Maitane Aldanondo

«O te sale bien o al menos has aprendido»

Inteligencia Artificial y música se unen en AI Composer, una aplicación móvil que permitirá componer música empleando la voz. La iniciativa de un informático irundarra ha recibido el apoyo de varias entidades, así como premios. Estará en el mercado para 2023.

El irundarra Javier Aguirre Herrero aplica los conocimientos sobre Inteligencia Artificial que adquiere en el máster que cursa en la Facultad de Informática de Donostia.
El irundarra Javier Aguirre Herrero aplica los conocimientos sobre Inteligencia Artificial que adquiere en el máster que cursa en la Facultad de Informática de Donostia. (M.A.)

Convertir el tarareo en partitura es el objetivo que persigue el irundarra Javier Aguirre Herrero. Graduado en informática, también ha completado los estudios de grado elemental y profesional de Música en el conservatorio de su Irun natal. Lleva meses desarrollando la aplicación móvil AI Composer, en la que aúna sus conocimientos para que hacer posible componer en cualquier momento y lugar utilizando sólo la voz. Paralelamente, cursa el Máster en ingeniería computacional y sistemas inteligentes de la UPV/EHU, cuyos conocimientos aplica a su idea. Aún faltan meses para que llegue al mercado, pero ya le ha valido el Premio Manuel Laborde Weirlinder en la categoría de Proyectos Fin de Grado, Máster y Tesis Doctorales que entrega la propia universidad, así como el galardón a la mejor idea emprendedora de Irun Ekintzan, repartidos el pasado martes.

Aguirre se describe como creativo e inquieto. A la par que con la música empezó con la magia a los 5 años. Tiene un proyecto previo a AI Composer, Magia y música, con el que ha hecho varios espectáculos y actividades. No lo descartaba como salida profesional, pero es más un hobby. Reconoce que esa parte emprendedora «ha estado siempre ahí», pero no pensaba en crear una startup. Todo cambió a su regreso de Corea del Sur, donde estuvo de intercambio universitario. Contactó con Bidasoa Activa, porque tenía ganas de crear algo. Les comentó lo que sabía tanto de música como de Inteligencia Artificial y le dieron una oportunidad, a la espera de que encontrara su idea.

Durante días pensó en distintas posibilidades, pero descartó todas, hasta que de repente apareció. «Fue muy de película», recuerda, «un día saliendo de la universidad, estaba en el bus y vi a un colega con una partitura en el portátil. En ese momento me vino la idea a la cabeza». Tanto compositores como músicos, en general, emplean un software de edición de partituras para poder escuchar de vuelta lo que han escrito; y conectan un piano digital al ordenador para no tener que colocar las notas una por una. El problema llega cuando no se tiene un teclado a mano. Aguirre dio con una posible solución: ¿Por qué no hacerlo directamente con la voz? «La idea es aprovechar esto que todas las personas tenemos y componer en cualquier momento, sin necesidad de aparatos, con tu móvil o tablet». Basta con dictar las notas o tararear.

«Al emprender hay días que lo ves todo maravilloso y otros en los que dices que es imposible. Un premio te motiva para creer que vas por el buen camino»

Compromiso y constancia

Bidasoa Activa le cedió un espacio en un coworking durante seis meses, y le concedió un aporte de 200-300 euros al mes. No obstante, Aguirre considera que lo más importante es que tuvo que comprometerse a ir allí cada día, ya que le obligó a seguir con su proyecto. También valora los contactos y la formación que le han brindado. En diciembre recibió el premio Manuel Laborde que le supuso un impulso. «Al emprender hay días que lo ves todo maravilloso y otros en los que dices que es imposible. Un premio te motiva para creer que vas por el buen camino». Recibió 3.000 euros y acceso a la ayuda Txekintek-Ekintzaile de BIC Gipuzkoa.

Las entidades que le han apoyado le han marcado los pasos a seguir y Aguirre se ha dado cuenta de lo que supone emprender; un aprendizaje que dice disfruta y le resulta interesante. «Aprendes o emprendes: O te sale bien o al menos has aprendido. Ese aprendizaje para tu vida, para todo, vale muchísimo. En ningún momento me arrepentiré, aunque se vaya todo al traste». Agradece toda la ayuda recibida y da especial valor a la oportunidad de conocer a otras personas emprendedoras. «Te das cuenta de que no estás loco y de que hay un montón de gente que ha hecho el mismo proceso y lo ha conseguido. Es muy importante», concluye.

A día de hoy, el reconocimiento de las notas, decirlas y que se plasmen en la pantalla, funciona con un 85% de precisión, porque, como explica Aguirre, «tiene muy pocos datos. He grabado a 50 personas para entrenar el modelo de inteligencia artificial. Hace falta un poco más». El sistema aprende con el uso. La parte de la frecuencia, la del tarareo o la de tocar el instrumento y que se transcriba, «funciona de forma mucho más precisa». Ahora hace falta que funcione a tiempo real.

La intención del responsable es sacar un primer producto, una app «para guardar notas» que transcriba lo tarareado, dictado o tocado; y después un editor más grande, como para partituras de orquesta, orientado a compositores. Prevé lanzar al mercado la primera en 2023. Desarrolla AI Composer como proyecto de máster y a través de las becas de la UPV/EHU trabaja junto con la consultora IeTeam las posibles vías de monetización. Una es que sea gratuita y tenga una versión de pago con más funcionalidades o que incluya anuncios, o que sólo sea de pago la segunda app.