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206 muertes atribuibles al calor este año en Hego Euskal Herria

El análisis matemático del Instituto Carlos III de Madrid que cruza datos de temperaturas y de muertes estima que este año han fallecido en Euskal Herria a consecuencia del calor 206 personas, de ellas 116 en julio y 68 en junio. Son más del doble que en todo el pasado año.

Una mujer se protege del calor en el pantano de Alloz, en Lizarra, en la última ola de julio.
Una mujer se protege del calor en el pantano de Alloz, en Lizarra, en la última ola de julio. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

El Instituto de Salud Carlos III de Madrid estima que entre el 1 y el 29 de julio se han producido en el conjunto del Estado 9.687 muertes más de las esperadas para ese periodo, de las que 2.124 son atribuibles a las altas temperaturas, con un pico a mediados de mes que coincidió con la segunda ola de calor del verano. De ellas, 116 se han producido en Euskal Herria: 54 en Nafarroa y 62 en la CAV (no hay desglose por herrialdes).

La ola de calor anterior, de mediados de junio, también resultó letal en Euskal Herria. Según este sistema de cálculo, produjo 30 muertes en Nafarroa y 38 en la CAV, 68 en total.

Con ello, en el conjunto de este 2022 se habrían producido en los cuatro herrialdes vascos del sur un total de 206 fallecimientos atribuibles al calor (96 en Nafarroa y 110 en la CAV). Una cifra que supera con creces las 80 del año 2021, y eso que todavía nos encontramos en mitad del verano y no se descartan nuevos episodios de calor extremo.

Son los últimos cálculos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), que desde el pasado 1 de junio ha detectado en el total estatal 13.908 fallecimientos más de los esperados, 3.305 de ellos por exceso de calor.

Por grupos de edad, la mayor cifra se presenta en los mayores de 75 años, sobre todo a partir de 85.

El modelo de estimación

En ningún caso son cifras de muertos reales, sino que se trata de una estimación que el MoMo hace a partir de un modelo matemático que utiliza tres fuentes de datos: la de los registros civiles, que no especifican la causa codificada de defunción; las temperaturas según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a nivel provincial en el mismo periodo de tiempo; y la población por grupo de edad, sexo y provincia, extraídos del INE.

A partir de ahí, hace una estimación estadística de excesos de mortalidad para un día determinado comparando series históricas, pero no ofrece cifras reales de defunciones, una estimación que, además, no se puede considerar consolidada hasta que haya pasado al menos un mes desde su publicación, si bien van dando una idea de la evolución de los excesos de mortalidad en la población española.

Con estas premisas, la mayor parte del exceso estimado de defunciones la ha calculado para el periodo de julio, en el que la sobremortalidad detectada asciende a 9.687 muertes, de las que 2.124 son achacables al calor de forma directa -golpe de calor- o, en mucha mayor proporción, indirecta -por agravamiento de patologías previas-, frente a las 554 que calculó para el año pasado.

La más alta salvo 2003

Se trata de la estimación más alta que ha hecho desde que se puso en marcha este sistema con excepción del histórico verano de 2003, aquel en que se agotaron los ventiladores tras más de diez días de temperaturas extremas: aquel año estimó un exceso de 12.804 muertes en todo el verano -1.719 en junio, 2.011 en julio, 8.727 en agosto y 347 los primeros 15 días de septiembre-.

Según el MoMo, los mayores picos de sobremortalidad este mes de julio se han producido entre el día 16, para el que ha estimado 150 muertos, hasta el 21 de julio (147). Entre medias, las cifras más altas las registra los días 18 y 19, con 183 y 184 muertes, respectivamente.