Maitane Aldanondo

El sector agroalimentario se suma a la economía circular

El proyecto europeo ORHI, liderado por Saiolan, ha impulsado durante tres años diferentes proyectos con el objetivo de reducir la cantidad de residuos en el sector agroalimentario y reciclar los que se produzcan, impulsando un modelo de economía circular.

Uno de los proyectos consiste en la fabricación de mobiliario urbano a partir de la recuperación de plásticos agrícolas.
Uno de los proyectos consiste en la fabricación de mobiliario urbano a partir de la recuperación de plásticos agrícolas. (NAIZ)

En el conjunto de la Unión Europea cada año se desperdician 88 millones de toneladas de alimentos, alrededor del 20% de los alimentos elaborados, y se generan 25,8 millones de toneladas de residuos plásticos, alrededor del 60% en embalajes. Entre el 31% y el 39% de esos plásticos están destinados a incineración y a vertederos, de tal forma que solo el 6% de la demanda de plástico proviene de plástico reciclado.

Con el objetivo de cambiar esta situación y dar a conocer soluciones innovadoras centradas en los recursos de materia orgánica y plástica, en 2018 se puso en marcha el proyecto ORHI, en el marco del programa Interreg-POCTEFA, que tiene como objetivo reforzar la integración económica y social de la zona fronteriza de Andorra, el estado español y el francés. Dotado con casi dos millones de euros, el proyecto lo ha llevado a cabo un consorcio compuesto por nueve entidades de ambos lados de la muga liderado por Saiolan.

Junto a la entidad de Arrasate han participado Azaro Fundazioa, Aclima Basque Environmental Cluster, Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja, Asociación de la Industria Navarra, APESA, Cámara de Comercio e Industria de Baiona, ESTIA y Coop. De France Occitanie.

Hasta su finalización en marzo de 2021, ORHI ha favorecido sinergias entre empresas, identificando soluciones innovadoras y apoyando su implantación en el territorio. Para ello, por una parte, han buscado soluciones que ya están en marcha en otras regiones para difundirlas en el territorio de los miembros del consorcio; y por otra, han ofrecido documentación y referencias de las personas responsables de los proyectos para favorecer que otras regiones con situaciones similares puedan replicarlas.

18 iniciativas disruptivas

En total han acompañado 18 iniciativas disruptivas. Iratxe Acha, coordinadora del proyecto, ha actualizado la situación de algunas de ellas. Entre las implantadas en Nafarroa, la quesería Axuribeltz, con el apoyo del Centro Tecnológico Leartiker, ha incorporado el conocimiento y la tecnología para utilizar el suero lácteo proveniente de la producción de queso para elaborar bebidas lactofermentadas y evitar que se vierta en los ríos, lo que genera graves consecuencias para peces y plantas. Ya han acometido las inversiones y está realizando las primeras pruebas.

Por su parte, la agrupación de agricultores ecológicos de Nafarroa Ekoalde ha sustituido las cajas de cartón utilizadas para el transporte de productos hortofrutícolas por cajas reutilizables de plástico reciclado y han analizado la posibilidad de implantar un innovador sistema de lavado que ahorra agua, y marcado digital que facilita la trazabilidad abaratando el proceso logístico.

Además, ORHI ha apoyado la creación de Ingredalia, participada por grandes empresas de transformación agroalimentaria de Nafarroa. Ha patentado el proceso industrial que valoriza subproductos del brócoli y la coliflor para su uso en nutrición, farmacia y cosmética, y ya tiene bastante acción comercial.  

En Ipar Euskal Herria, hay un proyecto en fase piloto en la piscifactoría Truite de Banka, para recuperar parte de las heces de los peces de estas instalaciones e instalar un sistema acupónico –sistema de producción de plantas y peces–.

Así mismo, han identificado varias tecnologías innovadoras de Japón que han probado aquí. Dos de ellas de congelación y refrigeración, que permiten prolongar tanto la vida como la calidad de los alimentos, y han promovido su utilización para contribuir a la reducción de desperdicio alimentario. Han hecho pruebas con la tecnología japonesa y la máquina que les cedió la empresa está en el restaurante LABe del Basque Culinary Center. Los responsables están contentos, porque les está aportando ventajas.

También ha llegado del país nipón una tecnología de generación de nanoburbujas de oxígeno que genera aumentos de productividad del 20%-30% tanto en cultivos agrícolas como en piscifactorías. El Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker lo ha probado en el cultivo hidropónico de lechugas. Han tenido algunos problemas y ahora necesitan financiación para seguir dedicándole tiempo.