«Perdone, ¿avenida de América 25 dónde es?», preguntó Pablo al salir del metro, un joven de Barranquilla, alto y mulato, que cuando se indaga, comenta que está buscando la sede central de UGT donde hablará el candidato que va a votar. «Quiero verlo a Petro, es nuestra última esperanza creo yo», comenta.

Se suma luego a la larga fila de más de 200 metros de centenares de colombianos que se acercaron al auditorio ubicado al norte de Madrid en el que concluyó su intensa agenda en el Estado español el candidato de Pacto Histórico, el progresista que lidera todas las encuestas para los comicios de mayo próximo.

Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá y dos veces competidor para la presidencia, venía de Barcelona y el lunes tuvo una intensa agenda: se reunió con la ministra Ione Belarra, con la vicepresidenta Yolanda Díaz, y finalmente en Ferraz con el presidente, Pedro Sánchez. También comentó que tuvo un encuentro privado con empresarios de varias ramas y, para sorpresa del público y varios de sus acompañantes, con el expresidente Felipe González (cuyo nombre disparó algunos silbidos y abucheos en la platea).

«Planteamos a todos que la política internacional del Pacto Histórico priorizará la lucha contra el cambio climático, dado que es el principal problema de la humanidad y para nosotros puede ser una enorme oportunidad de desarrollo, otra manera de entender la economía y el Estado«, afirmó. Además, dijo que priorizará «que se restablezcan los derechos fundamentales de la ciudadanía colombiana en el exterior, que sean vistos como seres humanos y no como esclavos».

Adelantó que buscará imitar la política laboral del Gobierno español y que convocará a un diálogo con el empresariado colombiano y el movimiento obrero, y lamentó que hoy en día en Colombia «organizar a los trabajadores es casi una declaratoria de muerte».

«Dejemos de matarnos»

Petro llamó a «reconstruir la humanidad y humanizar Colombia y la política», para crear lazos de solidaridad y dejar de matarse, «que parece ser la tradición perpetua» de su país. En ese sentido, cuestionó duramente al presidente, Iván Duque, por la represión en las movilizaciones de la juventud y denunció que aún hay 60 desaparecidos y 2.000 presos, «además de decenas de muertos».

Sobre su reunión con González, Petro señaló que el expresidente le habló de la transición española y el candidato la destacó porque, «con todas sus imperfecciones, fue un camino pacífico de una terrible dictadura a una democracia moderna, con los problemas de una democracia, claro». Enfatizó que su Gobierno deberá «hacer una transición de un autoritarismo, de un fascismo a la colombiana, hacia una democracia, no al estilo europeo, sino democracia multicolor, latinoamericana».

A los empresarios con intereses en Colombia dijo haberles transmitido la necesidad de transitar «de una economía extractiva a una productiva, alejada del carbón y con democratización del crédito». Y también lamentó que, «a diferencia de España o Estados Unidos, en Colombia la pandemia multiplicó la pobreza» porque «se luchó contra el virus con políticas neoliberales. Puede morir más gente consecuencia del hambre hoy que del virus, porque el virus de Colombia fue Duque»

Antes de Petro hablaron representantes de UGT y CCOO, del PSOE, candidatos a diputados por la diáspora colombiana en Europa, y el secretario de Estado y presidente del PCE, Enrique Santiago, quien emocionado con la voz quebrada, invocó a García Márquez y concluyó: «Contigo Petro, las estirpes condenadas a cien años de soledad tendrán una segunda oportunidad en la Tierra».