A. Verrone-T. Rekondo
Elkarrizketa
Carlos Augusto Muller
CTB (Central dos Trabalhadores e Trabalhadoras do Brasil)

«Sin democracia vamos a perder fuerzas que nos costó muchos años conseguir»

El responsable de relaciones internacionales del sindicato CTB visitó Euskal Herria para participar en el X Congreso de LAB. Comparte con NAIZ su visión sobre la situación de Brasil ante una cita electoral que es clave para el equilibrio de fuerzas en América Latina.

Carlos Augusto Muller, líder sindical brasileño.
Carlos Augusto Muller, líder sindical brasileño. (NAIZ)

Entrevistar a un líder sindical brasileño ante las elecciones que se avecinan, en la que todo indica, salvo cambios de última hora, que el nuevo presidente será un exsindicalista como Luiz Inacio Lula da Silva, es algo que marca mucho las preguntas. Lula, que pasó 19 meses preso y siempre alegó inocencia y persecución política, ya ha lanzado su campaña en la que pretende aglutinar a toda la izquierda. En frente tendrá a Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha y actual mandatario, que espera retener el apoyo del mundo evangélico, y del mundo militar.

Nuestro interlocutor, Carlos Augusto Muller, es consciente de todo lo que se juega su país en los comicios del mes de octubre. No es ajeno a esa pregunta simple pero alarmante que domina el discurso político de Brasil: ¿Aceptará el presidente Jair Bolsonaro los resultados? Durante meses, Bolsonaro ha atacado el sistema de votación diciendo que está plagado de fraude, con unos funcionarios que están alineados contra él. Ha insinuado que disputaría cualquier derrota, y ha dicho a sus decenas de millones de seguidores que se preparen para luchar. «Si es necesario –dijo hace poco– iremos a la guerra».

En el último periodo muchos han sido los ataques a los derechos de las trabajadoras en Brasil. Entre ellos está la Reforma Laboral aprobada en 2017, que en 2019 es acompañada por la Reforma de la Seguridad Social, aprobada durante el gobierno de Jair Bolsonaro. Durante la negociación de la Reforma Laboral, ¿hubo unanimidad en el sindicalismo brasileño sobre cómo hacerle frente?
Es importante destacar que las centrales sindicales brasileñas estaban acomodadas con una realidad que cambió muy rápidamente poco antes de la reforma laboral, especialmente con el golpe y con la salida de un gobierno que tuvo varios años de duración. La evaluación que hacemos hoy es que, a pesar de que hubo un intento de movilización conjunta entre las centrales sindicales en Brasilia, a través de una huelga general, el proceso de destrucción fue tan intenso que no hubo respuesta de los trabajadores conforme era esperado. Los trabajadores estaban atónitos, impactados y tuvieron dificultad en entender todo lo que aquello significaría. En aquel momento sí hubo una percepción de que era necesaria la unidad de todos los sindicatos, pero el esfuerzo no fue suficiente para suplantar el golpe que estaba ocurriendo y para frenar los ataques hacia la precarización del trabajo. 

Una vez aprobadas, ¿cómo viene haciendo frente el sindicalismo combativo al retroceso impuesto por ambas reformas?
Con el paso del tiempo, el trabajador brasileño empezó a percibir y a sentir las consecuencias en carne propia. Hoy los trabajadores en Brasil viven ese momento de darse cuenta de que aquello que se pensaba que ya estaba asegurado, si no hay disposición colectiva para mantener la lucha, se puede perder. Están entendiendo que cuando los cambios vienen para precarizar y para empeorar la relación laboral, estos se concretizan muy rápido. Diferentemente de lo que sucede con las conquistas de derechos, que se alcanzan de forma gradual.

¿Y esta toma de consciencia se está traduciendo en organización colectiva en el interior del mundo del trabajo?
Sí, este entendimiento generalizado se está reflejando en un aumento en la procura por los sindicatos. Las personas se están acercando para buscar maneras para enfrentar colectivamente este escenario, incluso en aquellos sectores laborales donde, tradicionalmente, no existía gran organización, como sucede en las modalidades más precarias y recientes de trabajo. Es el caso, por ejemplo, del telemarketing y del trabajo en plataformas digitales. En los últimos años en Brasil han empezado a surgir sindicatos enfocados específicamente a estos sectores.

