Txisko Fernández

¿Por qué se «cierra» Nord Stream 2 si el gas ruso fluye por Ucrania hacia el corazón de la UE?

La fuerte interdependencia de la UE y Rusia en el mercado energético se ha puesto aún más de relieve después de que Berlín haya decidido frenar la puesta en marcha del Nord Stream 2. Pero, actualmente, Alemania se suministra por el Nord Stream 1 y los gasoductos que atraviesan Ucrania y Bielorrusia.

Gasoductos que llegan a Europa desde Rusia.
Gasoductos que llegan a Europa desde Rusia. (GARA)

Entre el nuevo paquete de sanciones que la UE, junto a EEUU y el resto de aliados occidentales, ha anunciado como reacción a la decisión de Rusia de reconocer la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, muchos medios y analistas están destacando la decisión del Gobierno alemán de aparcar la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2.

En principio, resulta curioso que la sanción más aireada sea la que menos impacto tiene en la actual «situación sobre el terreno», ya que el Nord Stream 2 todavía no ha suministrado ni un metro cúbico de gas a la terminal de Lubmin, en la costa alemana del Báltico.

Evidentemente, un anuncio oficial como el realizado el martes por el canciller Olaf Scholz no puede tomarse como un brindis al sol, porque dice mucho sobre la determinación de la UE de buscar alternativas a su dependencia energética de Rusia, pero no va a cambiar el statu quo de la noche a la mañana y no está claro si lo hará a medio plazo.

¿De quién es el gasoducto?

Tampoco hay que pasar por alto que el Nord Stream 2 no es un «gasoducto ruso», sino que es una infraestructura impulsada conjuntamente por los gobiernos de Alemania y Rusia, y cuenta con la participación de varias de las más grandes compañías energéticas del continente: las alemanas Uniper y Wintershall Dea, la anglo-holandesa Shell, la francesa Engie y la austriaca OMV.

Estas cinco multinacionales están asociadas en la compañía ‘Nord Stream 2 AG’ y son las que han financiado los 10.000 millones de euros que ha costado su construcción.

Precisamente, ya entrada la noche del miércoles en Europa, Joe Biden ha anunciado desde Washington sanciones para las empresas que han participado en la construcción del gasoducto Nord Stream 2 en represalia por las acciones que ha tomado Rusia en el este de Ucrania.

«Hoy he ordenado a mi Administración imponer sanciones contra Nord Stream 2 AG y sus líderes. Estas medidas son parte de nuestra primera ronda de sanciones en respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania», ha indicado el presidente estadounidense en un comunicado.

Biden ha agradecido la colaboración al canciller alemán, Olaf Scholz, resaltando que EEUU y Alemania han «coordinado estrechamente» sus «esfuerzos para detener el oleoducto Nord Stream 2 en el caso de que Rusia invadiera aún más Ucrania».

Además, ha avisado de que su Gobierno «no dudará» en golpear de nuevo a Rusia si continúa con sus movimientos en Ucrania.

¿Por dónde llega actualmente el gas a Europa central?

Al hablar de las infraestructuras que canalizan el gas que llega a Europa central, no solo a Alemania, se suele simplificar mucho la complejidad de la red que recorre todo el continente.

Como se observa en el gráfico que acompaña a este artículo podemos hablar de tres fuentes principales: el gas natural licuado (GNL) procedente de Argelia y Oriente Medio, que llega atravesando el Mediterráneo; el gas procedente de Noruega a través del mar del Norte; y el que llega desde Rusia por distintas vías terrestres y submarinas.

Centrándonos en los suministros contratados con Gazprom –la gran empresa gasística rusa–, el Nord Stream 1, que lleva funcionando desde 2012, tiene una capacidad para exportar 55.000 millones de metros cúbicos desde Rusia a Alemania pasando por el fondo del Báltico.

Y el Nord Stream 2, con las tuberías ya construidas que recorren otros 1.230 kilómetros, venía a doblar ese volumen.

De esta forma, la vía báltica alcanzaría los 110.000 mmc, la misma cantidad que suma actualmente el corredor ucraniano, donde convergen los ductos Soyuz y Brotherhood. Además, estos pueden enlazarse con el Yamal, que atraviesa Bielorrusia y Polonia con otros 33.000 mmc de capacidad.

El gigante ruso también puede bombear 47.500 mmc al sur de Europa a través del Turk-Stream-Blue.

Hay que tener muy en cuenta que Gazprom procura ingresos sustanciales a los gobiernos por cuyo territorio pasan estos gasoductos, ya sea directamente a través de un canon o indirectamente rebajando las tarifas para el suministro que se quedan para su propio consumo, por ejemplo, Ucrania o Polonia, dos países que han mostrado una oposición frontal al Nord Stream 2 desde que no era más que un proyecto.

