Una pregunta parlamentaria del senador Carles Mulet (Compromís) ha revelado que el gasto en el recrecimiento del pantano de Esa es de 380 millones de euros, «un 75% más de lo informado hace tan solo un año», según ha informado la Asociación Río Aragón».

«Se constata que, de forma reiterada, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha intentado ocultar la escandalosa escalada del gasto público que está conllevando esta obra. Es en gran parte consecuencia de la falta de rigor técnico del proyecto, de las incorregibles deficiencias del terreno en que se asienta la presa y de la nefasta ejecución de lo realizado», denuncia este colectivo.

En este sentido, recuerda que la ministra Teresa Ribera en 2020 cifró en 212 millones de euros lo gastado en Esa en una respuesta al diputado Juantxo López de Uralde (Unidas Podemos). «Ha sido necesario reiterar las preguntas y pedir mayor grado de concreción para que la CHE tenga que reconocer que lo realmente invertido son 380 millones, es decir un 75% más de los reconocido hasta la fecha», constata la Asociación Río Aragón.

Este desfase, según señala este colectivo, se debe a que «se habían intentado ocultar obras complementarias, de emergencia o incremento de expropiaciones. Los incorregibles deslizamientos que sufren las laderas de Yesa han tenido mucho que ver en ello».

Asimismo, destaca que en la respuesta a Mulet se constata que «el presupuesto de Yesa no es de 283 millones sino de, al menos, 443 millones de euros. Ello supone cuadriplicar lo adjudicado a la UTE (Ferrovial Agroman, ACS y FCC) hace 22 años o duplicar el Modificado 3, que redefinió el proyecto rebajando la cota, hace once años».

«Es un ejemplo vergonzoso de obra que se convierte en un gran negocio para los adjudicatarios mediante sucesivos incrementos de presupuesto», señala la Asociación Río Aragón.

«Es hora de que la CHE tenga que dar cuenta en sede parlamentaria de todo lo que está ocurriendo con el recrecimiento de Yesa y que a partir de allí se aborde de forma seria su final de obra y renuncia de llenado. Es la única forma de terminar con una obra que nunca debió iniciarse desde criterios de racionalidad y sostenibilidad», proclama la Asociación Río Aragón.