Junto al reciente proyecto de renovación de la plaza San Pedro, se ha recuperado para el barrio el escudo de la antigua Casa Consistorial de la Anteiglesia de Deustu. De esta forma, los y las deustuarras recobran parte de su pasado como municipio independiente de Bilbo.

Poco se sabe de la Anteiglesia de Deustu, ya que durante la Guerra del 36 mucha de la documentación fue destruida. Sin embargo, se sabe que la parroquia de San Pedro de Deustu data del siglo XIV y que contó entre sus feligreses vecinos de unos pocos caseríos esparcidos entre la ría y el monte Cabras (Artxanda). La actividad portuaria y pesquera en las zonas más cercanas a la Ría y la agricultura en las partes más interiores marcaron la vida del la anteiglesia durante siglos.

El primer Ayuntamiento fue construido en 1755 en la actual Plaza San Pedro, cerca de la Iglesia, siendo derribado en 1887.

En 1888 se construyó una nueva Casa Consistorial manteniendo la ubicación. Fue levantada sobre planos del arquitecto municipal Fidel Iturria y adjudicada al contratista Julián de Vidaurrazaga, vecino de Deusto. El edificio disponía de un volumen central de dos pisos y bajo cubierta y llevaba adosadas dos construcciones simétricas de una sola altura con destino a albergar escuelas de enseñanza primaria. En 1905 se reformó, ampliando el espacio de las escuelas y elevando un piso al edifico central principal.

La anexión de Deustu a la Villa de Bilbo en 1925, impuesta por Decreto Real, supuso el fin de la utilización del edificio para la gestión de la Anteiglesia siendo destruido años más tarde durante la Guerra del 36.

El escudo

La fachada principal de aquella Casa Consistorial estaba rematada por un escudo, en cuya parte central se observaban dos lobos pasantes en línea (emblema de la familia López de Haro) y un árbol frondoso con un corazón en su interior. Remataba todo el conjunto una corona y una orla con cuatro llaves y, además, la base del escudo se encontraba ornamentada con flores y frutas.

Ese escudo, retirado del antiguo Ayuntamiento, fue fragmentado en siete elementos y guardado durante años en dependencias del Ayuntamiento de Bilbo, hasta que se decidió su traslado al Museo Vasco. Ahí ha permanecido hasta hace unas semanas, cuando ha sido restaurado y dispuesto en uno de los parterres de la remodelada plaza.

Tres semanas se han necesitado para reconstruir y montar el escudo, un trabajo realizado por un equipo de restauradores de arte especializados en la conservación de Bienes de Interés Cultural. En concreto, los especialistas han procedido al montaje del escudo sobre una peana pétrea y reconstruido sus volúmenes de acuerdo a las geometrías, formas y referencias del original. Además, se le han aplicado morteros y protección hidrófuga para evitar su deterioro por la polución, la lluvia y el paso del tiempo.

El escudo tiene unas medidas aproximadas de 250 x 200 centímetros y se ha instalado, además, una cartela explicativa con textos y una fotografía antigua donde se podrá apreciar el escudo en su emplazamiento original.