Maitane Aldanondo

Reciclar residuos, salida laboral y beneficio medioambiental

Las colillas de cigarrillo son uno de los residuos más contaminantes y comunes. Una sola puede contaminar hasta 10 litros de agua salada y 50 de agua dulce. La cooperativa gasteiztarra 3DKala ha desarrollado un proceso de reciclaje que aprovecha todos sus componentes.

El sistema de recogida de colillas ya ha sido testado en varias pruebas piloto.
El sistema de recogida de colillas ya ha sido testado en varias pruebas piloto. (3DKALA)

Cuatro gasteiztarras «amigos de toda la vida» y una donostiarra son los promotores de esta iniciativa con sede en el Parque Tecnológico de Araba en Miñano. Se unieron para llevar a cabo proyectos beneficiosos tanto para ellos como para la sociedad. «3DKala es una cooperativa de reciclaje de residuos poco comunes, aquellos a los que no se les ha prestado mucha atención. Intentamos, primero, identificarlos y luego, darles una salida», explica Ahmed Salek Ayad. Empezaron con posos de café, después con las colillas y ahora están investigando opciones para las mascarillas.

Constituyeron la cooperativa en 2020 y escogieron esa figura societaria «por coherencia». Cada uno viene de un ámbito distinto -química, odontología, abogacía, comercio internacional o impresión 3D-, sin relación con el reciclaje. Sin embargo, vieron que en los componentes de las colillas había un filón: desarrollar productos, reciclar el material y después darle una nueva vida.

Una colilla se compone básicamente de ceniza, tabaco, papel y filtro, todos reciclables. La ceniza y el tabaco se emplean como fertilizantes para la agricultura, mientras que el filtro, compuesto de acetato de celulosa, una vez limpio puede servir como aislamiento térmico y acústico en la construcción o ser parte de productos reciclados como tablas de surf, suelas de zapatillas o incluso filamentos de impresoras 3D. El proceso de 3DKala aprovecha todos los elementos y no emplea agua, porque no les parecía «lógico» generar un residuo para tratar otro. Sus limpiadores sirven como pesticidas.

Han realizado varias pruebas piloto, la mayoría en Gasteiz, donde colaboran con establecimientos hosteleros así como Michelin, que les ha permitido establecer el sistema de recogida en la empresa; además les han contactado centros penitenciarios, festivales, conciertos y algunos hoteles les envían colillas. En total, han recogido más de dos millones.

Han tenido altibajos pero han conseguido avanzar. Han pasado de recoger ellos las colillas por la calle con guantes a tener una estructura de recogida. Les hace falta la financiación que les permita industrializar el servicio para reciclar más rápido y despegar, «hacer lo que creemos que somos capaces de hacer». De momento, buscan empresas que les ayuden a crear sus productos. Han obtenido subvenciones, pero están «decepcionados» porque no han recibido ninguna ayuda del ayuntamiento de Gasteiz. Salek recuerda que hicieron algunos estudios, pero «en el último momento dejaron de levantar el teléfono. Ni siquiera nos dijeron no, simplemente dejaron de hablar con nosotros. Nos han prometido cosas que no se han cumplido y no hemos recibido ningún tipo de apoyo por parte de las instituciones de nuestra ciudad».

Salek es el único que ya había emprendido antes, abrió su despacho de abogados dos años antes de 3DKala. Considera que es «bastante gratificante» sentirse completamente implicado con lo que hace y «ser el núcleo, no simplemente alguien que hace su trabajo y se va». Sin embargo, las dificultades económicas, las trabas administrativas y burocráticas son un lastre que reconoce «no hacen otra cosa que quitar las gana de seguir».