El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió el fin de semana pasado en el Palacio Miraflores a una delegación estadounidense en una reunión en la que se habló de seguridad energética.

Maduro, que preside el país con mayores reservas de crudo del mundo, confirmó la reunión y aseguró que planteó la posibilidad de trabajar en una «agenda» común «desde el respeto» en una reunión que describió como «respetuosa, cordial, muy diplomática», y en la que, ironizó, quedaron «muy bonitas» las banderas de ambos países.

El encuentro se produjo el fin de semana y, además de Maduro, a él asistieron su mujer, Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez, que en los próximos días dará más detalles sobre su contenido exacto.

Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó el encuentro de la delegación con Maduro, pero tampoco entró en detalles, más allá de decir que se trataron varios asuntos y que, entre ellos, «sin duda», estuvo la seguridad energética.

El mandatario venezolano, que hizo hincapié en que «es el tiempo de la diplomacia, de la palabra, de la verdad y para reconstruir la paz» y que «no se puede estar a favor de una guerra que afecte a nuestra paz», aseguró que «Venezuela estará al frente en las iniciativas para estabilizar el mercado petrolero». En este sentido, ratificó la capacidad que tiene Venezuela para elevar su producción de crudo a más de 3 millones de barriles diarios «si hicieran falta para la estabilidad del mundo».

Sin embargo, y paradójicamente, las sanciones que EEUU aplica desde 2019 han reducido dicha producción a unos 800.000 barriles al día.

Ucrania

Estos contactos llegan en plena escalada de tensiones en Europa por la invasión rusa sobre Ucrania. Maduro ha sido uno de los más firmes defensores de su homólogo ruso, Vladimir Putin, aunque en su discurso más reciente ha reconocido su «preocupación» por el efecto contagio del conflicto y Venezuela no se sumó al corto número de países (junto con Rusia, Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea) que rechazaron condenar la agresión militar y se sumó a la lista de estados, sobre todo asiáticos, que se abstuvieron.

El bloqueo de la industria energética del país carioca ha derivado en una dependencia mayor de Moscú, por lo que ahora Washington se plantea fórmulas para revertir algunos de los castigos impuestos

En los últimos días, los medios estadounidenses ya avanzaban que Washington evalúa la posibilidad de levantar parte de las sanciones petroleras a Venezuela con el objetivo de que el país caribeño aumente su oferta petrolera, lo que podría ayudar a aliviar las presiones al alza sobre el precio del barril de crudo. De esta forma, asimismo, se acercaría a la tesis europea de buscar una diversificación de las fuentes de energía para contrarrestar el peso de Rusia.

El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció ayer un embargo total sobre el petróleo ruso, del que el país norteamericano apenas depende en un 8%.

Segundo mandato

EEUU rompió relaciones con Venezuela en 2019 y reconoció a Juan Guaidó, hasta entonces presidente del Parlamento, como presidente. Desde entonces Maduro ha recibido un importante apoyo de Rusia para poder continuar exportando el petróleo a pesar de las sanciones.

Maduro aseguró que retomará el diálogo con la oposición, suspendido hace cinco meses en México, como respuesta a la extradición a EEUU desde Cabo Verde Alex Saab. «El diálogo en México recibió un golpe terrible como saben, pero si pedimos diálogo para el mundo debemos dar ejemplo y reformatear el proceso de diálogo nacional», declaró.