Guillermo Garrido (Efe)

Boris Johnson insiste en que «no es momento de otro referéndum» en Escocia

En el arranque de la conferencia anual de los conservadores en Escocia, el primer ministro británico, Boris Johnson, insiste en que «no es el momento para otro referéndum» en Escocia.

El primer ministro británico, en el arranque de la conferencia conservadora en Escocia.
El primer ministro británico, en el arranque de la conferencia conservadora en Escocia. (Andy BUCHANAN | AFP)

El primer ministro británico, Boris Johson, afirmó ayer a su llegada a Aberdeen que «no es el momento para otro referéndum» en Escocia.

La ciudad portuaria del noreste de Escocia acoge este fin de semana la conferencia anual de la sucursal del Partido Conservador británico.

Johnson alertó en su intervención en la conferencia «tory» contra la agenda del gobierno autónomo de Escocia, liderado por el Partido Nacional Escocés (SNP), que defiende un nuevo plebiscito sobre la independencia para antes del final de 2023.

«No es el momento para tener discusiones sobre la Constitución» británica, dijo ante el repleto auditorio P&J de Aberdeen, «mientras un país europeo está siendo bombardeado en la guerra más cruenta desde 1945 (en alusión a la invasión rusa de Ucrania) y cuando los servicios públicos y la economía necesitan recuperarse de la pandemia» de coronavirus.

En su discurso, Johnson elogió al líder de los conservadores escoceses, Douglas Ross, por ser el «único líder político en Escocia» que se pronuncia «alto y claro» contra las reivindicaciones soberanistas.

El jefe del Gobierno británico trata así de cerrar la brecha que se ha abierto en los últimos meses entre él y Ross, que llegó a pedir su dimisión tras el escándalo de las fiestas en Downing Street.

Popularidad por los suelos

Las últimas encuestas confirman la baja popularidad de Johnson en Escocia. Un 80 %  cree que está haciendo un mal trabajo, por sólo un 14 % que se muestra de acuerdo con él, según el barómetro de YouGov publicado este mes.

Ese sentir no es nuevo, aunque se vio acentuado por la agria polémica que desataron las celebraciones durante el confinamiento en la residencia oficial del primer ministro, destapadas a principios de año.

Esos eventos llevaron al jefe de los «tories» escoceses a exigir su renuncia, al considerar «insostenible» su «posición como primer ministro y líder del partido».

Desde entonces, la relación de Ross con sus colegas del Gobierno británico ha quedado enturbiada, hasta el punto de que el secretario de Estado para el Brexit, Jacob Rees-Mogg, llegó a describir al líder escocés como un político de «poca influencia» en la formación.

«No hay una buena relación» entre Ross y Johnson, señala a Efe el doctor Alan Convery, de la Universidad de Edimburgo, especializado en conservadurismo, que destaca la importancia simbólica de las palabras de Rees-Mogg: «Es significativo  que un primer ministro permitiera decir algo similar» sobre uno de los barones del partido, subraya.

Ross reconsideró su petición tras el inicio de la guerra en Ucrania. «No es el momento para exigir dimisiones», ha afirmado el líder escocés este mes, antes del congreso de primavera.

Tregua momentánea

Los conservadores escoceses están «muy decepcionados por el comportamiento del primer ministro», insiste el diputado escocés y portavoz conservador para la covid, Murdo Fraser, quien añade que  «ahora es una situación diferente, con la guerra en Ucrania», y hay que «aparcar nuestras diferencias con el primer ministro, por ahora».

Y es que dos de cada tres escoceses creen que Johnson debe dimitir, según el sondeo publicado hoy por la firma ComRes.

«Estamos en una tregua, en un alto al fuego, no es una paz», señalan algunos conservadores escoceses en los círculos de los pasillos del congreso.

Según el doctor Convery, Johnson «ya tenía una difícil relación con los conservadores escoceses anterior a esto, porque representa «parte del discurso duro en el Brexit y una relación muy distante con la Unión Europea», posiciones poco favorables en el contexto escocés.

«Políticamente (Johnson) se concentra más en los diputados que ganó en el (cinturón rojo del) norte de Inglaterra» en las últimas elecciones, que en «cómo conseguir conectar con el electorado escocés», argumenta el analista

Los «tories» escoceses están «en una encrucijada», según el politólogo. «Preferirían a otro líder» pero su unionista les obliga a apoyar a un Johnson a quien perciben como «problemático a nivel político y personal».