El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU anunció ayer una reducción a partir de enero en las raciones de comida que proporciona a 8 millones de yemeníes, los cuales dependen de su asistencia para sobrevivir, debido a la falta de fondos. A través de un comunicado indicó que se está quedando «sin fondos para continuar proporcionando asistencia alimentaria a 13 millones de personas» y advirtió de que esta medida se produce cuando los yemeníes «están en una situación más vulnerable que nunca», tras siete años de guerra y una creciente crisis económica.
A partir de enero, ocho millones de habitantes recibirán una ración reducida, que supondrá «apenas la mitad de la ración mínima diaria recomendada» de alimentos, mientras que se mantendrá la cantidad que el PMA destina a otros 5 millones que ya se encuentran en «riesgo inmediato de padecer condiciones de hambruna».
«Cada vez que reducimos la cantidad de alimentos sabemos que hay más gente que ya pasa hambre y está en situación de inseguridad alimentaria que se sumará a los millones que están en hambruna», admitió la directora del PMA para Oriente Próximo y Norte de África, Corinne Fleischer.
«Los momentos desesperados requieren medidas desesperadas. Tenemos que estirar nuestros limitados recursos y priorizar, centrándonos en las personas que están en una situación más crítica», afirmó.
Si el organismo de la ONU no consigue nuevos fondos, «pronto serán inevitables más reducciones drásticas».
Incidió en que esta reducción «viene en el peor momento posible», ya que «en los tres últimos meses el consumo inadecuado de alimentos ha aumentado rápidamente» en medio de la devaluación de la moneda local y una hiperinflación en Yemen.
«Los precios de los alimentos han subido a más del doble en muchas zonas de Yemen este año», mientras que «los combates en múltiples frentes continúan obligando a muchas familias a huir» de sus hogares.
El PMA recordó que 16,2 millones de yemeníes, equivalentes aproximadamente a la mitad de la población del país, hacen frente a condiciones de hambre extrema y que la mitad de los niños menores de cinco años (unos 2,3 millones de menores) están en riesgo de malnutrición.
Indicó que, para seguir proporcionando asistencia a los yemeníes más vulnerables hasta mayo, requiere de 813 millones de dólares (unos 720 millones de euros) y que sus necesidades de fondos para todo 2022 ascienden a 1.970 millones (1.750 millones en euros).
Organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales llevan tiempo denunciando que Yemen vive la peor crisis humanitaria del planeta con más de 24 millones de personas necesitadas de algún tipo de asistencia debido principalmente a la guerra.
Daños en el aeropuerto
Por otra parte, los «múltiples» bombardeos llevados a cabo este lunes por la coalición militar encabezada por Arabia Saudí contra el aeropuerto internacional de Sana’a destruyeron tres edificios, según informó el viceportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq. Aseguró que pese a los daños, los vuelos humanitarios continuaban operando. Una comisión de la ONU se desplazó a la zona para valorar los daños materiales. Riad habló ayer de bombardeos «precisos y limitados».
«Pedimos a todas las partes en conflicto que cumplan sus obligaciones bajo el Derecho Humanitario y que adopten todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y las infraestructuras civiles», manifestó. Reclamó que «el aeropuerto se mantenga abierto para operaciones humanitarias». «Todo equipamiento necesario para mantener los vuelos humanitarios debe recibir apoyo para permanecer operativo», demandó.
Solicitó, además, que el puerto de Hodeida (oeste) esté igualmente «totalmente operativo» y abogó por «la reapertura del aeropuerto para el uso civil comercial», en medio del conflicto y el bloqueo impuesto por la coalición internacional contra los hutíes, que controlan Sana’a y otras zonas del norte y el oeste.