«Efectivamente, un nuevo paquete (de sanciones) está en curso de preparación pero no ha sido el tema del día; las discusiones siguen esta semana y habrá información en los próximo días», ha explicado la francesa Barbara Pompili, al término de la reunión extraordinaria de ministros de Energía que ha tenido lugar este lunes en Bruselas. El Gobierno francés gestiona la Presdiencia de turno de la UE durante este semestre.
En su entrada al encuentro, la representante polaca, Anna Moskwa, había hecho un llamamiento a los Estados miembros para implementar sanciones al petróleo y al gas rusos «inmediatamente». «El primer paso es el petróleo y luego el gas. Nosotros apostamos por hacerlo junto», ha incidido la titular de Clima y Medio Ambiente polaca ante los medios.
Por su parte, Alemania y Austria, dos países a priori con reticencias de incluir al sector energético en el paquete de sanciones por su alta dependencia de los combustibles fósiles rusos, han expresado que «están listas» para aplicar sanciones a las importaciones de crudo procedentes de Rusia.
El ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática alemán, Robert Habeck, ha puesto de relieve que, tras dos meses de trabajo, su país ha conseguido reducir la dependencia del crudo de Moscú, pasando del 35% al 12%.
Y la titular de Clima, Medio Ambiente y Energía austríaca, Leonore Gewessler, ha manifestado que Austria está «lista para participar en el embargo al petróleo si la Comisión y los países que participan están listos para introducirlo».
Hungría no aprueba el embargo total
La Comisión trabaja para que el sexto paquete de sanciones incluya el petróleo ruso, aunque todavía está por determinar si se tratará de un embargo total a las importaciones o de algún tipo de arancel comercial ya que, sin ir más lejos, Hungría ha destacado este lunes que no apoyará las sanciones a las importaciones de petróleo y gas, una decisión que requiere la unanimidad de los Veintisiete.
«La postura de Hungría sobre las sanciones de petróleo y gas a Rusia permanece sin cambios: no las apoyamos», ha señalado el portavoz del Ejecutivo húngaro, Zoltan Kovacs, a través de Twitter.
A su llegada al encuentro, la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, ha indicado que, «desde el momento en el que Rusia ha decidido detener el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, ha decidido no ser un proveedor de confianza». Y ha insistido en que el decreto ruso que obliga a pagar en rublos el gas «es un intento de dividir a la Unión Europea».
La comisaria ha asumido también que Moscú podría aplicar otros cortes de suministro de gas, pero ha asegurado que «hay planes de contingencia» y que los Estados miembros tienen «rutas alternativas de suministro».