Este lunes ha dado comienzo en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa la primera sesión de la vista oral por el abuso sexual por parte de un joven a una amiga tras una noche de fiesta en Zarautz. La Fiscalía y la acusación particular piden siete años de cárcel para el joven. La defensa, por su parte, reclama la libre absolución de su cliente, quien sostiene que las relaciones fueron consentidas y que cesó en ellas en el mismo momento en el que así se lo pidió la chica.

El acusado y la víctima, que tenían 20 años cuando sucedieron los hechos, han declarado este lunes y está previsto que mañana el juicio quede visto para sentencia.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, los hechos habrían ocurrido sobre las 5.30 horas, en la cama del dormitorio del procesado, donde este abusó sexualmente de la joven pese a que le exigió que parara.

Ha explicado que en ese contexto ella se «bloqueó», se «paralizó por el pánico» y se quedó «quieta», sin gritar ni marcharse y sin saber «cómo reaccionar» en ese instante, a pesar de que el chico no había empleado violencia. Después, ella empezó a llorar, el hombre paró y ella se marchó corriendo.

«Yo no pienso que tuviera la mentalidad de abusar de mí o de violarme, simplemente tenía la mentalidad de aprovecharse, de que yo a lo mejor había bebido y ‘a ver si cuela: a ver si puede mantener relaciones sexuales conmigo’», ha señalado la chica, quien ha recalcado no obstante que «eso no significa que ella consintiese nada».

El acusado, por su parte, ha mantenido una versión diametralmente opuesta, y ha asegurado que los hechos se dieron en el contexto de una relación «mutua».

«En ningún momento se resistió, cuando me dijo que éramos amigos y que era mejor dejarlo, paré», ha reiterado. Asimismo, ha afirmado que ella no se lo dijo llorando «en ningún momento».