El 20 de abril de 2016, en un partido contra el Atlético de Madrid en San Mamés, Iñaki Williams dio comienzo a una racha que está rompiendo todos los registros. No se ha perdido ningún encuentro de Liga en seis años y acumula 227 encuentros consecutivos. En octubre de 2021 batió la cifra de 202 partidos de Juanan Larrañaga, marcada por el exjugador de la Real en 1992. Asimismo, en noviembre de 2019 superó el número de partidos consecutivos de Carmelo Cedrún en el Athletic.

El delantero del Athletic ha sido un fijo en los esquemas de todos los entrenadores que han pasado por el Athletic en los últimos años, aunque haya pasado periodos sin hacer goles. Debutó de la mano de Valverde en diciembre de 2014 con 20 años. Partiendo desde la banda derecha, o en una posición más centrada, ha sido fundamental para Ziganda, Berizzo, Garitano y también Marcelino.

Criticado en muchas ocasiones por el escaso número de goles que marca o las ocasiones que desperdicia, es una de las referencias ofensivas del equipo y esta campaña es también el máximo goleador con 7 tantos. En ocho temporadas, ha participado en 334 encuentros, marcando 74 goles. El más importante de su carrera lo anotó en la prórroga de la final de la Supercopa de 2021 que sirvió para alzar el trofeo.

El 15 de junio va a cumplir 28 años y tiene contrato con el club rojiblanco hasta 2028, con una cláusula que asciende a los 135 millones.

Raíces y familia

Desde esta temporada comparte el vestuario del primer equipo con su hermano pequeño Nico Williams. El talentoso jugador de 19 años se desenvuelve en la posición de extremo y ha sido una de las sensaciones del curso, a pesar de perder cierto protagonismo tras la lesión sufrida a principios de año.

Hijos de una familia de emigrantes africanos, Iñaki siempre se ha mostrado orgulloso de sus raíces. En un vídeo que se hizo viral hace unos años subrayaba ante unos críos que «soy negro, pero también soy vasco» porque «he nacido aquí y me siento vasco».

Iñaki nació en Bilbo en 1994, pero creció en Iruñea. Según contó en una entrevista con Jorge Valdano, sus progenitores se conocieron en Ghana y llegaron a Europa desde Melilla, con salto de valla incluido, como relató el jugador en el programa ‘La Resistencia’ del humorista David Broncano.

Un sacerdote de nombre Iñaki les ayudó a desplazarse hasta Bilbo y por eso nació en la capital vizcaina y le pusieron su nombre. También les inculcó el amor al Athletic. Por motivos laborales se trasladaron a la capital navarra, donde nació Nico en 2002, y crecieron en el barrio de Errotxapea hasta recalar en las categorías inferiores del Athletic.