Periodista / Kazetaria
Elkarrizketa
Jordán Rodas
Procurador saliente de los Derechos Humanos en Guatemala

«Estamos ya a dos minutos de una dictadura en Guatemala»

Jordán Rodas dejó ayer su cargo de Procurador de Derechos Humanos de Guatemala y horas antes huyó hacia El Salvador. Durante cinco años ha ejercido de contrapeso al Congreso y al Poder Ejecutivo, denunciando sus desmanes y defendiendo los intereses de indígenas, mujeres y la diversidad sexual.

Jordán Rodas.
Jordán Rodas. (Asier Vera)

¿Esperaba esta animadversión contra su persona desde el poder?

Tomé posesión un 20 de agosto de 2017 y una semana después, el presidente Jimmy Morales declaró non grato y expulsó al comisionado de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig). Yo podía quedarme en modo avión y no hacer nada, pero eso violentaba las normas del derecho internacional. [Rodas presentó un amparo ante la Corte de Constitucionalidad que frenó la expulsión del colombiano Iván Velázquez, considerado el azote de la corrupción. Días después, Morales anunció la no renovación del mandato de la Cicig y prohibió al comisionado el ingreso al país].

¿Deja un país más corrupto del que encontró cuando asumió el cargo?

Hemos retrocedido en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Muchos tuvimos la esperanza al ver una ventanita de oportunidad gracias a la Cicig y a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), porque nos demostraron que se podía aplicar la ley a todos independientemente de su poder político y económico. Lamentablemente, la Justicia no es independiente hoy y los corruptos quieren seguir en la impunidad, pensando que Guatemala es su finca. [En julio de 2021, el exjefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval, se exilió en EEUU tras ser expulsado por la actual fiscal general, Consuelo Porras, incluida por Washington en su lista de actores corruptos. Rodas acompañó de madrugada a Sandoval a la frontera con El Salvador. Hoy, hay una veintena de fiscales y jueces que han huido a EEUU ante la persecución judicial tras haber luchado contra la corrupción].

¿Es endémica la corrupción en Guatemala?

Está enraizada y naturalizada. A más corrupción, menos derechos humanos. He podido ver centros de salud sin medicamentos y escuelas con goteras e inundadas, así como carreteras que inauguran y ese mismo año se vienen abajo.

¿Guatemala vive un retroceso sin freno?

Sí, estamos en una pendiente de corrupción, impunidad y autoritarismo. Estamos cayendo ya en un narco-Estado que está enraizado, con varios alcaldes y excandidatos presidenciales que han sido extraditados.

¿Ha abandonado la comunidad internacional a Guatemala?

Nunca en estos cinco años el país había estado tan solo, sin el acompañamiento de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que solo apareció al día siguiente de la detención, el 29 de julio, del fundador de “El Periódico”, José Rubén Zamora. [En prisión preventiva, acusado de lavado de dinero y ayer fue arrestada su directora financiera].

¿Con su marcha se va el último contrapeso frente al llamado «pacto de corruptos»?

Institucionalmente, sí, pero me preocupa mucho la vida y la seguridad de jueces como Miguel Ángel Gálvez y Pablo Xitumul. ¿A quién ha dañado la Justicia? A empresarios, a políticos y a militares y, entonces, se unieron y están en esa embestida feroz contra todos los que han hecho bien su trabajo. Ahora estamos básicamente contra las cuerdas.

¿Cree que intentarán meterle preso?

No lo descarto, aunque no tengo miedo. Mi conciencia está tranquila, porque he actuado en base a la Constitución y a la ley, y no he robado ni un centavo ni he llegado al Estado como hacen muchos, que lo ven como una oportunidad de cambiar su vida y la de cinco generaciones a futuro.

¿Se plantea el exilio ante una eventual persecución judicial en su contra?

Soy ajedrecista y tengo que ver distintos escenarios. Lo bueno que te enseña el ajedrez es qué puedes hacer tú y qué puede hacer tu adversario, y en eso estoy tranquilo.

¿Se está adelantando al jaque que le puedan hacer?

Estoy haciendo lo necesario porque está en riesgo mi vida y la de mi familia.

¿Se puede decir que Guatemala se acerca cada vez más a una dictadura?

Con Alejandro Giammattei estamos ante un aprendiz de dictador con un régimen autoritario. Ya estamos casi a dos minutos de una dictadura, porque se persigue a ONG, periodistas y opositores, y, por ello, tenemos que aspirar a retomar una democracia. El año que viene hay elecciones y espero que el Tribunal Supremo Electoral resista cualquier presión para que no haya fraude.

¿Cree que el actual presidente acabará en prisión?

Con la Justicia guatemalteca es difícil, pero pienso que la Justicia internacional en su momento va a actuar