Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA
Elkarrizketa
Angélica Orozco
Portavoz del grupo de trabajo de Euskal Herria a favor del Pacto Histórico por Colombia

«Una nueva victoria electoral del uribismo generaría violencia y una ola masiva de migración»

Colombianos residentes en Euskal Herria han presentado este viernes en Bilbo el grupo de trabajo a favor del Pacto Histórico, que concurre a las elecciones legislativas del 13 de marzo y a las presidenciales de mayo. NAIZ ha conversado con su portavoz, Angélica Orozco.

Orozco, ayer viernes en Bilbo.
Orozco, ayer viernes en Bilbo. (Marisol Ramírez | Foku)

Colombia afronta este 2022 dos importantes citas con las urnas. La primera será el próximo 13 de marzo con la celebración de elecciones legislativas. La segunda, el 29 de mayo con las presidenciales. Por primera vez, alrededor de 20 partidos políticos progresistas y movimientos sociales, entre ellos Colombia Humana, el Polo Democrático Alternativo, la Unión Patriótica, el Partido Comunista, el Movimiento Alternativo Indígena y Social MAIS, el Partido del Trabajo de Colombia y Todos Somos Colombia, han conformado una única lista bajo nombre de Pacto Histórico. El 13 de marzo darán a conocer también quién será su candidato presidencial entre los precandidatos Gustavo Petro –exalcalde de Bogotá y excandidato presidencial–, Francia Márquez –representante del movimiento afrodescendiente, feminista y ganadora del Premio Goldman de Medio Ambiente– o Camilo Romero –exgobernador de Nariño, de Los Verdes–.

Colombianos residentes en Euskal Herria han lanzado este viernes en Bilbo el grupo de trabajo a favor del Pacto Histórico. En entrevista a NAIZ, su portavoz, Angélica Orozco, incide en la importancia de votar tanto en las legislativas como en las presidenciales para que «pueda haber un gobierno distinto con otra manera de construir país y otras posibilidades que nos han quitado durante tanto tiempo los gobiernos neoliberales que han sumido a Colombia en la pobreza, precariedad, exclusión y violencia».

El Pacto Histórico por Colombia fue lanzado el 11 de febrero de 2021. ¿Qué supone y cómo lo están viviendo desde Euskal Herria?

Significa la respuesta de todas las fuerzas progresistas, de izquierda, movimientos sociales, colectivos de jóvenes, mujeres, indígenas, afrodescendientes que nunca han sido representados por ninguno de los gobiernos que ha tenido Colombia. Es el pacto de la ilusión y de la esperanza de que Colombia pueda ser un país en paz e incluyente y que tenga un Gobierno que permita un cambio rotundo. Queremos que Colombia tenga una cultura de la vida. Es un pacto por la paz y la democracia, por el trabajo y la productividad, que apuesta por afrontar la crisis climática y la inclusión de todas las comunidades.

En Euskal Herria lo estamos viendo con mucha ilusión. Hemos constituido una plataforma de trabajo que está en concordancia con otras plataformas que se han organizado en toda Europa para hacer campaña política. Es momento de contribuir a que ese cambio se logre en las urnas. Hay que votar para que pueda haber un gobierno distinto con otra manera de construir país y otras posibilidades que nos han quitado durante tanto tiempo los gobiernos neoliberales que han sumido al país en la pobreza, precariedad, exclusión y violencia. Estamos con muchísima ilusión y haciendo mucho trabajo para que esto sea real, efectivo y se pueda conseguir unas elecciones lo más transparentes posibles.

Se ha fijado como objetivo lograr 55 senadores y 86 asientos en la Cámara de Representante en las legislativas del próximo 13 de marzo. Un objetivo ambicioso teniendo en cuenta que en cada ciclo electoral aumentan los niveles de violencia, la falta de transparencia y la corrupción.

Lo vemos viable, posible, aunque en los momentos más difíciles no descartamos los escenarios que acabas de mencionar. Los gobiernos de los últimos años han utilizado todas las maneras de evitar unas elecciones transparentes o que sean lo más idóneas posibles como cabría esperar en cualquier país en democracia. Estamos tratando de que sean lo más transparentes posibles. Hemos conseguido, por ejemplo, que haya veeduría internacional en las elecciones en el exterior, algo que nunca se había hecho hasta ahora.

Se ha conseguido que los partidos políticos y movimientos sociales, por ejemplo de Euskal Herria, puedan enviar un observador internacional a las elecciones que el 13 de marzo se celebrarán en el BEC de Barakaldo. Bilbo es la circunscripción electoral del norte peninsular. Se ha hecho también una campaña para que los observadores internacionales puedan hacer una veeduría del software de la Registraduría colombiana, algo inédito. Hemos logrado que todos los nuevos mecanismos de inscripción de célula que se han implementado para estas elecciones, como es la inscripción on line o por la app, funcionen lo más correctamente posible.

