NAIZ

Da la alerta para que no roben un cajero y acaba humillado por cinco ertzainas

Un vecino de Gasteiz encontró este jueves un cajero del que se podía extraer dinero, ya que se encontraba en «modo supervisor». Dio un doble aviso al banco y a la Ertzaintza y se encerró para que no entrara nadie. Ahora denuncia trato humillante por parte de los agentes que intervinieron. 

Cajero en «modo supervisor» que originó el incidente.
Cajero en «modo supervisor» que originó el incidente. (NAIZ)

Los sucesos acaecieron sobre las 12.40 de este jueves en una cajero de la calle Francia de Gasteiz, cuando un usuario encontró el cajero automático en un modo que permitía aparentemente sacar el dinero que estaba guardado. Hizo una prueba y extrajo 1,8 euros, que no llegó a tocar. 

Ante la duda de por qué se encontraba el cajero en esa situación, avisó a la entidad y decidió cerrarse dentro. También avisó a la Ertzaintza, dado que no era descartable que se tratara de un robo sin concluir. Cuando llegaron los agentes, empezaron los problemas, según ha relatado a NAIZ.

La versión de lo ocurrido con los agentes no es contrastable, pero sí lo correspondiente al aviso a la entidad bancaria. NAIZ se ha puesto en contacto con la responsable de dicho cajero, quien ha confirmado que el aviso fue recibido tal y como relata el denunciante, que el cajero se encontraba «en modo supervisor» y que no faltó dinero. Asimismo, según esta responsable, la pantalla solo hub¡era permitido sacar monedas y no vaciar las tolvas de billetes. 

«Cuando llegaron los agentes había uno que me conocía de antes», relata la persona que se encontró en el cajero. Dentro del cajero el comportamiento fue, en líneas generales, correcto. «Creo que porque sabían que hay cámaras».

Una vez salió y hubo andado cien metros el agente con el que había mantenido discrepancias anteriormente (una vez le encontró un porro de marihuana y, posteriormente, el ciudadano le recriminó por no usar la mascarilla, reaccionando el policía de modo violento, según el relato ofrecido) le gritó: «Hueles a marihuana».

El ciudadano asegura que los agentes fueron por él y le cachearon. «Ni siquiera palparon bien, fue para humillarme», asegura. En ese momento, el policía al que recriminó la mascarilla el verano pasado dijo en alto en plena calle que «le estaban investigando por kale borroka y tráfico de drogas». El denunciante niega ambas acusaciones, por lo que decidió encaminarse a la comisaría ubicada en la calle Portal de Foronda a plantear una queja. 

Sin denuncia

Según su versión, allí se negaron a registrar su denuncia. El agente encargado le aseguraba que no se puede interponer una denuncia por un registro, a lo que él manifestó que no denunciaba el cacheo, sino por la agresión, maltrato y amenazas. No obstante, no logró que nadie le tomara la denuncia en comisaría. 

«Podía haber robado el cajero o haberme ido sin meterme donde no me llaman. Decidí actuar bien, para que luego vengan, me pongan contra la pared, digan que huelo a droga y empiecen con provocaciones de que me van a mandar a un siquiátrico», denuncia el ciudadano.

Ante esa indefensión, esta persona relata haber llamado al 112, donde sí que tomaron registro de lo sucedido, aunque no pudo, por los nervios, anotar los números de identificación de los agentes actuantes.