Brown Jackson, ¿primera mujer negra en el Supremo de EEUU pese a la ofensiva republicana?
«Juez activista» y «blanda con la pederastia» para republicanos y favorita del ala progresista demócrata, Ketanji Brown Jackson es la primera afroestadounidense candidata a ocupar un puesto en la Corte Suprema de EEUU. A propuesta del presidente Joe Biden, puede ser elegida el 8 de abril.
El tercer y último día de audiencias para la confirmación de la jueza Ketanji Brown Jackson para un puesto en la Corte Suprema de EEUU Ted Cruz finalmente se quedó sin tiempo. El senador republicano custodiaba a su lado el el libro ‘The end of Policing’, de Alex S. Vitale, así como la obra ‘Antiracist baby’, de Ibram X. Kendi, que previamente había agitado en el aire, durante el transcurso del interrogatorio en el que preguntó a la magistrada acerca de las lecturas que recomendaban en la Georgetown Day School, donde Jackson es miembro del consejo de administración.
Tras la audiencia, la primera de esas obras, ‘The end of Policing’, en el que el sociólogo Alex S. Vitale reflexiona sobre la naturaleza de la policía, alcanzaba el número 1 en ventas de la sección de ‘Políticas Sociales Gubernamentales’ de Amazon. «Cada compra ahora viene con un vial de lágrimas de Ted Cruz», señalaba en Twitter el propio autor.
Jackson aspira a convertirse en la primera mujer negra en llegar al Tribunal Supremo de EEUU en sus 232 años de historia, y Cruz utilizó esos libros para intimidarla en el marco de un sórdido interrogatorio incluso para los estándares republicanos.
Durante casi cinco horas, Jackson aguantó impasible preguntas tan disparatadas como si cree que hay bebés racistas –en referencia al libro de Kendi– o acusaciones descomedidas acerca de un falso tratamiento favorable a los acusados de pederastia, al más puro estilo QAnon. Cruz alertó, asimismo, de que la magistrada podría llevar a cabo lo que calificó como «activismo judicial».
De Miami a Harvard
En su la audiencia, Jackson hizo referencia a lo histórico de su nombramiento y rindió homenaje a Constance Baker Motley, la primera mujer negra en ocupar un cargo como jueza. Era 1966. «Estoy bastante segura de que si trazan el linaje de mi familia (...) verán que mis antepasados fueron esclavos en ambos lados», había proclamado Jackson hace un año en el mismo Senado.
De 51 años, Ketanji Brown Jackson nació Washington pero se mudó a Florida cuando era una niña pequeña junto a sus padres, graduados en colegios y universidades históricamente negras. Ya en Miami, su padre pasó a ser el abogado principal de la Junta Escolar del Condado de Miami-Dade. Su madre, en cambio, desempeñó un puesto como directora en una escuela pública.
Jackson estudió Miami Palmetto High School, una escuela pública por la que pasó el dueño de Amazon, Jeff Bezos, o diferentes deportistas y artistas populares en EEUU. Fue una estudiante brillante que destacó en el equipo de debate. Su pasión por el Derecho nació de la influencia de su padre.
Acabaría por graduarse cum laude en Harvard en dos ocasiones antes de desarrollar una carrera meteórica que incluyó un periodo como asistente de Stephen Breyer, el mismo juez del Supremo al que ahora aspira a reemplazar. Antes de entrar a la facultad, trabajó como reportera e investigadora en la revista ‘Time’ en Nueva York.
La magistrada lleva 26 años casada con el cirujano Patrick Jackson, cuñado del que fue presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan. Y tienen dos hijas: Talia, de 21 años, y Leila, de 17, que la acompañaron en el Senado junto a sus padres.
Fue elegida vicepresidenta de la Comisión de Sentencias de EEUU, donde contribuyó a reducir las penas por delitos federales de narcotráfico, algo que permitió liberar al menos 1.800 presos y acortar las sentencias de unos 12.000.
Era un asunto que conocía de cerca: su tío fue condenado a cadena perpetua por un crimen no violento de drogas, aunque gracias a un acto de clemencia del expresidente Barack Obama, fue liberado en 2017, poco antes de morir.
Pero Jackson también creció familiarizada con la Policía: otro de sus tíos fue jefe de Policía en Miami, mientras que un tercero fue detective y su único hermano fue un agente policial infiltrado en las calles de Baltimore, antes de ser enviado a Irak durante la guerra de 2003.
Sentencias polémicas
Jackson es la favorita del ala progresista de los demócratas y ha recibido el apoyo del abogado Ben Crump, que representó a las familias de una decena de víctimas de la brutalidad policial y el racismo, incluidos George Floyd y Breonna Taylor.
Ese respaldo se debe en parte a las decisiones que tomó Jackson durante su etapa como jueza de una corte federal de Washington: en 2018, por ejemplo, invalidó un plan del entonces presidente, Donald Trump, para facilitar el despido de los trabajadores del sector público.
En 2019 bloqueó un plan de Trump para expandir las deportaciones exprés de personas sin papeles, aunque ese mismo año permitió que el presidente esquivara normas medioambientales para construir el muro con México, al opinar que el tema estaba fuera de su jurisdicción.
Como abogada de oficio, Jackson defendió a cuatro presos acusados de «terrorismo» detenidos en la base naval de Guantánamo.
La candidata de Joe Biden a ocupar un asiento en el Supremo es, desde el año pasado, jueza en la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, considerado el segundo tribunal más importante del país y una plataforma para ascender al Supremo.
Esta jueza, con una década en el banquillo a sus espaldas fue interrogada en la audiencia del Senado con preguntas que nunca se le harían a sus homólogos blancos.Sin embargo, parece que nada impedirá que sea designada el 8 de abril, ya que solo se necesita una mayoría simple de 51 votos y los demócratas cuentan con 50 escaños, además del voto de desempate de la vicepresidenta, Kamala Harris, que ejerce como presidenta de la Cámara Alta.
En todo caso, la llegada de Jackson a la corte no cambiaría la composición ideológica del Supremo estadounidense, que con seis jueces de tendencia conservadora y tres progresistas, está más inclinado a la derecha que en ningún momento desde la década de 1930.
Sin embargo, sí ampliará la diversidad de una corte en la que ahora mismo hay cinco hombres blancos, uno negro y tres mujeres, una de ellas la latina Sonia Sotomayor.