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Al menos 300 yihadistas se rinden en el asedio a la cárcel de Hasaka, con más de 200 muertos

Al menos 300 miembros del Estado Islámico se han rendido a las FDS kurdas que siguen intentado retomar el control de la prisión de Ghwayran, en Siria, en un incidente que ha dejado ya 200 muertos. Las FDS responsabilizan a Turquía de coordinar el ataque y es incierta la suerte de unos 700 niños.

Fuerzas de las FDS patrullan en la ciudad de Hasaka, donde se ha impuesto el toque de queda.
Fuerzas de las FDS patrullan en la ciudad de Hasaka, donde se ha impuesto el toque de queda. (Delil SOULEIMAN | AFP)

Unos 300 miembros de Estado Islámico (ISIS) se han rendido tras el inicio del asalto de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) a la prisión de Gwhayran de la ciudad de Hasaka, donde los yihadistas se amotinaron el jueves tras un ataque coordinado con atacantes suicidas.

Las FDS continúan con el asedio a las instalaciones de la prisión, donde se han atrincherado los yihadistas y han muerto al menos 200 personas.

«Durante la noche, las FDS dieron a Estado Islámico la oportunidad de rendirse. A las 5.00, después del plazo marcado, nuestras fuerzas asaltaron un edificio. 300 individuos se rindieron», han informado las FDS en un comunicado.

Las milicias de las FDS, cuya columna vertebral son las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG), han destacado que «la operación se desarrolló según lo previsto» y que prosiguen con los registros en el barrio que rodea la prisión en busca de miembros de las células que han apoyado a los amotinados.

Además, denuncian que los yihadistas han utilizado escudos humanos en unos enfrentamientos que se han saldado en las últimas horas con ocho yihadistas y cuatro milicianos de las FDS muertos.

Responsabilizan a Turquía

Mientras, la Comisión de Interior de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) ha impuesto un toque de queda de una semana en la provincia de Hasaka en respuesta a estos incidentes. La medida no afecta a los servicios esenciales, incluidas las panaderías, centros de salud y oficinas públicas.

Por otra parte, ha señalado a Turquía como responsable del ataque, al afirmar que el fracaso de Ankara a la hora de impedir las actividades de las autoridades kurdas en Siria le han llevado a recurrir a Estado Islámico para socavar el autogobierno del norte y este de Siria.

Durante las últimas horas, la coalición internacional encabezada por Estados Unidos ha llevado a cabo bombardeos contra posiciones de los yihadistas en la prisión como apoyo a las operaciones de las FDS.

Por su parte, el comandante del la misión estadounidense, John Brennan Jr., ha destacado que «en su desesperado intento de mostrar relevancia, el Estado Islámico ha dictado una sentencia de muerte para muchos de los suyos que participaron en este ataque».

«Muchos detenidos de Estado Islámico robaron armas a los guardias de la prisión, a los que asesinaron, y tras ello se enfrentaron a las fuerzas de reacción rápida de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)», ha señalado.

Evacuación de niños

En este contexto, la organización no gubernamental Save the Children ha reclamado la evacuación inmediata de cerca de 700 niños de la prisión, después de que las FDS advirtieran de que no podían asumir la responsabilidad de la situación de los niños atrapados debido a los combates.

La ONG ha indicado que alrededor de 700 niños se encuentran detenidos en la prisión después de que las FDS tomaran en 2019 la ciudad de Baghuz, el último bastión de Estado Islámico, sin que por ahora haya informaciones sobre su situación en la interior de la prisión.

En este sentido, Save the Children ha indicado que el organismo y otras organizaciones han recibido unas grabaciones de audio que apuntan a que ya ha habido víctimas entre los menores, mientras que las FDS han señalado que los niños estaban siendo usados como escudos humanos.

«Lo que escuchamos de la prisión de Ghueiran es profundamente angustioso. La información sobre niños asesinados o heridos es trágica e indignant», ha indicado Sonia Khush, directora de respuesta humanitaria de Save the Children en Siria.

«Todos los involucrados en los combates en la prisión de Ghueiran tienen la responsabilidad de proteger a estos niños de cualquier daño y los instamos a tomar todas las medidas posibles de inmediato para garantizar que estos niños puedan salir a salvo», ha añadido.

Asimismo, la ONG ha reclamado que los niños reciban apoyo médico por las heridas sufridas y contar con acceso a servicios psicológicos para recuperarse del trauma de cara a su futura reintegración en la sociedad.

Save the Children ha resaltado que muchos de los niños recluidos en la prisión son de países extranjeros, por lo que ha considerado a los gobiernos de estos países como responsables de la situación. «El riesgo de muerte o lesiones está directamente relacionado con la negativa de estos gobiernos a llevárselos a casa», ha zanjado Khush.

10.000 desplazados

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha instado a las partes a facilitar el acceso humanitario a la zona del conflicto después de que unas 10.000 personas huyeran de sus hogares debido a la violencia.

«Con unas temperaturas por debajo de cero estamos muy preocupados por esta gente que ha tenido que huir de sus hogares y necesitan refugio, comida, agua, atención sanitaria y, por encima de todo, un entorno seguro», ha apuntado el director de la delegación del CICR en Siria, Christophe Martin.

Las ambulancias de la Media Luna Roja Siria han colaborado con la evacuación y ha prestado atención sanitaria a quienes lo necesitaban. «Los civiles que no participan en las hostilidades deben poder eludir el daño y permitírseles ponerse a salvo», ha insistido Martin.

El asalto comenzó el jueves con dos atentados suicidas de camiones cargados con explosivos detonados en la puerta principal y uno de los muros de la prisión, ha informado la agencia de noticias Amaq, afín al grupo yihadista.

El mayor ataque yihadista en tres años

Las FDS aseguran por su parte que unos 200 suicidas participaron en la incursión, que consideran ya la acción más importante del grupo en los tres últimos años, ya que en la prisión había unos 5.000 presuntos miembros de Estado Islámico. Unos 800 habrían logrado fugarse.

Las FDS anunciaron el 23 de marzo de 2019 la toma de la localidad de Baghuz y la caída del conocido como califato de Estado Islámico en su forma territorial, ya que no controlan ninguna zona en Siria ni en Irak, donde fue derrotado en diciembre de 2017.

Sin embargo, el grupo ha incrementado sus ataques durante los últimos meses, especialmente en el citado triángulo entre las provincias sirias de Alepo, Hama y Raqqa, lo que ha provocado que el Ejército de Rusia haya aumentado igualmente sus bombardeos en apoyo a las tropas gubernamentales, que mantienen un tenso 'statu quo' con las milicias de la región autónoma kurda del noreste del país.

Tras el ataque a la prisión, la Asamblea General del Gobierno Autónomo del Norte y Este de Siria ha vuelto a reclamar el regreso de los miembros del ISIS recluidos allí a sus países de origen, una demanda a la que los estados aludidos han hecho hasta ahora oídos sordos.