Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La otra Super Bowl

El martes por la mañana creía estar viviendo en un sueño, cuando desayunando con la prensa comprobé que por primera vez en la historia la información de los Óscar copaba todas las portadas y se convertía en el tema estrella de las columnas y páginas de opinión. También, y esto es más raro aún, la clientela del café discutía sobre algo ocurrido en torno a un acontecimiento cinematográfico. Lo que en mi pueblo no había sucedido jamás de los jamases. A esa hora temprana en todo el mundo se estaría hablando de lo mismo, que para eso habitamos la aldea global, conquistada accidentalmente por la Academia de Hollywood sin ningún plan preestablecido, que yo sepa.

En el guion la Alfombra Roja tenía que ser la protagonista, porque hoy en día la moda vende más que el cine, o lo que queda de él. Entre plataformas e influencers anda el futuro del audiovisual, y la Ceremonia de los Óscar ha acabado por hacerse un sitio en medio del caos mediático de igual modo que en su día lo consiguió la Super Bowl, un espectáculo deportivo eclipsado por un descuido casual de Janet Jackson.

Lo ocurrido en la madrugada del pasado domingo va a condicionar las proximas ediciones de los Óscar por muchos años, y a nadie le va importar ya cuál pueda ser la película ganadora. De hecho, sigo sin enterarme si este año ha habido realmente un título destacado sobre el resto.