Los ingresos en concepto de derecho de tránsito del gas ruso que cobra Kiev suponen cerca del 4% de su producto interior bruto (PIB). Un dato al que no suele hacer referencia el Gobierno ucraniano, pero que sí esgrime públicamente EEUU cuando justifica su rechazo al Nord Strem 2 argumentando que su puesta en marcha haría más vulnerable a Kiev frente a Moscú al mismo tiempo que aumentaría la dependencia energética de la UE respecto a Rusia.

Pese a todo, la Administración de Joe Biden llegó a un acuerdo con Berlín el pasado verano que ponía fin a sus largas disputas y daba luz verde al nuevo gasoducto, lo que fue criticado por Polonia y los países bálticos.

¿Cómo se encuentran las reservas de gas alemanas?

Volviendo a la situación presente, el Gobierno de Scholz asegura que tiene garantizadas sus necesidades energéticas a corto plazo pero, como advierte advierte el Instituto de la Economía Alemana (IW), el país debe incrementar su almacenamiento de gas hasta el próximo invierno ante un posible corte del suministro por parte de Rusia. Esta entidad recomienda también agilizar el desarrollo de las energías renovables.

«En un caso normal, Alemania está bien cubierta a corto plazo por sus infraestructuras de almacenamiento y una buena conexión con terminales de gas licuado en países vecinos como Holanda», señala IW en un estudio realizado por encargo de Atlantik-Brücke (Puente Transatlántico), organización privada sin ánimo de lucro para promover el entendimiento germano-estadounidense.

No obstante, la situación podría ser problemática si los depósitos no están lo suficientemente llenos, como ha ocurrido recientemente, o si el invierno resulta particularmente frío, advierte el mismo estudio.

A principios de este invierno, los depósitos de gas alemanes estaban llenos hasta aproximadamente el 66%, cuando en los dos años anteriores superaban el 95%.

Por otra parte, en los últimos años el mercado de gas natural licuado (GNL) ha experimentado un importante crecimiento a nivel global y Alemania podría llenar sus depósitos por esta vía, pero «no es posible predecir en qué medida es posible desviar gas licuado a Europa en un caso de crisis», señala Andreas Fischer, autor del estudio.

El IW recuerda que más de la mitad del gas que importa Alemania procede de Rusia. Al mismo tiempo, Alemania es el principal receptor de gas ruso, ya que es el destino de alrededor del 25% de las exportaciones rusas.

No obstante, al anunciar este martes el bloqueo de la certificación del Nord Stream 2, Scholz resaltó que el abastecimiento energético de Alemania depende «solo» en una cuarta parte del gas (25%), del cual la mitad proviene de Rusia.

¿Subirán aún más los precios?

El anuncio alemán de bloquear el Nord Stream 2 provocó una reacción en tono burlón del expresidente ruso Dmitry Medvedev: «Bienvenidos a un nuevo mundo, en el que los europeos pronto pagarán 2.000 euros por 1.000 m3 de gas», una suma potencialmente colosal para Alemania, que solo en 2020 importó 56.300 millones de m3 de gas ruso.

Pero por el momento Berlín aparenta calma ante otra posible subida precio del gas y la alarma surgida en el sector. «Paliaremos la subida momentánea del precio del gas y sus cargas sobre el ciudadano y las empresas», ha afirmado este miércoles el ministro de Economía, el verde Robert Habeck.

Habeck, que también es vicecanciller, ha defendido el bloqueo del Nord Stream 2, que en su opinión y la de su partido no debería haberse construido nunca, mientras trataba de calmar los ánimos ante un alza de la factura del gas que reconoce como inevitable. Incluso, ha sostenido que Alemania puede prescindir por completo del gas ruso, aunque admite que ello acarrearía un alto coste.

Mientras tanto, el consejero delegado de la compañía alemana de suministro energético E.on, Leonhard Birnbaum, ha advertido de que una suspensión total de los suministros de gas ruso podría afectar a la industria alemana a medio plazo.

El impacto actual no sería tan drástico, ya que pronto acabará la temporada de frío, «pero el próximo invierno, la industria energética probablemente no podría abastecer sin más a una serie de clientes», ha explicado en declaraciones al semanario ‘Zeit’.

Respecto al bloqueo del proceso de certificación del Nord Stream 2, Birnbaum ha comentado que es «solo un símbolo».

La Comisión Europea, por su parte, ha negado que esa decisión alemana vaya a tener un impacto negativo en los precios del gas para la UE.

«Nord Stream 2 no está en activo, no hay gas en el gasoducto. Lo que se ha parado es la aprobación necesaria para ser operativo, lo que también significa que detener el proceso no puede afectar a los precios del gas», ha afirmado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, Margrethe Vestager, al ser preguntada en una rueda de prensa en Bruselas.

Es más, la política danesa ha concedido que en la actualidad «muchas cosas pueden afectar» a los precios del gas, pero ha incidido en que en todo caso la situación de Nord Stream «no tiene influencia» porque no tiene flujo.