Estamos organizando campañas pedagógicas para enseñar a la gente por qué es importante votar, cuál es la manera correcta de hacerlo para que no haya tantos votos nulos o para que no nos equivoquemos. O para no votar en blanco, porque este es uno de los factores que más ha entorpecido las campañas electorales en Colombia ya que muchos candidatos incentivan el voto en blanco que al final terminan sumando a la mayoría.

¿Qué supondría una nueva victoria del uribismo en las legislativas y en las presidenciales?

Por un lado, significaría la desolación absoluta de un país que está colapsado y cansado. Se habla incluso de la posibilidad de que haya enfrentamientos en la calle porque la Fuerza Pública saldría en contra de la sociedad civil como se ha visto en las manifestaciones de los jóvenes en abril de 2021. Ese movimiento popular fue la manifestación de un cansancio colectivo por la falta de oportunidades, el asesinato sistemático de líderes sociales e indígenas, de lideresas. Colombia es el país con el índice más alto de violaciones de derechos humanos. Una victoria del uribismo conllevaría mucha violencia, desesperanza y generaría una ola masiva de inmigración. Con una nueva victoria del uribismo la vida de todas estas personas que desde Colombia están luchando por un país mejor correría peligro y casi todos tendrían que salir del país.

El Gobierno de Iván Duque acaba de ratificar una nueva Ley de Seguridad Ciudadana que, según han denunciado organismos de derechos humanos, busca acabar con la protesta social.

Estamos ante un Gobierno opresor que cree que a través de la violencia y de la coerción va a impedir que las personas puedan salir a luchar por sus derechos. Siempre se ha querido vender la idea de que la Fuerza Pública agrede porque es agredida. En la última protesta popular el Gobierno incentivó a una parte de la sociedad civil y a los paramilitares para asesinar a los jóvenes, a las mujeres. Lo que quieren conseguir con esta nueva ley es judicializar a todo aquel que salga a la calle, que puede ser condenado hasta con seis años de cárcel. Es un intento de coartar todas las libertades de los ciudadanos colombianos.

Sin embargo, el 94% de las solicitudes de protección internacional presentadas por ciudadanos colombianos en el Estado español es rechazada casi de manera sistemática al entenderse que en Colombia existen mecanismos suficientes para garantizar la seguridad e integridad de estas personas.

Después de la firma del proceso de paz, a los ojos de la comunidad internacional somos un país pacífico. Si supuestamente estamos en paz, ¿cómo van a estar en peligro nuestras vidas? Solo ahora, a través de las denuncias de los observadores internacionales, se está volviendo a hablar en el exterior de que en Colombia se sigue matando, de que no se cumple el proceso de paz.

¿Qué mensaje le gustaría trasladar a la comunidad colombiana presente en Euskal Herria?

Queremos que sepan que aquí hay un grupo de trabajo del Pacto Histórico que está haciendo campaña para que Colombia sea un país mejor. Estamos aquí para resolver todas las dudas. Hemos habilitado un correo electrónico, un grupo de whatsapp… no importa cuán pequeña sea la duda –cómo puedo votar, cuáles son las fechas...–.

Iván Duque se acaba de reunir con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el marco de la cumbre internacional One Ocean, en la que se ha comprometido a adoptar medidas a favor del medio ambiente.

Es muy triste que otro Estado pueda aceptar la palabra de un presidente como Iván Duque, que permite la expropiación del agua y la destrucción del medio ambiente, cuando dice que Colombia está trabajando contra el cambio climático. Las palabras valen si van en consonancia con acciones y para nadie es un secreto que las multinacionales están acabando con las fuentes hidrográficas, los bosques, la fauna y la flora.

¿Teme que la fragmentación del voto entre los sectores de izquierda, progresistas y liberales beneficie al uribismo?

Ese es uno de los miedos que siempre nos han acompañado a las personas que creemos que el cambio es posible en las elecciones. Por eso nuestra apuesta es lograr tener 55 senadores y 86 asientos en la Cámara de Representante porque a un presidente sin apoyos le cuesta mucho gobernar y ganar en la primera vuelta, el 29 de mayo. Es un miedo, pero es parte de la política. Nosotros hacemos campaña con unas propuestas que consideramos que son las mejores para Colombia, pero también puede pasar que el contrincante se una y otras personas que no están en el Pacto Histórico acaben apoyando a la derecha. En este momento, lo único que podemos hacer es convencer a los colombianos de que las acciones valen más que las palabras en un país que se ha quedado sin posibilidades porque no hay trabajo, no hay educación, no hay salud, donde están asesinando a los jóvenes y que tiene más de seis millones de colombianos viviendo en el exterior.

Personalidades como la actriz Margarita Rosa de Francisco se han sumado al Pacto. ¿Cómo valora respaldos con tanta proyección mediática?

Que figuras como Margarita Rosa de Francisco crean que el Pacto Histórico trae un cambio real para Colombia es significativo para todos los colombianos porque tienen mucha fuerza en redes sociales y seguimiento público por su profesión. Ella siempre ha venido denunciando la corrupción o compra de votos en Colombia, más allá de ser parte del Pacto Histórico.