El BBVA ha presentado este jueves una previsión «prudente» sobre el crecimiento de la economía de la CAV en términos de producto interior bruto (PIB) –un 5,3% este año y un 4,5% en 2023–, que se podría superar porque este primer trimestre del año va mejor de lo esperado.

Estas estimaciones han sido dadas a conocer en un encuentro con los medios en el que han participado el responsable de Análisis Económico de BBVA, Rafael Doménech y el director de la Territorial Norte BBVA, Carlos Gorría, quienes han presentado el informe ‘Situación País Vasco 2022’ desde Gasteiz, donde previamente se lo han expuesto al lehendakari Iñigo Urkullu y al consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu.

Doménech ha señalado que, de cumplirse sus previsiones, la economía de la CAV crecería tres años seguidos (2021-2023) muy por encima de lo habitual, con lo que a finales de este año se recuperarían los niveles prepandemia.

Ha matizado que se trata de unas previsiones «prudentes» porque habían calculado una desaceleración en el primer trimestre (un crecimiento de solo el 0,5%) por los efectos de la variante ómicron, el retraso en los fondos europeos o los cuellos de botella que han afectado a las cadenas de producción. Pero, como ha explicado, «el impacto de la sexta ola ha sido menor» y los datos de afiliación a la Seguridad Social indicarían que se estaría ya creciendo en torno al 1,5%.

De cumplirse estas previsiones, se crearían, en promedio del año, unos 56.000 nuevos empleos entre 2020 y 2023, lo que permitiría acabar 2022 con una tasa de paro del 9% y bajar hasta el 8,3% el próximo año.

El ahorro de los hogares y la producción de las empresas

Las bases de este crecimiento serán la utilización del ahorro acumulado por los hogares –una cantidad importante del PIB, 5-6%–, que puede destinarse a consumo o a inversión residencial; el impulso de fondos europeos –en la CAV la licitación de obra pública puede ir con mayor rapidez que la media del Estado–; y la elevada capacidad productiva sin utilizar de las empresas vascas.

Los expertos del BBVA también han indicado que el sector que está sorprendiendo en positivo es la exportación, especialmente de semifacturas y automóvil, siendo más lento para los bienes de equipo.

En cuanto a los riesgos a corto plazo, han mencionado los generales: cuellos de botella en los suministros, alta inflación, tensiones en los mercados por la retirada de estímulos de los bancos centrales y Ucrania, más un riesgo específico para la CAV, donde los precios de las exportaciones de bienes están creciendo más que en el conjunto del Estado.

Esta alta inflación en las exportaciones puede incrementar el riesgo de pérdida de competitividad en el exterior.

Reforma laboral e inflación

En la rueda de prensa, Doménech también ha respondido a varias preguntas de economía general, como la reciente aprobación de la subida del salario mínimo interprofesional a 1.000 euros por 14 pagas. Ha comentado que, en general, «subir el salario mínimo tiene efectos positivos, pero también negativos sobre determinados colectivos mas vulnerables, pero seguimos sin evaluarlo».

Respecto a la reforma laboral, ha opinado que podía haber sido «más ambiciosa, pero da certidumbre, y puede servir para reducir la tasa de temporalidad, sobre todo en el sur (del Estado), menos en Euskadi».

En cuanto a la inflación, considera que se va a mantener alta en la primera mitad de 2020, por los cuellos de botella, que se van a normalizar en la segunda mitad del año, época en la que el IPC se empezará a comparar con el de 2021. Con ello, calcula acabar 2022 en torno al 2% y un promedio anual por encima del 3%.

La excomisaria europea Hedegaard entra en el consejo

Por otro lado, el consejo de administración de BBVA propondrá el próximo 18 de marzo a su junta general de accionistas el nombramiento de la excomisaria europea Connie Hedegaard, experta en sostenibilidad, como nueva consejera, con lo que elevará la representación femenina al 40%.

La entidad ha destacado que Hedegaard tiene un perfil «altamente cualificado» en el ámbito de la sostenibilidad y el cambio climático, pues fue comisaria europea de Acción por el Clima y ministra del ramo en Dinamarca.

Además, sigue ocupando posiciones de máxima relevancia internacional en este ámbito: es miembro del comité asesor de sostenibilidad de Volkswagen y del Patronato de la Fundación Europea para el Clima; presidenta de la mesa redonda de la OCDE sobre desarrollo sostenible; y miembro del consejo asesor sobre clima y medioambiente del Banco Europeo de Inversiones (BEI).