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Señales de tortura y ejecuciones sumarias tras la matanza de la Policía en una favela de Río

Los cuerpos hallados tras la operación policial que provocó 26 muertos el pasado martes en una favela de Rio de Janeiro presentan signos de tortura y ejecuciones sumarias, según defensores de los derechos humanos y testigos.

Un hombre se dirige a los policías ante el hospital Getulio Vargas, en Río de Janeiro, tras la masacre del martes.
Un hombre se dirige a los policías ante el hospital Getulio Vargas, en Río de Janeiro, tras la masacre del martes. (Mauro PIMENTEL | AFP)

Los cuerpos hallados tras la operación polcial que provocó 26 muertos el pasado martes en una favela de Rio de Janeiro presentan signos de tortura y ejecuciones sumarias, según un abogado defensor de los derechos humanos.

«Vimos un cadáver cuyo rostro estaba cubierto de un polvo blanco que parecía cocaína», ha señalado Rodrigo Mondego, jefe de la comisión de derechos humanos del Colegio de Abogados de Río. «Los que mataron a esta persona le untaron cocaína en la cara y posiblemente lo obligaron a comer. Esto es un acto de tortura», ha denunciado, y ha añadido que hubo testimonios de personas asesinadas con cuchillos.

Según el último informe de las autoridades sanitarias que contabilizó los cadáveres, 26 personas murieron durante el asalto policial del martes en Vila Cruzeiro, una favela al norte de Río, incluida una mujer herida por una bala perdida.

La Policía de Río, que dice haber sido objeto de intensos disparos en Vila Cruzeiro, ha rebajado este jueves el número de muertos a 23, al señalar que tres cuerpos procedían de otra favela a 5 kilómetros de Vila Cruzeiro, donde sospechaba enfrentamientos entre narcotraficantes.

Rodrigo Mondego acudió el mismo ¡martes a Vila Cruzeiro, con miembros de la Defensa Pública, mientras aún se desarrollaba el operativo, a petición de representantes de una asociación de vecinos.

«También sospechamos de un gran número de ejecuciones sumarias. Los testigos nos dijeron que hombres que se habían entregado a la policía fueron fusilados en el bosque» en la parte alta de la favela. 

A su juicio, el propio informe del operativo policial refuerza estas sospechas de ejecuciones extrajudiciales: «Si consultamos estadísticas de todo el mundo, nunca veremos un tiroteo donde mueran más de 20 personas en un campo y ninguna en el otro...».

El Ministerio Público Federal abrió el martes una investigación sobre posibles violaciones de los derechos humanos perpetradas por agentes en Vila Cruzeiro. Representantes políticos y activistas comunitarios han denunciado la masacre, la segunda operación policial en una favela con el mayor número de muertos en la historia de Río.

El triste récord data de hace un año, con 28 muertos, incluido un policía, durante una redada en la favela de Jacarezinho.

Bolsonaro elogia a los «guerreros»

El martes, el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, elogió a los «guerreros» de las fuerzas del orden por «neutralizar al menos a 20 marginales relacionados con las drogas».

Bolsonaro celebró que durante el operativo se requisara «gran cantidad de droga», además de trece fusiles, cuatro pistolas y doce granadas, así como treinta vehículos robados.

Bolsonaro justificó el mortífero operativo por «el grado de violencia de los delincuentes», a los que responsabilizó de la muerte de al menos trece policías en 2022. «Los ‘especialistas’ omiten estas informaciones con el fin de demonizar a quienes arriesgan sus vidas por nosotros», reprochó a los medios de comunicación.

Asfixiado en un coche policial

Pero las denuncias por violencia policial son constantes. Las autoridades de Brasil han abierto una investigación a raíz de la muerte por asfixia de un hombre de 38 años poco después de ser detenido el miércoles por la Policía en el nordeste del país.

Imágenes difundidas en redes sociales y reproducidas este jueves por medios locales muestran a Genivaldo de Jesús Santos, que según sus familiares sufría trastornos mentales, y cómo es sujetado por agentes policiales e introducido en la parte de atrás del vehículo policial, en el municipio de Umbaúba, en el estado de Sergipe.

El detenido fue forzado a quedar dentro del vehículo mientras salía gas desde dentro, y los agentes, desde fuera, apretaban la puerta trasera del automóvil para que la víctima siguiera dentro mientras inhalaba lo que se cree es gas pimienta, con las piernas por fuera, según las imágenes de los hechos.

El arrestado fue trasladado en un principio a una comisaría de ese municipio y posteriormente a un hospital, donde se confirmó su fallecimiento.

La Policía Federal de Tráfico justificó el uso de «técnicas de inmovilización e instrumentos de menor potencial ofensivo» a causa «de su agresividad»