El teléfono habilitado para atender a las víctimas de violencia machista en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, 900 840 111, atendió 2.955 llamadas en 2021. Beatriz Artolazabal, la consejera de Igualdad de Lakua, ha explicado que de esas 2.955 llamadas que recibió Satevi, 2.159 fueron realizadas por víctimas directas. Además, ha señalado que han aumentado las llamadas de mujeres mayores de 60 años, de mujeres que llevan sufriendo violencia más de 10 años y de víctimas embarazadas.

La consejera de Igualdad ha destacado que el aumento de llamadas, 281 más en comparación a 2020, se debe al éxito de las campañas de sensibilización: «Han funcionado las campañas de sensibilización, en las que se ha visibilizado Satevi, y ha aumentado la conciencia social por casos como el de Rocío Carrasco o las niñas de Canarias».

Respecto al incremento de llamadas de víctimas de violencia durante más de 10 años, Artolazabal ha matizado que muchas de ellas también pertenecen al grupo de mujeres mayores de 60 años.

Por otra parte, la campaña de Emakunde para este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se centra en la imposición de los cuerpos normativos a las mujeres. Concretamente, Artolazabal ha explicado que se centra en «mostrar la crudeza de la dictadura que sufren las mujeres» por el llamado «culto al cuerpo». Así, ha interpelado a la sociedad para que reaccione.

«Es una evidencia que las mujeres, y especialmente las chicas jóvenes, sufren una gran presión sobre sus cuerpos y su aspecto físico. Esto es una realidad incontestable. La obligatoria perfección de sus cuerpos, el exigente cánon de belleza establecido, la hipersexualización...», ha señalado.

Insatisfechas con sus cuerpos

Asimismo, la consejera ha indicado que, en función de un estudio del Observatorio de la Juventud difundido este fin de semana, las mujeres, sobre todo las jóvenes, no están satisfechas con su propio cuerpo.

Por lo tanto, ha llamado a «reaccionar hoy» para evitar que las niñas y jóvenes «reciban un bombardeo de mensajes que afectarán directamente a su autoestima, a su salud, a su posición en el mundo».

En este sentido, ha advertido de que «esta presión sobre sus cuerpos incluso las hace enfermar», con anorexia y otros trastornos alimenticios.