¿Cómo hacer frente a la segregación desde el sistema educativo? Esa es la cuestión planteada por Eusko Ikaskuntza en el foro participativo que ha abierto, en colaboración con el Departamento de Educación del Gobierno de Lakua, para profundizar en el tema recogiendo «la(s) voz(es) de la sociedad con el objetivo de recoger un decálogo y propuestas de respuesta para un camino compartido hacia el acuerdo».
La primera sesión de este foro tuvo lugar este sábado en el Palacio Miramar de Donostia, de forma presencial con un centenar de participantes –que no solo oyentes– en una jornada en la que se lanzó una pregunta no tan fácil de responder cómo puede parecer en un principio: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de segregación?
De estos temas y de sus propias experiencias, con enfoques muy diferentes, hablaron en primera persona los cuatro oradores que intervinieron en el apartado ‘Construyendo una sociedad más justa e integradora’: Moufdi Kamel, Tamara Clavería Jiménez, Irantzu Gallastegi y Josune Elorduy.
Kamel, de origen marroquí y exprofesor de Química en la UPV-EHU, habló como representante de Biltzen, el Servicio Vasco de Integración y Convivencia Intercultural, que desde 2004 ha venido colaborando con el Departamento de Educación de la CAV en formación y sensibilización para diversidad y la convivencia comunitaria. Ahora depende del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales.
Por orden de intervención, fue el primero en definir el término ‘segregación’ desde la experiencia vasca: congregación de gente de origen extranjero y, generalmente, de ingresos bajos que, en el caso de los colegios, no refleja realmente su entorno, porque hay mayor concentración que en el barrio o pueblo en el que se ubican.
La CAV tienen el índice más de alto del Estado en segregación por origen en Secundaria; el segundo más alto por ingresos; y el porcentaje más alto de escuela concertada (49%).
«Escolares que viven en el mismo edificio van a colegios diferentes», recordó, señalando que uno de los factores que contribuyen a la ‘concentración’ de alumnado extranjero es la capacidad de elección de centro.
Aportó también una serie de datos significativos: la CAV tienen el índice más de alto del Estado en segregación por origen en Secundaria; el segundo más alto por ingresos; y el más alto de escuela concertada. Y eso sucede cuando el 65% de la población consultada opina que la llegada de personas migrantes puede ser parte de la solución al problema del envejecimiento demográfico.
El representante de Biltzen evocó PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes) para afirmar que «los sistemas educativos menos segregados son los que tienen mejores resultados» y «que, en una sociedad globalizada, la diversidad tienen ventajas», como que muchos de los actuales estudiantes trabajarán en entornos multiculturales.
Diagnósticos con lupa
De lo global a lo local solo hay un paso, por lo que Kamel también incidió en que «los problemas educativos son contextuales» y, por ello, conviene realizar «diagnósticos con lupa», analizando la situación en cada municipio, escuchando las razones por las que cada familia elige un centro determinado... para luego construir «espacios de relacciones interculturales».
«Las familias y la escuela necesitan compartir y no competir», indicó, pero asumió que «nuestro sistema educativo es competitivo».
Otra visión desde la multiculturalidad es la que aportó la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi (Amuge). Las primeras palabras de Clavería fueron en caló, que se sumó así al euskara y el castellano, que fueron los idiomas que acapararon las intervenciones en esta jornada.
Gitana y feminista, con estudios en integración social, puso sobre la mesa «la violencia antigitana que se da dentro del sistema educativo, como ocurre en la sociedad». «Que nadie se ofenda», comentó al estar dirigéndose a un público en gran medida procedente de ese espacio profesional.
Abogó por construir «estrategias contundentes entre todas» una vez que se asuma que el antigitanismo es «un componente innegable de la segregación escolar». De una breve mención a los casi 600 años de opresión sufridos por el pueblo gitano desde que llegó a la Península pasó a los datos de un estudio de Ikuspegi de 2020: el 42,4% de la población gitana de la CAV ha sufrido discriminación en el acceso al empleo, un 46% en el acceso a la vivienda y un 15,6% en los trámites de justicia.
La discriminación contra la población gitana tiene tintes de «transversalidad» ya que el 50% de la gente entrevistada para un estudio de Ikuspegi dijo que no querría convivir en el mismo vecindario con personas gitanas.
Una discriminación con tintes de «transversalidad» ya que el 50% de la gente entrevistada para ese estudio dijo que no querría convivir en el mismo vecindario con personas gitanas.
Volviendo a las definiciones, Clavería advirtió de que hablar de ‘concentración’ para referirse en general a la mayor presencia de un determinado alumnado con ciertas características sociales y culturales podría ser «blanquear el segregacionismo», mientras que la ‘guetización’ se aplicar a situaciones extremas de ‘segregación’, las que llegan al «abandono».
Al defender un modelo «multilingüístico» que respete los derechos del pueblo gitano vasco, elogió el resultado de la lucha llevada a cabo «durante treinta años» en Otxarkoaga (Bilbo), donde por fin se ha conseguido implantar el modelo D.
