EEUU y Rusia han comenzado este lunes tensas conversaciones con un resultado muy incierto, abordando tanto el riesgo de una invasión rusa de Ucrania que denuncia Occidente como la arquitectura de seguridad europea que Moscú quiere rediseñar frenando a la OTAN y rebajando los despliegues militares, entre ellos el nuclear.

Precedida de declaraciones por parte de ambas partes con escasas esperanzas de que se lograra algún acercamiento, la reunión de nueve horas, en la representación diplomática estadounidense en Ginebra, ha estado liderada por los viceministros de Relaciones Exteriores de los dos países, Wendy Sherman y Sergei Riabkov, y ha dejado pocos avances más allá del propio comienzo de un diálogo abierto.

«No tenemos ningún plan, ninguna intención de atacar a Ucrania, y no puede haberlo», ha asegurado Riabkov que también ha insistido en que tampoco hay motivos para temer una posible escalada ni la invasión de la que Kiev y Occidente advierten, ya que «todas las operaciones para la preparación militar de las tropas se efectúan en los márgenes de nuestro territorio».

Al mismo tiempo, ha insistido en que Rusia necesita garantías «escritas en piedra» de que Ucrania y Georgia nunca se convertirán en miembros de la OTAN.

«Se han tomado en serio nuestras iniciativas»

Con respecto a la posibilidad de que esa ampliación se produzca durante la cumbre aliada de junio próximo en Madrid, ha admitido que en las negociaciones de ayer –«complicadas, pero muy profesionales, profundas y concretas»– no hubo avances.

«Tenemos la impresión de que la parte estadounidense se ha tomado nuestras iniciativas con mucha seriedad», señaló.
El diplomático volvió a hacer hincapié en que las garantías de seguridad sobre la no ampliación de la OTAN son un «imperativo absoluto» para Rusia, al igual que ocurre con el despliegue de armamento ofensivo que amenace territorio ruso.

Además, la Alianza Atlántica debe renunciar a la asimilación del territorio de los países que ingresaron en el bloque desde 1997.

«Si no hay avances en estas tres direcciones clave (...), el trabajo en otros aspectos, aunque sean importantes, estará en el alero», ha añadido.

Riabkov ha admitido que la diplomacia rusa busca un «equilibrio de intereses», pero que no puede  hacer concesiones en estos tres aspectos.

Además, ha apelado a EEUU a «la máxima responsabilidad», ya que «no se pueden minusvalorar los riesgos relacionados con un posible agravamiento de la confrontación».

Con respecto a una posible segunda ronda de negociaciones con EEUU, el viceministro ruso aseguró que Moscú tomará una decisión después de las consultas con la OTAN de mañana en Bruselas y la reunión que se celebrará al día siguiente en Viena en el marco de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

«De todas formas, esto no debe alargarse. No puede transformarse en un proceso que lleve meses o años», ha señalado.

Expansión de la OTAN

La subsecretaria de Estado de EEUU, por su parte, ha rechazado las demandas rusas sobre la expansión de la OTAN o el refuerzo militar de Ucrania alegando que no puede prohibir a otros países tejer alianzas.

«Un país no puede cambiar la frontera de otro por la fuerza, dictar los términos de terceros países o prohibirles tener alianzas», advirtió Sherman, mientras el Kremlin quiere que el acuerdo ruso-estadounidense sea el que marque la pauta.

La «número dos» de la diplomacia estadounidense señaló no obstante que en las reuniones hubo un diálogo abierto sobre la posibilidad de reducir recíprocamente las maniobras militares en zonas de Europa fronterizas entre la OTAN y el área de influencia de Rusia.

También se ha discutido la solicitud rusa de reducción de armamento nuclear y no nuclear en suelo europeo, aunque precisó que se necesitan «debates más profundos sobre la cuestión».

Washington tiene menos prisa

«La negociación en un asunto tan complejo como el del control de armamento no puede concluirse en cuestión de días, ni siquiera de semanas», ha indicado en referencia a la propuesta rusa de un tratado que incluya compromisos mutuos de no emplazamiento de más misiles de corto y medio alcance en suelo europeo.

Sherman ha reclamado a Rusia «pasos concretos hacia la desescalada de tensiones» acusando a Moscú de invadir «Ucrania en 2014, alimentar una guerra civil en la parte oriental de ese país, y crear una nueva crisis para toda Europa».

La cena del domingo entre los dos negociadores ya presagió un encuentro con escasos acercamientos. Para Moscú, la demanda clave es obtener garantías de seguridad, a través de tratados vinculantes que impidan cualquier ampliación de la OTAN hacia sus fronteras, en particular a Ucrania, donde Kiev reclama insistentemente la adhesión a la Alianza.

Aunque Ucrania ha sido un candidato para ingresar en la OTAN durante años, los miembros de la Alianza han mostrado poco entusiasmo por satisfacer esta demanda, pero mantienen la oferta para irritación de Moscú.

Próximas reuniones

Las cuestiones multilaterales, según el Departamento de Estado de EEUU, deberían reservarse para los encuentros que Rusia mantendrá mañana en Bruselas, junto a EEUU y otros miembros de la OTAN, y el jueves en Viena, en el marco de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

EEUU y la OTAN han amenazado a Rusia con «consecuencias masivas» si interviene en Ucrania, ante cuya frontera de uncia que ha desplegado decenas de miles de soldados rusos.

Putin, quien se reunió dos veces con su homólogo estadounidense. Joe Biden, en diciembre, advirtió de que nuevas sanciones contra su país serían un «error colosal».

También replicó con la amenaza de una respuesta «militar y técnica» en caso de «el mantenimiento de la línea claramente agresiva» de sus rivales occidentales. El Kremlin acusa a EEUU y sus aliados de provocar a Rusia colocando al ejército en sus puertas y armando al Ejército ucraniano.

«El riesgo de un nuevo conflicto es real», advirtió el viernes el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.