A pecho descubierto. Así ha salido la Real ante el Barcelona. Como dicen los taurinos, o se sale por la puerta grande o por la enfermería. Ha sido lo segundo, si bien durante 60 minutos Anoeta ha soñado con una faena de esas que quedan para la historia. Pero se le ha hecho demasiado largo.
Con un único cambio en el once que arrancó de inicio en Cádiz –Aihen ha entrado en el lateral izquierdo por el lesionado Rico– la Real ha ido a por todas, aunque el Barcelona le ha hecho pagar su osadía muy cara.
Sin cumplirse el primer minuto, con los donostiarras volcados, Balde ha cazado un balón con metros por delante, ha galopado a la contra y su disparo final se ha convertido en una asistencia para Lewandowski (0-1).
El mazazo no ha variado el guion de los locales, que tenían claro que iban a morder en cada balón. Así, a los cinco minutos Silva y Kubo han presionado a De Jong hasta forzar la pérdida. El canario ha servido en profundidad a Isak, que con la ayuda involuntaria de Eric ha elevado el balón sobre Ter Stegen para poner el empate (1-1).
La sensación de peligro rondaba en ambas porterías pero sin ocasiones claras hasta el ecuardor de la primera parte, con un disparo de Ferrán que se ha marchado cerca del poste derecho de Remiro.
En respuesta, Merino ha puesto a prueba los reflejos del meta azulgrana y su rechace no lo ha podido dirigir bien Kubo, yéndose fuera. El partido era frenético, vertical y sin pausa. Se trataba de acertar en los últimos metros, pero no era fácil a esa velocidad.
Poco antes del descanso ha podido marcar Silva tras una gran jugada de Aritz por la derecha, pero Ter Stegen ha estado providencial para mandar la pelota a córner.
Al poco de arrancar la segunda parte, el árbitro ha anulado con buen criterio un gol de falta directa de Brais, porque Le Normand, en fuera de juego, ha intentado rematar la pelota, y eso ha podido despistar a Ter Stegen.
Dembelé, goleador en vez de expulsado
El Barça trataba de bajar un par de marchas el ritmo, alargar sus posesiones hasta descoser a la defensa realista. Los de Xavi se encontraban más a gusto, los locales ya no llegaban igual a la presión y Dembelé ha marcado el 1-2 en el minuto 65 con un duro disparo cruzado. El francés debería de llevar para entonces 50 minutos en el vestuario, ya que en la primera parte ha soltado un codazo en la cara a Aihen si estar siquiera la pelota cerca. Era difícil de ver en directo, pero no en el VAR. Una lavada de manos digna de Poncio Pilatos.
Tres minutos después, Lewandowski ha culminado una bonita combinación para ampliar la renta y poner el partido muy cuesta arriba (1-3, 68’). La gasolina le había durado a la Real una hora, a partir de ahí las estrellas del Barcelona –firmadas o renovadas merced a su ingeniería financiera en forma de las famosas ‘palancas’– han marcado la diferencia.
Imanol ha metido piernas frescas y jóvenes –Turrientes, Navarro y Cho han entrado por Silva, Kubo e Isak, y luego Karrikaburu por Merino– pero el encuentro ya estaba visto para sentencia. De hecho, parecía que Imanol daba descanso a sus mejores piezas para no gastar energías en balde.
Ansu Fati marcaba el 1-4 al aprovechar un desafortunado rechace. Siendo cerca de la medianoche, más de uno tomaba el camino de los vomitorios a falta de diez minutos para el noventa. Próxima estación, Elche.