Tras dos años sin fiestas, ¿cómo ha comenzado estas?

Jajajajajaja.

¿Qué?

Que dices que no ha habido fiestas.

¿Me equivoco?

No voy a dar nombres, pero te puedo dar varias direcciones. En Iruñea los pasados dos años, buscando un poco, no faltaron rincones oscuros en los que juntarse. Allí estábamos nosotros también. Y no solo en sanfermines. Nuestra temporada empieza en primavera y llega a su punto álgido en sanfermines. Pero luego hay que aguantar hasta otoño.

Bueno, ¿y este año?

A ver, lejos de la clandestinidad se vive mejor. Aunque no voy a negar que tenía su punto. Los pasados dos años he sido más exclusivo, pero estos días he vuelto a andar de mano en mano. A la que te despistas, me voy con otro. Es una de esas tradiciones que hemos escondido estos dos años y que hay que recuperar.

Pero sigue siendo foco de contagio.

Jajajaja. Pareces del GARA. Puede ser que en el primer trago la gente tenga más reparo, pero a partir de ahí nadie se acuerda. Farolas, barandillas... La gente lame cosas peores pero la fama siempre nos la llevamos los mismos.

Hombre, sois legión. El alcalde no ha podido traer un concierto «de primer nivel» pero se ha dejado 50.000 en traeros.

¿Me estás comparando con La Oreja de Van Gogh? Soy más de Ben Yart, son muchas horas juntos. Sin mí no hay fiestas. Dicho esto, quiero mandar un mensaje. No se te ocurra utilizarme para mezclar el pacharán con naranja. Me voy con cualquiera, sí, pero todo tiene un límite.