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Rusia reconoce efectos de las sanciones occidentales

Rusia, que mantiene un férreo control informativo tanto sobre la guerra como sobre sus efectos, reconoce decenas de miles de despidos y millones de afectados por «cambios en el régimen laboral», además del encarecimiento de los productos básicos. La ONU alerta del grave impacto en la economía rusa.

Mujeres esperan al autobús en el exterior de un centro comercial en Moscú.
Mujeres esperan al autobús en el exterior de un centro comercial en Moscú. (Natalia KOLESNIKOVA | AFP)

La vicepresidenta del Consejo de la Federación ruso (Senado), Galina Karelova, ha reconocido que 95.865 personas han perdido el trabajo tras el cese de su actividad en el país por la campaña militar rusa en Ucrania y las sanciones occidentales

A su vez, cifra que 36.765 organizaciones, en las que trabajan más de 8 millones de personas, han visto modificado su régimen laboral.

«El mayor número (de personas que dejaron de trabajar temporalmente) se observa en Moscú, Samara, Kaluga y San Petersburgo», señala la senadora.

Karelova indica que el Gobierno adoptó nuevas medidas para apoyar a los ciudadanos, que beneficiarán por el momento a más de 600.000 personas.

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, informó la semana pasada que alrededor de 300 empresas extranjeras han cesado sus actividades en Moscú tras la imposición de las sanciones occidentales contra Rusia.

El fabricante de automóviles Renault, que tiene en Rusia su segundo mercado más importante, ha sido el último en añadirse a esta lista, al suspender sus actividades, un día después de la francesa TotalEnergies. Ambas habían sido muy criticadas por seguir haciendo negocios en Rusia y han recibido presiones.

En la fábrica Renault de Moscú se ensamblan tres modelos (Captur, Duster y Arkana) así como el Terrano de sus socios de Nissan. En cuanto a su participación de casi el 68 % en las dos unidades de AvtoVaz –donde está el grueso de la plantilla ,la empresa francesa «actuará «de manera responsable respecto a sus 45.000 asalariados en Rusia».

Aún queda otro grande grupo francés en el centro de las críticas, Leroy Merlin, que descarta, de momento, dejar de operar en Rusia.

En una alocución en la Asamblea francesa, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reclamó a las empresas galas que «dejen de ser los patrocinadores de la maquinaria de guerra rusa».

El otro efecto que están sufriendo los rusos es la inflación. Según Bloomberg, desde principios de marzo, los precios al consumidor han aumentado un 5,38% y desde principios de año, un 7,67%. Solo la semana que concluyó el 18 de marzo  los precios subieron un 1,93% y la anterior un 2,09%.

El precio del azúcar ha subido casi un 14% y en algunas regiones rusas hasta un 37%, mientras que otros productos como el arroz y las verduras superan el 3%.

El miedo a la escasez ha llevado a muchos rusos a abastecerse de productos de primera necesidad.  

Desplome del 7%

La economía de Rusia caerá un 7,3 % en 2022, según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNCTAD) en su informe actualizado de previsiones.

Hace seis meses la agencia de la ONU preveía que crecería un 2,3 % este año, pero ha decidido bajar esta previsión en 9,6 puntos. Rusia, después de Ucrania, será el país más afectado por las consecuencias económicas de la guerra que inició hace un mes.

UNCTAD también prevé que la economía de la UE crezca sólo un 0,9 %, frente al 3 % estimado hace medio año, muy por debajo de los aumentos de PIB previstos en América (2,4 %) y en Asia (3,8 %).

Escasez de medicinas

La agencia Efe asegura que empiezan a escasear las medicinas y otros productos básicos.

Siempre según esta agencia, una de las primeras secuelas son las colas en las farmacias de Moscú y los pocos días comenzaron a escasear la insulina, las medicinas para tratar enfermedades crónicas y los fármacos para bebés y embarazadas.

Aunque el Gobierno prohibió la devolución de los cargamentos de fármacos extranjeros en territorio ruso, la actual crisis demostraría la excesiva dependencia de la industria farmacológica rusa de los componentes occidentales.

Según Efe, numerosos moscovitas llamar por teléfono a las farmacias para encargar medicinas y hacer acopio para varios meses.

Aunque las autoridades han quitado hierro a los problemas de abastecimiento, más de 80 fármacos escasean, según una encuesta efectuada por la prensa local entre profesionales de la medicina.

La corporación francesa Sanofi fue la última en suspender el suministro de medicinas no vitales a Rusia.

Además, en los supermercados hay escasez de productos básicos como «grechka» o trigo sarraceno -alimento fundamental en la dieta de los rusos-, azúcar y papel higiénico, y los precios de algunos artículos se han disparado ante el repentino aumento de la demanda.

Putin ha ordenado al Ministerio de Agricultura que coordine con las autoridades regionales las medidas necesarias para reducir las tensiones en el mercado de alimentos. Además, las autoridades han decidido simplificar los procedimientos para importar azúcar y ampliar la superficie de cultivo de aquellos productos que escaseen.

Bancos, aviones, trenes...

Parte del sistema bancario ruso fue excluido del sistema de comunicación interbancario internacional SWIFT y las reservas de oro y divisas rusas en el extranjero fueron congeladas.

EEUU y la Unión Europea cerraron su espacio aéreo a Rusia, que respondió cerrando el suyo para las aerolíneas occidentales.

El Allegro, el tren de alta velocidad que realiza el recorrido entre la capital de Finlandia, Helsinki, y la segunda ciudad más grande de Rusia, San Petersburgo, y última conexión ferroviaria de la Unión Europea con Rusia, dejará de funcionar mañana sábado

Las sanciones afectan casi a cada sector de la economía rusa, incluido a los oligarcas, que tienen numerosos activos en Occidente.

Aunque los que lo sufrirán realmente y a largo plazo serán los rusos comunes y corrientes.

Las autoridades han reconocido que la contracción económica provocará un aumento de las tensiones sociales dentro de la sociedad rusa, pero confían en que la mayoría de la población acepte con resignación esta situación en aras a forzar un repliegue de la OTAN del este de Europa, y concretamente, a que deje de flirtear con Ucrania.