El Athletic ha conseguido el billete a la final de la Supercopa gracias al acierto en las jugadas de estrategia en el tramo final del partido. Ha sido mejor que el rival en esa faceta, que también se ha adelantado en el marcador a la salida de un córner, ayudado por un malentendido entre Unai Simón y Yeray.
Y es que el partido apenas ha tenido muchas más cosas. En la primera parte han jugado a no cometer errores, con un juego muy lento a la hora de atacar, como si esperaran una ayuda divina. Solo un disparo de Williams a pase de Oihan Sancet ha sido lo más destacado de los vizcainos en los primeros 45 minutos, mientras que por parte de los colchoneros, además del gol anulado a Joao Félix por fuera de juego a los 8 segundos de juego, se ha ido diluyendo. No es una buena estrategia enviar centros al área si tus delanteros referentes son el portugués o Correa.
La segunda mitad ha empezado con más ritmo, en cualquier robo se atisbaba algo más de velocidad. Con poco se conforma una después de un aburrido primera mitad. No obstante, ninguno de los dos ha inquietado al meta rival hasta que en el minuto 62 un cabezazo nada peligroso de Joao Félix se ha colado entre las redes.
El remate del portugués al palo largo de Simón ha provocado un mal entendido entre Yeray y el guardameta vizcaino, y mientras tanto, el balón ha seguido su dirección al poste y tras la estirada de Simón, ha tocado en su espalda para terminar entrando a las redes.
La chispa de Nico Williams
Ante un gol que ha llegado de manera algo sorpresiva –el Atlético de Madrid apenas ha hecho merecimientos para abrir el marcador–, Marcelino ha querido –y de alguna forma, se ha visto obligado– a meter más chispa en el partido. Faltaba algo menos de media hora para finalizar el tiempo reglamentario, y con un triple cambio ha querido cambiar de rumbo el juego de su equipo. Nico Williams, Raúl García y Vesga han entrado en el lugar de un desaparecido Berenguer en ataque, un Oihan Sancet que ha estado bastante acertado con lo poco que ha entrado en juego y de un Zarraga que ha cumplido con su labor.
Y para más chispa, la que tiene el pequeño de los Williams. Ha vuelto loco al que estaba siendo uno de los mejores colchoneros como ha sido Mario Hermoso. Suyo ha sido el centro que ha acabado siendo el córner en el que ha llegado el gol del empate. El centro raso de Nico ha sido despejado por Koke y el córner botado por Muniain ha sido perfectamente rematado por Yeray –minutos antes Iñigo Martínez también se había impuesto en una jugada de estrategia, uno de los puntos a corregir por el equipo de Simeone– para así resarcirse de su parte de error en el primer gol de Joao Félix.
El Atlético de Simeone se ha visto superado, ni con Luis Suárez en el campo ha sido capaz de producir algo efectivo en ataque mientras Nico Williams seguía a lo suyo. Ha puesto a prueba a Oblak y en el saque de esquina que ha precedido al despeje del esloveno, el pequeño Williams ha enganchado un balón suelto para poner el 1-2, un marcador que no se ha movido hasta el final.
El domingo a las 20.00 se las verá en la final con el Real Madrid en el mismo escenario. Con el del domingo, este Athletic sumará su cuarta final en apenas dos años (la final de Copa de 2020 y la de 2021; la de la Supercopa del año pasado y la de este año).
La otra nota positiva de esta semifinal ha sido la vuelta de Yuri Berchiche a los terrenos de juego después de casi nueve meses en el dique seco. Mientras, la nota negativa ha sido la falta de Giménez a Iñigo Martínez en el tiempo añadido por el que ha sido expulsado con roja directa. La bota del uruguayo ha impactado con la cara del defensor ondarroarra forzando un choque de lo más impactante.