A convocatoria de LAB, un piquete feminista ha denunciado en el metro de Bilbo las agresiones sexistas que se vienen registrando en el sector de limpieza.

Según han señalado las participantes en el mismo, han salido a la calle ante «la noticia de otra agresión sexual en el centro de trabajo, en esta ocasión en Sestao» y que se ha producido escasas semanas después de que «una trabajadora del hogar fuese violada por parte de su empleador de 71 años en Sopela».

Han recalcado que «no se trata de un hecho aislado. No es la primera vez que una limpiadora es agredida en su centro de trabajo, de camino al trabajo o de regreso a casa».

En este sentido, han destacado que «son demasiados los relatos que las trabajadoras de limpieza acumulan: desde el comentario incómodo sobre lo bien que te sienta el nuevo uniforme blanco o del escalofrío que se siente cuando es de noche y parece que hay alguien más al otro lado del pasillo, hasta hechos como el de Sestao: el intento de violación que sufrió la trabajadora cuando limpiaba la estación. Cada uno de los relatos citados son violencia».

La movilización ha tenido lugar en el trayecto de metro entre Portugalete y Sestao porque, tal y como han explicado las activistas, «como mujeres y como trabajadoras de limpieza, estamos hartas de sufrir la violencia en sus múltiples vertientes: violencia machista, violencia laboral, violencia social. Estamos hartas de seguir siendo invisibilizadas, menospreciadas y agredidas».

Para denunciar todo esto, han realizado el piquete feminista en ese tramo del metro, «donde las trabajadoras de limpieza hemos denunciado las diferentes violencias machistas que sufrimos portando veinte relatos y repartiendo octavillas a las personas usuarias del metro».

A continuación, han colocado esos relatos en la estación de Sestao, «donde fue agredida nuestra compañera para denunciar y a la vez visibilizar las diferentes situaciones a las que nos vemos sometidas por el simple hecho de ser mujeres y trabajadoras de limpieza».

Ante estas agresiones, desde LAB piden a empresas y administraciones que «asuman su responsabilidad y desarrollen políticas que velen por nuestros derechos como mujeres trabajadoras y realicen un seguimiento de las condiciones específicas en las que trabajamos. ¡No a las agresiones contra las mujeres, ni en el trabajo ni en ningún sitio! ¡Si tocan a una, tocan a todas!».