Como «disparatada» ha calificado la asociación Gurelur la gestión de la fauna en Nafarroa, ya que considera que se está poniendo especies «en peligro de extinción».
Después de un «trabajo ingente», dice Gurelur, se consiguió sensibilizar de la población de la necesidad de recuperar y conservar las poblaciones de los animales denominados alimañas al ser «imprescindibles» como otros animales salvajes para la recuperación y conservación del equilibrio ecológico.
Sin embargo, tras el aumento poblacional que algunas de estas especies, «por desgracia, poco a poco se está volviendo a una situación preocupante para el futuro de muchas» de ellas. Así, en Nafarroa, desde hace dos legislaturas «se permite y se alienta la cautividad de especies que están en peligro de extinción, se permite el ejercicio de la caza durante todo el año con las consiguientes molestias a la fauna en época de reproducción y se está permitiendo la caza de especies silvestres con poblaciones muy reducidas o cuya presencia es imprescindible para mantener el equilibrio ambiental».
«Al igual que en los años 60, se sigue criminalizando a las especies predadoras sin argumento científico alguno y sin que los ecologistas y técnicos podamos aportar nuestros conocimientos en la gestión de la fauna», afirma Gurelur, que asegura que en Nafarroa «se matan miles de zorros», se «permite matar a especies fácilmente confundidas por los cazadores y que no se aprovechan para comer» y «las mayores masacres se infringen» al zorzal común, charlo, real y alirrojo que se abaten desde las palomeras.
«A esta nefasta gestión de la fauna silvestre, hay que unir las insostenibles matanzas que ocasionan las centrales eólicas», construidas principalmente en zonas de valor ambiental y paisajístico, con tendidos eléctricos que «matan importantes cantidades de ejemplares de especies en peligro de extinción», como «a partir de ahora» los aerogeneradores y otras instalaciones industriales.
Gurelur considera que «lamentablemente nos están llevando a la oscuridad más absoluta» y denuncia que «la naturaleza navarra y su fauna van camino de retroceder a la situación que se vivió en la década de los 60, en los que se pagaba por matar a la fauna predadora que, los ignorantes de la época, al igual que los actuales en Navarra, ni saben de gestión ambiental, ni tienen la sensibilidad necesaria para no contribuir de forma tan sangrante en la destrucción».