Ander Zabalza

Helecho para crear papel... y también integración y formación

La iniciativa vasca ‘Del helecho al papel’ pretende darle un uso a esta planta tan abundante en nuestro territorio y transformarla en papel artesanal, ayudando también a la integración social. Mentxu Aiertza, coordinadora del proyecto, explica cómo se llevará adelante y sus diferentes objetivos.

Participantes de la iniciativa visitando un helechal en Malerreka.
Participantes de la iniciativa visitando un helechal en Malerreka. (Cedida)

El helecho existe desde siempre y en abundancia en Euskal Herria. Se le dan diferentes usos, desde elemento de abono a herramienta para controlar incendios o pesticida. Aun así, esta planta de distribución mundial cada vez se extiende más, debido a su facilidad para sobrevivir y reproducirse. Con este problema en mente se ha creado la iniciativa ‘Del helecho al papel’, un proyecto que, como su nombre indica, pretende usar esta planta tan abundante y transformarla en papel artesanal.

Además de intentar ofrecer una solución al exceso de helecho en Euskal Herria, la iniciativa aspira a ayudar con la integración social. Mediante la cooperación del CIFP Don Bosco se quiere generar y transmitir conocimiento en torno a la fabricación del papel a mano y utilizarlo como una herramienta para el impulso del emprendizaje y la inserción laboral. Esto sería aplicable tanto a personas en riesgo de exclusión social como a estudiantes de ciclos de FP, pudiendo así ofrecerles una formación que permita la inserción en el mundo laboral.

Mentxu Aiertza es la coordinadora del proyecto y trabaja como jefa del Departaménto de Química del CIFP Don Bosco de Tolosa. Ella explica que, como tal, «el helecho no es más que una excusa para el objetivo principal de la integración social». Lo más importante, explica, es fomentar un aprendizaje para personas en riesgo de exclusión y «darle herramientas a los alumnos para motivarles y ofrecer formación en áreas diferentes». Mediante este objetivo, además, ayudan a solucionar un problema medioambiental, por lo que «la idea encaja muy bien».

Esta iniciativa surge de la cooperación de diferentes organizaciones vascas, y de varias necesidades vigentes en nuestros territorios. Aiertza incide en la abundancia excesiva del helecho como motor de la idea: «Se inició en Malerreka, cuando Isabel Elizalde, la que fuera consejera de Desarrollo Rural, Administración Local y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, quería hacer algo con el helecho en su zona», apunta.

Para poder llevar adelante la iniciativa han tenido que juntarse varias organizaciones de diversos sectores. Por un lado está el Centro de Formación Profesional Integrado FP Don Bosco en Errenteria y en Tolosa, donde el Departamento de Química investiga cómo hacer el papel. En Tecnalia, centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico de Azpeitia, indagan en qué tipo de nanocelulosa se puede obtener de la celulosa del helecho y sus propiedades. Desde el ciclo de artes gráficas del centro Salesianos de Iruñea estudian el estado de impresión y postimpresión, así como maneras de utilizarlo para conseguir el producto final. En Malerreka reciben la información sobre cómo hacer el papel y pretenden montar un taller para hacer papel a mano, artesanal, «ofreciendo de manera más cercana este papel especial». Finalmente, la empresa Conexiones Improbables les ayuda con la comunicación interna y externa desde Gasteiz.

Esta iniciativa se lleva adelante por tanto en gran parte del territorio vasco: Tolosa, Azpeitia, Malerreka, Iruña y Gasteiz. Para realizarse cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación y Formación Profesional y del Fondo Social Europeo. Aiertza cuenta que irán viendo como avanza para presentarlo a otras convocatorias de ayudas. Lo importante es que «ya está en marcha». Aunque todavía están esperando a que lleguen las ayudas, han empezado a trabajar y tienen la vista puesta en este 2022 para acabar de materializar todo.

(Mentxu Aiertza, jefa del departamento de Química de Don Bosco de Tolosa)

Proceso de creación

La clave de este proyecto es la creación de papel artesanal. Para ello, Aiertza explica cómo funciona la fabricación de papel común y qué diferencia hay con la realizada mediante esta iniciativa. Para empezar, «se utilice la materia prima que se utilice, lo primero es realizar una digestión». Se pone una disolución de agua y otros elementos químicos en una olla a presión, para que se queden en el agua todas las sobras y la celulosa salga intacta. «Todavía estamos haciendo pruebas con el tiempo y la temperatura que necesitaremos con los helechos», aclara Aiertza.

Después se cuela, se le quita el agua negra y se limpia hasta que alcanzar la adecuada concentración de PH (7). Entonces la pasta se tiene que desintegrar para formar una dispersión más estable en el agua «como si fuese batir en una batidora para que no queden trozos grandes». Así se consigue que las fibras estén separadas. Tras ello, se refina la pasta para conseguir una mayor resistencia del producto. Esto hace que las fibras se abran un poco y al formar el papel tengan más interrelación entre ellas, formando un resultado más resistente.

Para terminar, se realiza la formación de las hojas. Tradicionalmente se utiliza un formador automático en el que, al poner la mezcla de la pasta y aspirar el agua, se crea una torta que al secarse se transforma en papel. «En el caso del proyecto», aclara Aiertza, «queremos hacer el papel a mano, por lo que es un proceso parecido pero sin utilizar el equipo en el último paso». Desde la iniciativa lo harán con una red para secar la mezcla y después utilizarán una prensa manual, apretando para escurrir y darle forma, y finalmente dejándola secar al aire.