NAIZ
Bilbo

La ligera bajada del precio del petróleo empieza a sentirse en las gasolineras

Aunque el combustible que sale hoy por los surtidores está elaborado a partir del crudo adquirido en el mercado global hace meses, la evolución diaria de los precios del petróleo también repercute a corto plazo en las gasolineras. Pero lo hace bajo el «efecto de la pluma y el cohete».

El gasóleo a 1,489 euros el litro en un surtidor de Bilbo el pasado mes de enero.
El gasóleo a 1,489 euros el litro en un surtidor de Bilbo el pasado mes de enero. (Marisol RAMÍREZ | FOKU)

Los precios de la gasolina de 95 octanos y del gasóleo de tipo A han comenzado a descender en las estaciones de servicio del Estado español tras su alza generalizada de la semana pasada, motivada por la subida de precio del crudo tras la invasión rusa de Ucrania.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica a través de su plataforma Geoportal a las 10:00 de la mañana de este viernes, el precio del litro de gasolina solo superaba los 2 euros por litro en once establecimientos y marcaba de media 1,794 euros en los 10.538 establecimientos que notificaron sus datos.

Hace una semana, la barrera de los 2 euros se superó en más de una treintena de surtidores, entre ellos varios de Hego Euskal Herria.

A las 10:00, una gasolinera de Montseny (Barcelona) era la más cara del Estado para repostar con gasolina: el litro tenia un precio de 2,139 euros, siempre según los datos de la citada plataforma. Al otro lado de la balanza, el establecimiento donde era más barata se encuentra en Cortes de Pallás (Valencia), donde se abonaba a 1,149 euros.

NAIZ ha recogido los precios de la gasolina 95 E5 en cuatro establecimientos del Gran Bilbao a las 13:00 horas: el más barato era el de Avia en el Aeropuerto de Loiu, a 1,799 euros; el de Repsol en San Vicente (Barakaldo) y uno de Petronor en Bilbo marcaban 1,809; y el de Cepsa en Basauri, 1,819.

Por su parte, el gasóleo de tipo A se vendía esta mañana por encima de los 2 euros en 26 gasolineras de toda la red estatal y costaba de media 1,774 euros por litro. El pasado viernes, 11 de marzo, superaba esa barrera en más de cien establecimientos.

En las cuatro gasolineras de Bizkaia aquí analizadas, los precios del gasóleo A eran: 1,809 en la de Petronor de Bilbo; 1,819 en la de Repsol de Barakaldo; y 1,829 en la de Cepsa de Basauri y en la Avia del aeropuerto.

Los precios promedios de este viernes para ambos carburantes en el Estado español son más bajos que los registrados por el Boletín Petrolero de la Unión Europea entre el 8 y el 14 de marzo. En esas jornadas el precio medio de la gasolina fue de 1,844 por litro, mientras que el del gasóleo se quedó en 1,817 euros.

Esta bajada indica que los precios de la gasolina y el gasóleo han detenido de momento su tendencia al alza, aunque siguen superando con creces los máximos previos a la presente escalada.

El «efecto de la pluma y el cohete»

El ligero descenso de los últimos días se produce después de varias jornadas consecutivas de bajada en la cotización del barril de petróleo, situándose por debajo de los 100 dólares tanto el Brent londinense como el tejano WTI.

La posibilidad de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, al alza el pasado miércoles, y las especulaciones en torno al fin de las sanciones sobre el petróleo iraní han motivado esta tendencia en el crudo.

Generalmente, la bajada del precio del petróleo no se traslada a los carburantes con tanto frenesí como su ascenso y, habitualmente, comienza a sentirse en los contadores de los surtidores 20 días después de que los barriles se abaraten.

Esta asimetría recibe el nombre de ‘efecto de la pluma y el cohete’ (la primera baja despacio y el segundo sube rápido) y afecta directamente a la hora de repostar: para el consumidor el precio del carburante asciende rápidamente conforme al del crudo, pero la bajada de esta materia prima se refleja con menor impulso.

Según los expertos consultados por Efe, los motivos detrás de este fenómeno son diversos. En primer lugar, el porcentaje del precio final que representan los impuestos, que suponen alrededor del 50% de cada repostaje. A esta cifra hay que añadirle un 10% más que corresponde a los costes de distribución y a otros márgenes.

Además, hay un lapso de tiempo entre la extracción del crudo y su llegada a los depósitos, por lo que la traslación de los precios de un extremo de la cadena de producción al otro distorsionan los precios finales.

Otro factor es el tipo de cambio de las divisas internacionales, el barril –tanto en el caso del Brent, como en el de Texas o en el asiático Arabian Light– se comercializa en dólares, por lo que la debilidad del euro frente a la moneda estadounidense repercute directamente en la factura final.