Los miembros de la OTAN decidieron este viernres reforzar la coordinación y la información que comparten sobre la crisis en Ucrania con Finlandia y Suecia, países que asistieron como invitados a una reunión de formato especial junto a representantes de la Unión Europea, aunque no pertenecen a la alianza militar.
No obstante, la guerra en Ucrania ha aumentado la opinión favorable a la integración y ha reforzado que Helsinki y Estocolmo hagan ahora causa común.
Precisamente, el presidente de EEUU, Joe Biden, destacó la cooperacion de Finlandia al recibir el mismo día en el Despacho Oval al presidente Sauli Niinistö para hablar de cómo reforzar esa colaboración.
La Casa Blanca no aclaró si apoyaría un ingreso de Finlandia en la OTAN, señalando que esa decisión depende de todos los estados miembros. A raíz de la invasión rusa de Ucrania, el país nórdico ha enviado armamento a Kiev, rompiendo su tradicional postura de neutralidad
Rusia ha advertido de que una adhesión de Finlandia o de Suecia a la OTAN, que según estos dos países nórdicos no está siquiera en la agenda, «tendría repercusiones militares y políticas graves».
Los conservadores presionan en Suecia
Ambos países son oficialmente no alineados, aunque son socios de la OTAN desde mediados de los años noventa.
Según una encuesta publicada la semana pasada, el apoyo de la opinión pública sueca a una adhesión a la Alinaza nunca ha sido tan alto: el 41% de los encuestados está a favor, el 35%, en contra; y el 24% está indeciso, según el estudio del instituto Novus para la televisión SVT.
El líder opositor, el conservador Ulf Kristersson, ha redoblado las consignas a favor del ingreso y resaltado que Suecia no tiene garantizada la protección de la OTAN en caso de ataque, aunque las autoridades no creen que el conflicto en Ucrania suponga un aumento de la amenaza directa.
«Es importante que Suecia tenga estabilidad en su doctrina de seguridad básica, en su libertad de alianza. Lo importante es concentrarnos en ajustar nuestra preparación y hacer maniobras con otros países», opinó el ministro de Defensa, Petter Hultqvist.
Suecia envió cientos de soldados a la isla báltica de Gotland en enero por el aumento de buques rusos en la zona, gesto simbólico encuadrado en varias medidas impulsadas desde 2014, tras la adhesión de Crimea por Rusia y la detección de un supuesto submarino extranjero en Estocolmo, episodio nunca aclarado.
Así se ha reimplantado el servicio militar, aumentado el presupuesto de Defensa, realizado las mayores maniobras militares en 24 años y establecido de nuevo un destacamento permanente en Gotland.
Aunque los contrarios al ingreso son mayoría en el Parlamento, un hipotético triunfo electoral de la oposición en las legislativas de septiembre podría cambiar el equilibrio.
La tradición sueca implica, no obstante, que las grandes reformas requieren de amplio consenso, por lo que sería inviable un giro sin contar con los socialdemócratas.
Cambio radical en las encuestas en Finlandia
La guerra en Ucrania ha provocado un cambio radical en la actitud de los finlandeses respecto a un eventual ingreso del país nórdico en la OTAN.
En poco más de un mes el porcentaje de finlandeses que se oponen a entrar en la OTAN ha caído del 43% al 28%, mientras que los partidarios han aumentado desde el 30% al 53%, según un sondeo publicado el pasado lunes.
Un grupo de partidarios del ingreso en la OTAN ha lanzaqdo una iniciativa ciudadana para pedir que el Eduskunta (Parlamento) convoque este mismo año un referéndum consultivo.
Esta iniciativa popular recogió en menos de una semana las 50.000 firmas necesarias para su tramitación en el Eduskunta, por lo que el Gobierno decidió reabrirel debate parlamentario en torno a una posible adhesión a la Alianza, en principio, para tantear la posición de los partidos.
Georgia, Bosnia, Moldavia
Por otro lado, la reunión de la OTAN y sus socios discutió la necesidad de apoyar a otros «socios que puedan estar en riesgo», entre ellos Georgia y Bosnia-Herzegovina, donde «vemos una situación muy frágil e inestable, con retórica inflamatoria y graves peligros para la unidad de ese Estado».
Su secretario general, Jens Stoltenberg, dijo que son muy diferentes entre sí pero que tienen en común, al igual que Moldavia, que Moscú «está ejerciendo su poder para intimidarlos». Recordó que Rusia ya controla partes del territorio de Georgia desde la guerra que les enfrentó en 2008 y que está presente en Transnistria, en Moldavia.