Pero queda mucho por mejorar cuando se repasan los «datos alarmantes» sobre el alumnado gitano en Bizkaia, como que solo obtiene el graduado escolar un 17% frente al 80% del no gitano, o que presenta un 63,7% de abandono escolar frente al 25% del no gitano.
«El sistema educativo falla con el alumnado gitano», sentenció la vicepresidenta de Amuge, que expresó su esperanza de que el acuerdo educativo alcanzado en el Parlamento de Gasteiz contribuya a «construir un sistema educativo que transversalice la interseccionalidad, el antirracismo y el feminismo en sus objetivos y en sus praxis».
Ejemplos de éxito
«Pocos son los centros que rompen barreras y tienden puentes con las familias gitanas», comentó también Clavería. Precisamente, a continuación se expusieron dos ejemplos de cómo pueden tenderse esos puentes.
Irantzu Gallastegi explicó cómo se trabaja en Aranbizkarra Ikas Komunitatea, que, más que una ikastola pública, es «una comunidad de aprendizaje». Gaur8 publicó un amplio reportaje sobre esta experiencia al inicio del presente curso.
Acoge a 381 alumnas y alumnos de 28 nacionalidades, a los que ofrece el modelo D. Un 39% ha nacido fuera del Estado y el porcentaje supera el 75% en el caso de sus madres y padres. Aunque es uno de los barrios de Gasteiz con más población migrante, estos porcentajes no reflejan la realidad social de Aranbizkarra, ni son equiparables a los que ofrecen los otros ocho centros –la mayoría públicos– que hay en la zona.
Gallastegi, que es directora y asesora de esta comunidad, reflejó en una diapositiva las diferencias entre ‘exclusión’, ‘segregación’, ‘integración’ e ‘inclusión’. Este último término sería el objetivo ideal.
La «oferta pedagógica basada en evidencia científica» que se ha puesto en marcha, de forma «acelerada», en Aranbizkarra refrenda la idea de que «la escuela sí puede ayudar a superar» las situaciones de segregación.
El pedagogo brasileño Paulo Freire fue citado varias veces. Uno de sus mensajes: «La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que cambiarán al mundo»
Citó al pedagogo y educador Paulo Freire para destacar que «las personas se educan entre sí con la mediación del mundo». Y en Aranbizkarra se utilizan «prácticas educativas exitosas», como la implicación de las familias, sobre todo las madres, incluso como voluntarias en actividades que se hacen en las aulas o formándose al mismo tiempo que sus hijas e hijos en algunas materias.
En el Colegio Ángeles Custodios de Bilbo, centro concertado ubicado entre Santutxu y el Casco Viejo al que también acuden muchos desde San Francisco, tienen alumnos de 30 países. Por ello, centran esfuerzos en su organización de acogida y acompañamiento, tanto de niñas y niños como de sus familias, algunas de las cuales llegan en noviembre o diciembre, y algunas hace un par de semanas, porque la alta movilidad –a veces dentro de la misma ciudad– es también muy alta entre este sector de población.
Josune Elorduy, sicóloga e integrante de la dirección, comenzó comentando que en este foro «se están moviendo muchas sensaciones» que pueden aprovecharse como «motor de cambio». «La palabra ‘segregación’ me hace daño, me parece mísera», señaló. «Un montón de culturas diferentes, religiones diferentes, capacidades diferentes... ¿eso es segregación?, ¿no es segregación un centro caracterizado por la homogeneidad, donde viven como en un búnker?».
También aludió a una «segregación más sutil», la que tiene como paradigma «un éxito social que quizás tiene que ver con ser blanco o delgado», si hablamos de los cuerpos, o «supercompetente y, si es en Sci-Tech-Math, mucho mejor». Exigencias sociales y autoexigencia del alumnado que dan lugar a «vulnerabilidad si no eres blanco, si eres gordo o si eres de Letras –los ‘letrasados’, que van ahí aunque el éxito social está en otro lado–».
Y lanzó otra pregunta de calado: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de inclusión?, ¿de reproducir un sistema cada vez más productivo, visto como el crecimiento del PIB, y si encima salen emprendedores y con autoempleo, pues mejor porque se explotarán a sí mismos?».
No es ese el modelo que impulsan en este centro bilbaino, cuyo «principal enfoque, la competencia básica, es aprender a ser». Elorduy, como hizo antes Gallastegi, resaltó que «el colegio tiene que jugar un papel fundamental en esta historia», fomentando «el respeto y la admiración frente al recelo y a la condescendencia». Porque de este modo el alumno y la familia van a poder vincularse y crecer en identidad propia incorporando cosas del entorno que vayan descubriendo».
No hubo tiempo para el turno de preguntas porque el tiempo de exposición se lo comió y llegó la hora del descanso para tomar un café. Pero el método deliberativo elegido por Eusko Ikaskuntza exige reflexionar a fondo, darle tiempo al tiempo. La segunda sesión está prevista para el 17 de setiembre.