Al menos 38 palestinos han resultado heridos como consecuencia de los enfrentamientos registrados este viernes entre las fuerzas de seguridad palestinas y los residentes de las localidades cisjordanas de Beita y Bayt Dajan.
Según el balance proporcionado por la Media Luna Roja palestina y recogido por 'The Times of Israel', entre los heridos se encuentran dos jóvenes de 13 años de edad que recibieron los impactos de balas de goma israelíes en las extremidades. El resto han recibido atención médica por intoxicación leve a causa de los gases lacrimógenos disparadas por las fuerzas de seguridad de Israel.
Estos enfrentamientos han tenido lugar un día después de la muerte tres israelíes en la localidad de Elad. La Policía prosigue la búsqueda de los dos palestinos identificados como responsables del ataque, Subhi Abú Shqeir y Yusef Asad al Rifai.
Conviene señalar que las fuerzas israelíes han detenido al padre de Abú Shqeir, Imad, residente de la localidad cisjordana de Yenín, mientras trabajaba en Israel, según confirman fuentes de seguridad al 'Yedioth Aharonoth'.
Naciones Unidas mostró a finales de abril su «profunda preocupación» por la «creciente violencia» en Israel y los territorios palestinos ocupados, que ha dejado decenas de víctimas mortales, la mayoría palestinas.
Israel anuncia nuevos asentamientos
Y pararece que la situación podría empeorar, ya que Israel planea aprobar la próxima semana la construcción de unas 4.000 viviendas más en asentamientos colonos en Cisjordania ocupada.
La Administración Civil de Israel, órgano que controla los territorios controlados por Israel en Cisjordania, tiene previsto aprobar en su reunión del jueves la construcción de 2.536 viviendas, además de dar luz verde a otras 1.425 en una fase anterior, según ha informado este viernes en un comunicado esa entidad dependiente del Ministerio de Defensa.
Los planes de construcción implicarán la construcción de 364 apartamentos en el asentamiento de Doley; 534 en Shvut Rahel; 761 en Betar Illit; 56 en Negohot y 156 en Kiryat Arba, a las afueras de Hebrón.
«Acojo con beneplácito la convocatoria del administración civil la próxima semana en preparación para la construcción de unas 4.000 unidades de vivienda», ha afirmado en Twitter la ministra de Interior, Ayelet Shaked, mano de derecha en el partido ultranacionalista Yamina del primer ministro, Naftali Benet.
La construcción de asentamientos, apoyada fundamentalmente por la derecha ultranacionalista, en uno de los puntos que más divide también dentro de la coalición del gobierno, que alberga a ocho partidos del todo el arco ideológico.
«La construcción de asentamientos en los territorios ocupados es inmoral y daña el futuro de los ciudadanos israelíes», ha señalado el diputado del partido Meretz, Mossi Raz.
El anuncio también ha provocado la animadversión de la Autoridad Nacional Palestina, que ha exigido que se revoque la medida, un «desafío flagrante a la legalidad internacional y al consenso internacional que rechaza los asentamientos».
Líderes del movimiento colono han expresado también su decepción con la medida, que prevé 2.000 viviendas menos de las que se les había prometido inicialmente, según dicen.
Ddesde la Casa Blanca ya han expresado su rechazo a esa medida todavía pendiente de aprobación, aunque no parece que la situación llegue al extremo de hacer peligrar una previsible visita a Israel del presidente Joe Biden a finales de junio.
Washington insiste en que la construcción de asentamientos es la principal amenaza a la solución de los dos Estados. Cuando el nuevo gobierno aprobó la creación de 3.000 nuevas viviendas en octubre, el Departamento de Estado calificó la medida como «completamente inconsistente con los esfuerzos para reducir las tensiones y restablecer la calma».