El esperado informe de la funcionaria pública Sue Gray sobre las fiestas en Downing Street ha visto la luz, finalmente, este lunes. La alta funcionaria británica critica que se permitió que se celebraran reuniones sociales «difíciles de justificar» durante el confinamiento.
Los hallazgos se han publicado en la página web del Gobierno británico de forma «extremadamente limitada», después de que Scotland Yard dijera la semana pasada que estaba investigando algunas de estas reuniones y solicitase que no se obstaculizasen las pesquisas. «Como resultado de las investigaciones de la Policía Metropolitana, y para no perjudicar el proceso de investigación, me han dicho que sólo sería adecuado hacer una referencia mínima a las reuniones en las fechas que están investigando», ha señalado Gray.
En el informe, no critica personalmente a Boris Johnson, pero destaca la falta de liderazgo del premier británico en el número 10 de Downing Street y la Oficina del Gabinete para evitar esas celebraciones.
El informe, que consta de 12 páginas, apunta a un «incumplimiento grave» de las normas contra el covid-19: «Al menos algunas de las reuniones en cuestión representan un incumplimiento grave no solo de los altos estándares que se esperan de quienes trabajan en el corazón del Gobierno, sino también de los estándares que se esperan de toda la población británica en ese momento».
En esa línea, añade que «parece que se pensó muy poco en lo que estaba sucediendo en todo el país al considerar la idoneidad de algunas de estas reuniones, los riesgos que presentaban para la salud pública y cómo podrían aparecer ante el público».
Gray también ha encontrado dos nuevos eventos, una reunión del personal el 18 de junio de 2020 y otra el 14 de enero de 2021, además de un tercer encuentro el 17 de diciembre de 2020, fecha de la que ya habían trascendido dos celebraciones. En total, se han investigado 16 reuniones y 12 de ellas están en manos de Scotland Yard.
Entre todas, la prensa británica destaca una del 13 de noviembre de 2020, cuya organización se atribuye a Carrie Symonds, pareja de Johnson.
El informe también apunta a que «había personal preocupado por lo que estaba sucediendo que se sentía incapaz» de denunciarlo y a una «cultura de consumo excesivo de alcohol».
Boris Johnson: «Lo arreglaré»
Johnson ha comparecido ante la Cámara de los Comunes y ha pedido perdón, pero no ha mostrado intención alguna de renunciar o adelantar elecciones. «En primer lugar, quiero pedir perdón. Lo entiendo y lo arreglaré», ha señalado.
El premier británico ha aceptado «en su totalidad» el informe. «Debemos mirarnos en el espejo y debemos aprender. Yo, por supuesto, acepto los hallazgos generales de Sue Gray en su totalidad», ha apuntado.
Tras arrepentirse de lo que no hizo «bien», ha señalado que entiende «la ira de la gente», pero ha insistido en que su Ejecutivo solucionará esos comportamientos: «Sé cuál es el problema, es si se puede confiar en que este Gobierno cumpla. Y digo que sí, se puede confiar en que cumpliremos. Dijimos que haríamos el Brexit y lo hicimos», ha señalado en el segundo aniversario de la implementación del divorcio con la Unión Europea.
Johnson ha señalado que «en los próximos días» extenderá sus conclusiones, pero que se centrará en «mejorar» el número 10 de Downing Street y la Oficina del Gabinete, creando una Oficina del Primer Ministro, con un secretario permanente.
Theresa May se une a la oposición
Keir Starmer, líder laborista, ha acusado a Johnson de «esconderse detrás de la investigación policial» para no dimitir, ya que el informe «incluye la conclusión más condenatoria posible». Ed Davey, líder liberal demócrata, se ha sumado a esa petición y le ha preguntado al primer ministro si comprende el daño que ha causado a las familias en duelo que se perdieron los funerales, mientras el número 10 estaba de fiesta. «¿Renunciará?»
El líder del SNP en Westminster, Ian Blackford, ha ido más allá y ha acusado a Johnson de mentir, algo prohibido en la Cámara de los Comunes, tras lo que ha sido expulsado.
Sin emabrgo, las críticas no han llegado solo de la oposición. La conservadora y antecesora de Johnson al frente del Gobierno, Theresa May, se ha mostrado muy crítica con el premier británico. «La gente tenía derecho a esperar que Boris Johnson entendiera las reglas y las siguiera. Pero el informe Gray muestra que el número 10 no estaba siguiendo las reglas. O Johnson no las había leído, o no las entendió, o pensó que no se aplicaban a él. ¿Cuál fue?», ha preguntado. Johnson se ha limitado a señala que el informe no apunta eso.
Y no ha sido la única compañera de partido en dar la espalda al líder conservador. Andrew Mitchell, el exsecretario de desarrollo internacional tory, ha remarcado que ha apoyado a Johnson desde hace 30 años. «Ahora ya no puede mantenerlo», ha señalado. Decenas de parlamentarios conservadores han dado la espalda de forma pública al primer ministro.