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El hambre se cobra una vida cada 48 segundos en África Oriental

Según estimaciones realizadas por Oxfam Intermón y Save the Children cada 48 segundos una persona podría morir por hambre en Etiopía, Kenia y Somalia, que enfrentan la peor sequía en 40 años. A ello se une la subida de los precios de los alimentos por la guerra en Ucrania.

Abdulahi Farah Isse, de 27 años, se dedica al pastoreo en Puntlandia. Su labor se ha visto duaramente afectada por la sequía.
Abdulahi Farah Isse, de 27 años, se dedica al pastoreo en Puntlandia. Su labor se ha visto duaramente afectada por la sequía. (Petterik Wiggers | Oxfam)

«Más de una década después de la tardía respuesta a la hambruna que en 2011 se cobró la vida de más de 260.000 personas en Somalia, la mitad de ellos menores de cinco años, el mundo se muestra una vez más incapaz de evitar una situación catastrófica de hambre en África Oriental», denuncian en un nuevo informe Oxfam Intermón y Save the Children.

Ambas organizaciones estiman que en Etiopía, Kenia y Somalia una persona podría morir víctima del hambre cada 48 segundos como resultado de la peor sequía en 40 años, el covid-19, la crisis climática, la inflación y la subida «sin precedentes» de los precios de los alimentos por la guerra en Ucrania. Prevén que, a nivel general, en todo el mundo, 181 millones de personas padezcan niveles críticos de hambre en 2022.

En Kenia, precisan, 3,5 millones de personas están en situación de hambre extrema. «Los fondos desembolsados para afrontar la emergencia son totalmente insuficientes, mientras otras crisis, entre ellas la guerra en Ucrania, contribuyen a agravar la escalada de hambre en la región», subrayan.

En Somalia, la ONU estima que 350.000 niños podrían morir para el verano si «los gobiernos y los donantes no abordan la situación de inseguridad alimentaria y desnutrición de forma inmediata».

Inciden en que el número de personas que padece hambre extrema en estos tres países se ha duplicado con creces desde 2021, pasando de diez millones de personas a más de 23 millones en la actualidad.

Mientras, el nivel de endeudamiento se ha multiplicado por más de tres (de 20.700 millones de dólares en 2012 a 65.300 millones en 2020), lo que «obliga a estos países a desviar recursos destinados a servicios públicos y medidas de protección social para hacer frente a la deuda».

«El hambre, un fracaso político»

El director general de Oxfam Intermón, Franc Cortada, denuncia que «a pesar de que las señales de alerta eran cada vez más claras, la respuesta de las y los líderes mundiales ha sido lamentable: demasiado tardía y demasiado escasa, dejando a millones de personas en una situación catastrófica. El hambre es un fracaso político».

«Estamos viendo unas cifras terribles de desnutrición severa, y se prevén cerca de 5,7 millones de niñas y niños con desnutrición aguda para finales de este año. Ante la advertencia de las Naciones Unidas de que más de 350.000 podrían morir si no actuamos, cada minuto que pasa es un minuto más cerca de la inanición y la posible muerte de un niño o niña. ¿Cómo podemos aceptar que esto vuelva a ocurrir?», ha añadido Andrés Conde, director general de Save the Children.

«La situación es desoladora. Tanto las personas como el ganado están en riesgo de perecer. En algunas zonas de las provincias de Marsabit y Samburu, en Kenia, ya se está informando de la muerte de niñas, niños, mujeres embarazadas y personas ancianas. Si no se interviene de forma urgente, probablemente seamos testigos de más muertes», ha advertido.

Consecuencia del cambio climático

El cambio climático ha provocado que esta sequía agravada por el fenómeno La Niña en el Cuerno de África sea «más profunda y prolongada de lo habitual. Se trata de la peor sequía en 40 años. Esta sequía ha diezmado las reservas económicas, los rebaños y la salud de las personas. Sin embargo, la región es una de las que menos contribuye al cambio climático, pues en su conjunto apenas emite el 0,1 % del total de las emisiones de carbono globales».



«La gente muere de hambre no porque en el mundo falte comida o dinero, sino por una absoluta falta de voluntad política. Los países ricos consiguieron movilizar con éxito, y muy justificadamente, más de 16.000 millones de dólares en un mes para dar respuesta a la terrible crisis en Ucrania. Los países pueden movilizar recursos para evitar el sufrimiento humano, pero solo si así lo desean», afirma Franc Cortada. 

Hasta la fecha, tan solo se ha cubierto el 2 % (93,1 millones de dólares) de los 4 400 millones de dólares del llamamiento de las Naciones Unidas para Etiopía, Kenia y Somalia.

Por ello, piden a los líderes del G7 y resto de países occidentales que proporcionen fondos de «forma inmediata» para financiar el llamamiento de las Naciones Unidas de 4.400 millones de dólares para los tres países.

Asimismo, instan a los gobiernos de Kenia, Etiopía y Somalia a incrementar la protección social para ayudar a las personas a hacer frente a las diversas crisis y a invertir al menos el 10% de sus presupuestos en agricultura, especialmente en medidas que beneficien a los productores a pequeña escala y las mujeres agricultoras.