algunos países, especialmente en Sudáfrica, y esperamos que se convierta en dominante en el Reino Unido y en otros países en las próximas semana o meses. No es difícil ver una situación en la que en los próximos dos meses ómicron se convierta en dominante en todo el mundo en vista de que ya ha sido detectada en 82 países», ha dicho Bech Hansen.
En una rueda de prensa organizada por la Federación Internacional de Productores Farmacéuticos, Bech Hasen ha apuntado que sigue siendo pronto para responder seriamente a la pregunta que todo el mundo se hace en relación a la eficacia de las vacunas contra esta nueva variante, detectada inicialmente en el sur de África.
«Es muy pronto para decirlo y hay que ser muy cauteloso antes de sacar conclusiones, aunque parecería que las vacunas funcionan menos bien al menos en casos sintomáticos y hay estudios de hace un par de días que muestran una reducción moderada (de la efectividad) en casos de hospitalización y enfermedad grave», ha comentado durante la presentación de una serie de datos relacionados con la pandemia en el último evento de prensa organizado por el consorcio de farmacéuticas este año.
¿Nuevas vacunas?
El analista señala que también han surgido interrogantes sobre si habrá necesidad de una nueva vacuna para protegerse de ómicron. No hay datos aún para saberlo, pero el director de la Federación de Farmacéuticas, Thomas Cueni, remarca que varias compañías que forman parte de esta entidad le han informado de que las vacunas existentes serían muy efectivas contra cuadros severos causados por ómicron.
«No hay certeza de que se necesite una nueva vacuna porque eso impactaría en la capacidad de producción. Aunque se haga muy rápido, sería mejor que no se necesite», reconoce.
A pesar de eso, las farmacéuticas han decidido adelantarse y han empezado a trabajar en versiones de vacunas nuevas especialmente dirigidas a ómicron. Bech Hasen estima que en este caso los estudios preclínicos tomarían de tres a cuatro meses y cinco meses los ensayos clínicos, lo que implicaría que en septiembre podrían estar listas. En el caso de vacunas modificadas, «en marzo podría haber una autorización de uso».
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