Expertos de la Universidad Pontificia de Comillas y de Unicef han investigado durante dos años con el fin de mejorar la identificación y el registro de datos para combatir la trata de personas en el Estado español y, según han concluido, tres de cada cuatro víctimas de trata no estarían siendo identificadas. Así se desprende del estudio ‘Qué sabemos y cómo lo contamos: cultura de datos en la trata de seres humanos’, presentado este jueves por ambas entidades.

El informe incide además en la escasa visibilidad de la infancia en esas situaciones, ya que los registros oficiales –la mayoría del ámbito policial y de los tribunales– resultan insuficientes para conocer y comprender cómo afecta esta forma de violencia en los menores. En el caso concreto de este colectivo, por cada menor víctima de trata observado, hay casi seis sin observar.

Si bien los resultados se basan en un proyecto piloto realizado en la Comunidad de Madrid, los investigadores estiman que estos pueden extrapolarse al resto del Estado. En la citada región apenas se estaría observando el 26% de personas en procesos de trata, es decir, que el 74% de las víctimas «quedan ocultas o son invisibles a ojos de las autoridades, las organizaciones, los medios y, en definitiva, de la sociedad».

«Hay casos que no llegan a formar parte de las estadísticas oficiales porque se investigan como agresión sexual, violencia de género o detención ilegal. Falta un organismo que unifique los datos recogidos por los diferentes actores implicados y que dejan ocultas muchas víctimas», muchos de ellos menores, han añadido en rueda de prensa.

Por ejemplo, según registra Interior, de las 269 víctimas de trata identificadas en el Estado español en 2020 solo 3 eran menores. Este porcentaje que maneja el Ministerio –solo el 2% de las víctimas son menores–, dista de la tasa media europea, que entre 2017 y 2018 estaba en un 32%, o con la tasa de reconocimiento que baraja Portugal (29%) o el Estado francés (28%).

Un sistema unificado

El proyecto ‘Cultura de datos en la trata de seres humanos’ se propuso estimar cuál sería esa cifra oculta de víctimas de trata a través de un proyecto piloto que adapta el modelo estadístico de Estimación de Sistemas Múltiples (MSE), promovido por Naciones Unidas.

El proceso ha revelado la falta de consenso respecto a los conceptos a utilizar en ese ámbito y la ausencia de un organismo que unifique los datos de los diferentes actores implicados, por lo que proponen crear un organismo o institución que coordine todas las actuaciones.

La investigadora María José Castaño ha apostado por crear «un equipo especializado multidisciplinar, que maneje criterios unificados, donde lleguen todos los casos de trata de seres humanos y se encargue de la derivación, impulso y gestión del proceso de recuperación».