El encarcelamiento del periodista vasco Pablo González en Polonia se prorroga durante tres meses más, con lo que casi llegará a un año en un auténtico limbo por lo que se refiere a la acusación. La Fiscalía ha propuesto que sea así. y el tribunal regional de Przemysl lo ha admitido este martes. Antes de conocerse esa decisión, en Radio Euskadi el abogado de González, Gonzalo Boye, ya ha bíaadmitido que «estamos manejando esa perspectiva» y lo ha achacado a una causa clara: «Tiene que ver justamente con la ausencia de pruebas. Si las tuvieran, las conoceríamos. En 175 días no las han puesto sobre la mesa. Lo que buscan es quebrar su voluntad».
Poco se sabe sobre la decisión judicial de este martes, dentro de un proceso caracterizado por la palmaria falta de transparencia. El abogado del periodista en Polonia, Bartosz Rogala, se limitó a indicar a Efe que el tribunal coincidió con la Fiscalía en la mayoría de premisas para mantener la prisión. El Ministerio Público polaco argumentaba «una bien fundada preocupación» por riesgo de «ocultamiento o fuga», así como la posibilidad de «una pena elevada si es condenado».
González lleva preso en Polonia desde el mes de febrero, y tras una prórroga anterior del encarcelamiento preventivo ahora llegará casi al año de cárcel sin perspectiva de celebración de juicio. En todo este tiempo, «no solo no conocemos pruebas, sino que seguimos sin poder hablar con Pablo», ha apuntado Boye. «Esto no es propio de un país democrático ni un país de la UE», ha valorado.
Preguntado sobre hasta cuándo se podría prolongar esta situación, Boye ha indicado que «en un país como Polonia, lo que quieran». Ha insistido en que todo ello revela falta de pruebas y ha puesto como ejemplo añadido que en la misma Polonia otras personas acusadas de espionaje contra Rusia han sido entregadas a este país, mientras que en el caso de Pablo González no se ha procedido de tal modo pese a acusársele presuntamente de espionaje, en este caso para Rusia.
«Le continúan interrogando»
Ha puesto el acento, además, en que al preso vasco «le continúan interrogando» periódicamente estando en la cárcel, por lo que «nos hemos dirigido al Comité de Detenciones Arbitrarias de la ONU».
Las únicas noticias sobre su situación son indirectas o a través de las poquísimas cartas que se le han permitido: «Estaría bien, habría perdido mucho peso, niega los hechos, extraña a la familia y agradece los apoyos, poco más sabemos», ha enumerado el abogado.
La actitud del Gobierno español ante este caso también es objeto de polémica. Preguntado Boye el «compromiso» mostrado verbalmente por miembros del Ejecutivo sobre Pablo González, el letrado ha dicho que no le consta tal grado de implicación. Únicamente existe una «atención consular» plasmada en «tres o cuatro visitas». «No sabía que había un compromiso, y menos aún un resultado y una acción», ha resumido.
Goiriena demanda juicio «ya»
En declaraciones a Europa Press tras conocerse esta prórroga, la mujer del periodista, Oihana Goiriena ha incidido en las mismas cuestiones que Boye, apuntando algunos detalles más sobre la situación de González.
Entiende Goiriena que el objetivo de estas prórrogas es «doblegar su voluntad» para que declare «lo que no ha hecho. Están intentando hundirle totalmente». «Si no, no se entiende que le tengan seis meses incomunicado. Hasta los peores criminales tienen derecho a hablar por teléfono con sus familiares», ha añadido.
La mujer del reportero ha afirmado que intentarán recurrir la prórroga de la prisión preventiva, pero teme que «el resultado será el mismo» y que «tendremos que esperar otros tres meses para ver qué pasa».
Según ha afirmado, la clave está en que no hay pruebas. «Si con lo mismo seguimos así, no tengo esperanza de que en tres meses cambie nada a mejor, al menos. Solo nos queda seguir luchando por conseguir esos derechos básicos, que son el contacto directo con Pablo, las llamadas telefónicas, visitas, y el derecho a que su abogado de confianza pueda asumir el caso, que de momento lo están impidiendo».
Ohiana Goiriena espera que se fije fecha de juicio «ya» y que el periodista vasco «pueda tener un juicio justo».
Además, ha apuntado que las últimas cartas de su marido las recibió hace dos semanas y estaban fechadas a mediados de junio. «Eran después de la primera prórroga y se le veía un poco desanimado, aunque físicamente está bien. Se cuida y hace deporte, dentro de lo que le permite el régimen carcelario. De ánimo, se le nota ya un poco alicaído».