En un comunicado difundido a través de redes sociales, Indar Gorri ha hecho público que «hemos recibido diferentes multas por tratar de animar y dar colorido a nuestro estadio». En concreto, refleja el colectivo de aficionados rojillos que han llegado sanciones «por participar en una kalejira antes de un encuentro, recibir al equipo o calentar el partido antes de comenzar».
Asegura Indar Gorri que «ahora que la permanencia es prácticamente una realidad, que sabemos que nuestro equipo seguirá comandado por Jagoba y que El Sadar vuelve poco a poco a ser lo que fue, la comisión antiviolencia y los esbirros que la hacen posible no se podían perder esta fiesta».
Critica que «esta es la realidad que vivimos en Graderío Sur», insistiendo en que «somos multados sistemáticamente por tratar de que El Sadar sea una caldera». En este sentido, Indar Gorri exige al club que «defienda los derechos y las libertades de sus socios».
Indar Gorri escenifica la actual situación poniendo un ejemplo. «A principios de temporada y en consenso con el club, se decidió instalar una plataforma para poder guiar los cánticos de la grada. Duró un partido, pues fue retirada tras el encuentro frente al Granada, por orden de Madrid», relata. «Y ahora nos llegan multas por tratar de incentivar la animación subidos a la valla», añade.
Este colectivo concluye asegurando que «no nos cansaremos de denunciar estos abusos sobre miembros de Indar Gorri, no nos cansaremos de animar, no nos vamos a rendir».
Devolución de tarjetas
Se da la circunstancia, además, de que algunas de las medidas administrativas que se han adoptado sobre componentes de Indar Gorri en episodios precedentes están siendo deslegitimadas por instancias judiciales.
Así, la semana pasada se tuvo conocimiento de que la Audiencia de Nafarroa confirmó una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Iruñea que obliga al club a devolver las tarjetas de socios a seis miembros de dicho colectivo que en mayo de 2018 aceptaron la condena de un año de cárcel por pertenencia a «grupo criminal».
Como consecuencia de ello, el gerente de la entidad rojilla comunicó a esos aficionados la prohibición de acudir al estadio, en aplicación de la Ley contra la Violencia en el deporte, situación que se ha venido manteniendo en el tiempo.
El tribunal consideró que «la prohibición de entrada a los recintos deportivos no puede ser impuesta por un club de fútbol, sino por la Administración tras seguir un expediente administrativo», procedimiento que no se llevó a cabo hace casi cuatro años.