AZET Etxebizitza Sindikatua se ha movilizado este martes para denunciar el desahucio de cinco vecinos de un bloque de pisos del barrio de San Francisco, en Bilbo. A ojos de este colectivo, los fondos buitre y la industria del turismo son los responsables de una situación que obliga a los vecinos a tener que abandonar el barrio ante la creciente «miseria» a la que se ven arrojados.
Decenas de personas, entre miembros del sindicato y vecinos, han acudido a la convocatoria de AZET frente al portal número 45 de la calle San Francisco, donde este lunes se ejecutó el desahucio de cinco personas. Según han denunciado, detrás de estos desalojos se encuentra el fondo buitre Global Pantelaria, propiedad de Cerberus y Banco Santander.
«La problemática de la vivienda se está convirtiendo en un infierno en los barrios populares. Y San Francisco, donde se entrelazan la cuestión de clase, el racismo y la xenofobia, es un claro ejemplo de ello. La especulación inmobiliaria asume diferentes formas aquí, como los pisos patera o el racismo institucional, con los mecanismos de chantaje y premio-castigo de servicio sociales e instituciones. Y, por último, la gran especulación inmobiliaria, como es el caso de las inversiones de fondos buitres, bancos e industria del turismo», señalan en un comunicado que han leído en euskara, castellano y árabe.
«Más que un deber moral»
San Francisco, han apuntado, se ha convertido en un «campo de especulación inmobiliaria», pasando de ser un barrio «marginal y marginado» a ser un lugar de «interés para el capital especulativo». Por ello, critican que «las vecinas de clase trabajadora que nos resistimos a irnos de nuestros barrios y nuestras casas» sufren los daños colaterales de esas inversiones, como la subida de los alquileres o los desahucios. «Es decir, miseria y más miseria», han manifestado.
Como culpables de esta situación, han señalado por un lado a los fondos buitres, «que han movido grandes capitales hacia San Francisco, viendo en el barrio una oportunidad de fáciles ganancias, aumentando los precios de los alquileres para las nuevas clases acomodadas», y por otro, la industria del turismo: «son cada vez más los propietarios que prefieren convertir las casas que antes alquilaban en pisos turísticos, aumentando así su tasa de ganancia, por lo que la vida de barrio desaparece poco a poco».
Finalmente y ante el último desahucio, han hecho un llamamiento a los vecinos y las vecinas a «organizarse y luchar», algo que han considerado «no solo un deber moral», sino también una necesidad y una cuestión de «vida o muerte».