Iruñea ya tiene Plaza de la Constitución, como Jaén, Toledo, Almería o Donostia
Iruñea tenía una carencia, según ha destacado hoy el alcalde Enrique Maya, ya que ningún espacio en su callejero rendía homenaje a la Constitución española de 1978. Desde hoy, ya está «solucionado». Hoy han inaugurado la placa, colocando a la capital navarra al nivel de Jaén, Toledo o Donostia.
Iruñea ya es como Madrid, Zaragoza, Logroño, Toledo, Jaén, Almería, Ceuta o Donostia, entre otras ciudades. Hasta ahora, en su callejero no había una plaza dedicada a la Constitución española de 1978. A partir de hoy, ya puede verse la placa con esta denominación en lo que se conocía como Plaza del Baluarte. Así lo ha destacado el alcalde de Iruñea, Enrique Maya, durante la inauguración de la placa colocada en las taquillas del auditorio.
La iniciativa del cambio de nombre ha sido tomada por el alcalde tras recibir un requerimiento del colectivo españolista Sociedad Civil Navarra en este sentido. Junto al presidente de este colectivo, Eduardo López-Doriga, han asistido al acto el vicelehendakari Javier Remírez; el delegado del Gobierno español, José Luis Arasti; el jefe de la Policía Foral, Juan Carlos Zapico; el jefe superior de la Policía española en Nafarroa, José María Borja; el coronel jefe de la Guardia Civil en Nafarroa, José Santiago Martín; el comandante militar del Ejército español, Francisco Germán Martínez Lozano; y el jefe de la Policía Municipal de Iruñea, Javier Goya.
Junto a ellos se encontraban los concejales de Navarra Suma y del PSN, además del presidente de UPN, Javier Esparza, y el parlamentario de Ciudadanos (Navarra Suma) Alberto Bonilla.
El objetivo del cambio de denominación ha sido claro, según ha destacado Maya, reconocer el papel de la Constitución española de 1978. «Nuestro país se dotó de una constitución que preservó y sigue preservando la convivencia entre diferentes y protege los derechos y libertades de todos los ciudadanos», ha señalado antes de proclamar que «la Transición fue muy alabada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras».
Siguiendo con esta línea, Maya ha leído el preámbulo de la Constitución española, «que a pesar de que han pasado ya 44 años de su elaboración, sigue teniendo absoluta vigencia». Este es el texto del preámbulo leído por Maya: «La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo. Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. Establecer una sociedad democrática avanzada, y colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra».
Hagiografía de la Transición
El alarde de hagiografía constitucionalista ha continuado con la intervención de López-Doriga, que ha mostrado su satisfacción por el cambio de denominación y ha subrayado que «nuestra Carta Magna fue apoyada por aproximadamente el 90% de los españoles, gracias a la generosidad de unos políticos que antepusieron a sus diferencias la reconciliación y la concordia, en un ejemplo de tolerancia y transversalidad que dejaba atrás décadas de enfrentamiento entre las dos Españas».
Pese a estos «méritos», la Constitución española también tiene detractores que intentan minar su referencialidad. «La proliferación de discursos guerracivilistas y deslegitimadores de nuestra Constitución, así como las actuaciones irresponsables contrarias a nuestra indisoluble unidad y a nuestro ordenamiento jurídico, hacen más necesario que nunca la presencia de voces y símbolos que nos lleven de vuelta a ese consenso que nos caracterizó en la Transición para recuperar la senda del verdadero progreso», ha proclamado López-Doriga.
Junto a ello, el presidente de Sociedad Civil Navarra también ha destacado que en la rebautizada Plaza de la Constitución se encuentra el monumento a las «víctimas del terrorismo», a las que ha calificado de «escudo humano que nos protegió a todos frente a unos asesinos que tenían como verdadero objetivo destruir nuestra Constitución, garante de nuestro sistema democrático, por medio del crimen y la extorsión».
Además, ha recordado que, según señala el estudio histórico que realizaron, la actual Plaza de la Constitución acogió el baluarte de San Antón y el cuartel de infantería General Moriones, «que defendieron a los ciudadanos de Pamplona durante su historia». No ha hecho referencia a que, al igual que el solar en el que actualmente se levanta El Corte Inglés, también fue un aparcamiento al aire libre.
Tras los discursos, Maya y López-Doriga han retirado el fieltro que cubría la placa con la nueva denominación. «Plaza de la Constitución», señala, obviando una de las dos lenguas propias de la ciudad. El euskara, en cambio, sí aparece en la explicación del nombre que se incluye en la placa. «Consitución Española de 1978. 1978ko Espainiako Konstituzioa». No vaya a ser que alguno piense que se refiere a la de 1931. Que Felipe de Borbón viene mucho últimamente al Baluarte.
Lo siguiente, la bandera de Nafarroa
Tal y como anunció en su momento, Maya ha confirmado, en declaraciones a los periodistas tras el acto, en el que no ha sonado el himno de España, que la siguiente actuación en este ámbito será la colocación de un gran mástil con la bandera de Nafarroa en la plaza de los Fueros.
Ha explicado que los problemas existentes para la distribución de materiales han retrasado el proyecto, pero que el plan sigue adelante. Ha subrayado que la bandera navarra se podrá ver desde la Plaza de la Constitución.