Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

‘Hoy no es el día’, el cáncer en su versión transformadora

Astiberri publica este jueves el cómic de Josune Urrutia Asua ‘Hoy no es el día’. Aborda las experiencias de seis artistas –Beatriz da Costa, Anna Halprin, Audre Lorde, Susan Sontag, Jo Spence, Hannah Wilke– que plantaron cara a la estigmatización del cáncer.

Viñetas del cómic ‘Hoy no es el día’, de Josune Urrutia Asua.
Viñetas del cómic ‘Hoy no es el día’, de Josune Urrutia Asua. (ASTIBERRI)

Licenciada en Bellas Artes por la EHU/UPV, Josune Urrutia Asua estudió ilustración en la Escuela Arte Número Diez de Madrid. Tras diez años trabajando y viviendo en Madrid como diseñadora gráfica, en la actualidad se dedica a la ilustración y el cómic.

Fue becada en la Maison des auteurs de Angoulême, en el Estado francés, y entre su obra figuran propuestas tan destacadas como ‘Breve diccionario enciclopédico ilustrado de MI cáncer’ (2017), ‘Así me veo’ (2015) y ‘Breve historia del pimiento para la vida extraterrestre’ (2015).

Además, ha participado en los cómics colectivos ‘Votes for Women: The Battle for the 19th Amendment’ (Little Red Bird Press, 2020), y ‘Efectos secundarios’ (Cultura en Vena y Astiberri, 2021). Su último proyecto es el cómic publicado por al editorial vasca Astiberri titulado ‘Hoy no es el día’.

En esta obra, Urrutia toma como referencia a Beatriz da Costa, Anna Halprin, Audre Lorde, Susan Sontag, Jo Spence, Hannah Wilke. Seis artistas, seis mujeres que padecieron cáncer y que lucharon contra la estigmatización de la enfermedad y decidieron vivir el cáncer como una experiencia transformadora a través de la escritura, la fotografía o la danza.

La artista vasca reveló a NAIZ que «a lo largo de estos últimos años he ido recopilando mucha información, libros, ensayos, referencias y obras de personas que me han inspirado y que han trabajado en torno al arte, la salud y la enfermedad. La idea de hacer este cómic surgió porque quería agradecer y poner en valor las vidas y obra de estas seis mujeres, necesitaba compartirlo porque pienso que puede inspirar a otras».

Sobre el nexo que une a las seis protagonistas del cómic, Urria explicó que «el primer elemento común es que todas ellas, bueno, sus obras, me han acompañado en mi proceso personal a la hora de procesar mi experiencia con el cáncer. Luego tienen muchas cosas cosas en común como que todas han vivido con cáncer, la mayoría entre principios de los años 70 y los 90, durante el auge de los primeros tratamientos oncológicos que fueron muy duros y coinciden en la segunda ola feminista».

«En segundo lugar, cada una a su manera, después de su experiencia con la enfermedad, cataliza su vivencia a través del arte: la danza, los medios audiovisuales, la poesía, desde lo performativo, la literatura, el activismo, la fotografía, el arte feminista y lucha contra la estigmatización del cáncer», añadió.

Estigmas

En su declaración de intenciones, Urrutia quiso incidir en las vivencias y experiencias de quienes padecen o han padecido cáncer y sobre ello explicó «hay muchos más estigmas además del cáncer, que es generalmente más visible y que afectan a la salud como los diagnósticos de salud mental, la diversidad funcional, las enfermedades crónicas complejas. Los cuerpos fuera de la norma reciben miradas diferentes porque no se consideran cuerpos ‘sanos’ y ‘bellos’. Hay un sinfín de realidades muchas veces invisibilizadas o que directamente se ocultan. Es necesario visibilizar, dar espacio, aceptar la diversidad, hacer espacio para todas y facilitar que cada una pueda vivir como pueda y quiera incluso con la enfermedad, que es parte de la vida. La salud, y lo vemos cada vez más, es una cuestión colectiva y la enfermedad no es algo que nos afecta individualmente, es responsabilidad de todas. En el fondo es una cuestión de aceptar y abrazar la diversidad».

‘Hoy no es el día’ no es la primera ocasión en la que el cáncer figura como eje de su obra. En su caso personal, el arte le ha servido como un factor de terapia y, sobre todo, como vehículo mediante el cual se ha revelado una necesidad terapéutica.

«Darse un tiempo para reflexionar, expresar y compartir con otras personas siempre es sanador –confesó– pero la terapia es otra cosa. El cáncer atraviesa mi vida y en mi caso a través del arte, y en concreto del dibujo, he podido ordenar, comprender, integrar y compartir mi vivencia. Creo que el pensamiento artístico nos proporciona herramientas para hacerlo, y así nos lo han hecho saber por ejemplo las personas que se han implicado en los procesos colectivos: ‘Compendio colectivo sobre cáncer’, en el que se involucró casi un centenar de personas del Hospital Arnau de Vilanova entre: pacientes, familiares, personal sanitario y profesionales, o en ‘Crónicas complejas’ realizado junto al Servicio de Pediatría de Cruces, otro ejercicio para crear un relato colectivo sobre la enfermedad, esta vez con niñas, niños y jóvenes como protagonistas. En ambos proyectos el hecho de compartir experiencias y ver que hay otras personas viviendo situaciones similares, que una no está sola, ha sido muy positivo para las que han participado».

Finalmente y en relación al efecto que produce la palabra cáncer, sentenció que «la palabra cáncer aterra porque aún, y en general, se asocia a la muerte que nos da mucho miedo, pero ni el cáncer es muerte ni la muerte debería darnos miedo. No estamos en general preparados para la muerte cuando sabemos que es algo intrínseco a la vida. Cuando vives una experiencia de crisis que te enfrenta a la muerte hay algo profundo que te conecta con la vida y ese aprendizaje por ejemplo es algo que intento no olvidar».