No creía en las elecciones, pero en 1969 se plantó como candidato en una elección presidencial para impregnar de energía revolucionaria el discurso político.

Nacido en 1941 en París, en el seno de una familia de judíos ucranianos que emigraron al Estado francés, Alain Krivine, fallecido este 12 de marzo a los 80 años de edad, entró con solo 17 años en las Juventudes Comunistas.

Muy pronto, su desacuerdo con la línea oficial del PCF en relación a la Guerra de Argelia le llevó a buscar otros horizontes.

En concreto, tal como recuerda “Le Monde”, Krivine se incorporó a una organización clandestina, Joven Resistencia, que preconizaba la insumisión entre los jóvenes llamados a combatir junto al Ejército francés en esa sangrienta contienda colonial.

Ligado a la Unión de Estudiantes Comunistas, a pesar de que para entonces el troskismo impregnaba su ideario militante, Krivine se convirtió en uno de los oradores por excelencia de la Sorbona.

Los primeros escarceos, en forma de bloqueos y huelgas, de lo que se conocería luego como Mayo del 68 le pillaron ejerciendo de redactor en una editorial. No dudó en dejar el puesto y encuadrarse en las barricadas.

Tras pasar por la prisión de La Santé, en 1969 participó en la fundación de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR). Y, con su oratoria mordaz, no dudó en, zafarse de las contradicciones, y buscar el altavoz de una elección presidencial.

Logró recoger las 230 firmas perceptivas y le respaldaron desde las esferas intelectuales figuras tan destacadas como Simone de Beauvoir o Marguerite Duras.

En 1973 se subió de nuevo a la tribuna presidencial. Sin duda abriendo camino a otros compañeros que, con todos los matices que da el tiempo y los cambios políticos, han incursionado en esa liza.

Sin olvidar a la sindicalista Arlette Laguiller, este próximo 10 de abril otra candidata troskista, Nathalie Arthaud, concurrirá a las urnas, y también un aspirante del NPA, Philippe Poulou, ha logrado los avales para tomar la palabra en nombre de la izquirda revolucionaria en la campaña electoral.

Olivier Besancenot, el cartero y excandidato del NPA en las presidenciales de 2002 y 2007, ha sido uno de los primeros en rendirle homenaje tras conocerse que Krivine ha partido hacia otras barricadas.

Como también han expresado su admiración hacia el fallecido la diputada Clementine Autain o el presidenciable Jean-Luc Mélenchon.

Militante de la causa de los pueblos, Alain Krivine defendió el derecho de autodetermininacion más allá del contexto de descolonización. Y sentenció que ese derecho «ttambién debe aplicarse al pueblo vasco», tal como se puede leer en una entrevista concedida al semanario "Ekaitza" en 1998.

En el periodo de la Declaración de Lizarra, no dudó en encabezar una marcha, en enero de 1997 en París, en la que, junto a otros referentes del 68, caso de Daniel Cohn-Bendit, se abogó por el acercamiento de los presos a Euskal Herria.