El proyecto Midi-Catalunya (MidCat) es una de las alternativas que la UE parece decidida a rescatar para aliviar su fuerte dependencia energética de Rusia después de que la invasión de Ucrania haya encendido las alarmas ante un posible corte del flujo del gas que llega a Europa Central, tal como informó NAIZ el pasado 1 de marzo.
El MidCat es un gasoducto transpirenaico, calificado como «prioritario» por la UE en 2010 pero aparcado en 2019, destinado a transportar el gas que llega a la península Ibérica, ya sea desde Argelia por el tendido submarino que enlaza con Andalucía o licuado en buques que atracan en puertos con terminales preparadas para almacenarlo y tratarlo.
Esta infraestructura, que en el mejor de los casos no empezaría a funcionar hasta 2024 o 2025, partiría desde la planta de regasificación existente en el puerto de Barcelona y recorrería 235 kilómetros hasta el municipio occitano de Barbaira, en el Languedoc-Rosselló, donde conectaría con el sistema troncal de gasoductos que cruza el continente.
El proyecto echó a andar en 2010, pero fue paralizado un año más tarde con el argumento de su «baja rentabilidad y poca capacidad» por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia española y su equivalente francesa, la Commission de Régulation de l’Énergie, y finalmente enterrado en 2019.
El tramo construido termina en Hostalric, municipio de Girona situado a 100 kilómetros de la muga con Catalunya Nord. En el proyecto se habrían gastado ya unos 500 millones de euros.
Así las cosas, las dos únicas interconexiones entre la Península y el resto de Europa que están en funcionamiento se realizan a través de Euskal Herria: el gasoducto Euskadour, que conecta la planta de regasificación de Zierbena con un depósito ubicado en la localidad aquitana de Lussagnet atravesando el Bidasoa por Irun, y la tubería Calahorra-Larrau, que cruza el Pirineo navarro a más de 2.000 metros de altura para alcanzar la localidad bearnesa de Lacq.
«Ganar soberanía energética»
El presidente catalán, Pere Aragonès, se reunió este miércoles en Berlín con representantes del estado federado de Baden-Württemberg, con los que acordó la creación de una comisión de trabajo sobre hidrógeno verde y ante quienes defendió la construcción del Midi-Catalunya, que calificó de «infraestructura clave» y de «carácter estratégico».
Como señalaron previamente fuentes de toda solvencia a NAIZ, Alemania, que ha decidido suspender la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2, ha mostrado su interés por el MidCat ante los riesgos reales de desabastecimiento energético.
Aragonès expresó durante sus reuniones «el total compromiso» del Gobierno catalán para que la iniciativa, que según dijo fue recibida «con mucho interés», pueda avanzar. Según explicó a los medios en la capital alemana, el proyecto está en línea con el objetivo europeo de desarrollar la autonomía energética y diversificar las fuentes de energía.
«La dependencia de fuentes externas limita y condiciona las decisiones políticas y la situación social y política en Europa», por lo que, añadió, es preciso «ganar autonomía y soberanía energética».
El Gobierno español lanza reproches al francés
La visita de Aragonès precede a la que hará el viernes a Berlín el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en el marco de una gira europea para intentar consensuar posiciones ante una reforma del mercado energético de la UE que permita el abaratamiento de los precios de la electricidad.
Por el momento, el Ejecutivo español no parece dispuesto a promover la finalización del Midi-Catalunya. Recientemente, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, comentó que no solucionaría los problemas «a cortísimo plazo».
No obstante, en un acto celebrado este lunes en Barcelona, Ribera cambió de guion al reprochar al Gobierno francés la paralización de este proyecto transpirenaico, señalando que «no puede ser» que el impulso para acelerar la finalización del proyecto venga del Estado español cuando son precisamente los países del norte de Europa los que más se beneficiarían.
«Al otro lado de los Pirineos se necesitan inversiones considerables para conectar este gasoducto al sistema troncal», señaló en un foro organizado por el diario ‘La Vanguardia’ y la auditora EY.
En su opinión, esta interconexión debería correr a cargo del presupuesto de la UE, que debería tener en cuenta que el Estado español ya están pagando el costo de los sistemas de regasificación –cuenta con 6 plantas, una la del Puerto de Bilbo y otra la de Barcelona–.
La patronal catalana presiona a Madrid
Por su parte, la patronal Foment del Treball ya está presionando a Madrid para que impulse el MidCat y, de este mondo, convertir al Estado en «el hub energético de Europa» aprovechando el escenario creado por la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia.
El presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, considera que «la viabilidad económica y técnica (del MidCat) es hoy incuestionable», por lo que «lo convierten en un proyecto estratégico para garantizar una mayor soberanía y tener capacidad de influencia geopolítica».