El fútbol es tan variable como el tiempo. Y Juan Cruz puede dar fe de ello. Después de ser fichado del Elche en 2020 –la anterior campaña había sido el mejor lateral zurdo de Segunda–, su rendimiento deportivo durante el primer ejercicio como rojillo no resultó el esperado.
Consecuencia de ello, el pasado mercado veraniego, el club navarro se hizo con dos nuevos futbolistas para ese puesto –Cote y Manu Sánchez–, lo que relegaba al jugador madrileño casi al ostracismo, llegándose a hablar incluso de una posible salida en calidad de cedido.
Pasados unos meses, y cosas de este deporte que tanto encumbra como hunde en un abrir y cerrar de ojos, su situación ha dado un giro de 180 grados. La explicación no tiene mayor misterio, viene dada por un cambio de posición que le ha venido que ni pintado.
Arrasate, al que le gusta que su equipo sea versátil ejecutando sobre el césped diferentes dibujos tácticos, utilizó al inicio de este curso, como ya había hecho en otras ocasiones, una disposición con cinco defensas ante rivales teóricamente superiores.
La imposibilidad de contar con Aridane, prácticamente inédito esta temporada por sus problemas físicos, propició que el preparador vizcaino probase con Juan Cruz como el tercer central más escorado al costado izquierdo, puesto que no le era desconocido al jugador.
El ensayo resultó positivo en El Madrigal –venció Osasuna 1-2– y en el Bernabéu –la escuadra navarra arrancó un sufrido punto–, con destacada aportación de un Juan Cruz que ha demostrado sentirse más cómodo en un espacio que le demanda menor exigencia física que en la banda y en el que se encuentra más cómodo a la hora de salir con el balón jugado.
Esa circunstancia ha posibilitado que ya haya acumulado 13 partidos –12 titularidades y 1.046 minutos–, convirtiéndose en un fijo de las alineaciones de Arrasate desde comienzos de diciembre. Su capacidad para darle la vuelta a la situación y transformarse en una pieza básica recibe ahora la recompensa de la ampliación de su contrato por un año más.
Así, la entidad rojilla ha confirmado que prorroga hasta 2024 la relación contractual entre las dos partes, pasando su cláusula de rescisión a ser de 15 millones en Primera. A sus 29 años, el nuevo rol del madrileño viene a cubrir una posición para la que el equipo no tenía hasta ahora un futbolista específico.