En la actual disputa por un nuevo orden mundial, en la que la lucha por la hegemonía entre las diferentes potencias es evidente, ¿cómo se posicione y se proyecta Brasil?
Brasil venía caminando en el sentido de buscar posicionarse internacionalmente como una potencia periférica en ascenso. Obviamente que, cuando una nación intenta emprender este camino, ella se opone a los intereses de aquellos que dominan el orden mundial. Nuestra visión es que Brasil, sea por su territorio, sea por su población o por las riquezas que posee, sí tiene condiciones de participar en el escenario mundial de una forma más efectiva y con soberanía y no solo de la forma que se viene proyectando en los últimos años. Es decir, un Brasil que crece en cuanto suministrador de comodities y de materias primas para aquellos países que invisten en innovación tecnológica y que, por tanto, consiguen producir productos con mayor valor añadido. El actual gobierno brasileño no tiene compromiso con garantizar la soberanía brasileña. Por ejemplo, Brasil es uno de los mayores productores mundiales de mineral de hierro y este mineral no llega a ningún lugar del mundo bajo el control de Brasil. El país depende del transporte de China, que es el mayor importador de mineral de hierro del país, para transportar esta materia prima. En el caso del petróleo, Brasil camina rápidamente para perder completamente el control del petróleo que se produce internamente. En lo que se refiere al agronegocio, Brasil es uno de los grandes productores mundiales de proteínas animales, de soja y de maíz, pero tampoco es capaz de entregar estos productos sin que otros países garanticen el transporte.

«El actual gobierno brasileño no tiene compromiso con garantizar la soberanía brasileña»

¿Cómo influye en las relaciones laborales de Brasil esta inserción en la economía internacional?
Esta influencia es aún más absurda en lo que se refiere a la alimentación. A pesar de ser uno de los mayores productores mundiales de comida, hoy el pueblo brasileño tiene hambre. No hay soberanía posible sin que la propia población tenga soberanía para alimentarse. Y por no invertir en la agricultura familiar, que es la realmente responsable de la producción de alimentos, y no el agronegocio que produce comodities, hoy los agricultores familiares están totalmente desasistidos. Quitar el empleo de las personas que están en el campo produciendo alimentos y expulsarlas a las ciudades no genera más riqueza. Al contrario, genera una masa de desempleados que tienen enormes dificultades para obtener renta y, consecuentemente, los problemas sociales aumentan exponencialmente. Este es otro camino equivocado que Brasil sigue actualmente.

En este sentido, ¿cómo se está desarrollando la defensa de los derechos de las trabajadoras rurales? ¿Cuáles son las estrategias del sindicato CTB en lo que se refiere a la lucha por la tierra?
Desde su nacimiento la CTB reúne un número significativo de trabajadores rurales y no tenemos duda de que fortalecer este sector es muy importante para el desarrollo de Brasil, sea para garantizar la seguridad alimentaria del país, sea para garantizar la renta. En los últimos años, no hay que negarlo, estamos encontrando grandes dificultades en este sentido, tanto los trabajadores como los sindicatos, porque cuando hay un gobierno que es negacionista y que rechaza valores que son básicos para la construcción de la soberanía de un país, la única opción que se presenta es intentar cambiar este gobierno. No vamos a conseguir avanzar en la cuestión de la reforma agraria, de la permanencia de hombres y mujeres en el campo y de la valorización de la agricultura familiar con un gobierno como el que tenemos hoy con Bolsonaro. Simplemente, no es compatible.

A tan solo varias semanas de las elecciones presidenciales en Brasil (previstas para el 2 de octubre), ¿cuáles son los principales objetivos de la CTB en el nuevo escenario que puede abrirse?
Entendemos que el esfuerzo que hay que hacer es, en primer lugar, concienciar el trabajador de que tiene que votar en función del interés del trabajador, es decir, por quien valoriza el trabajo. El segundo punto es que haya entre los trabajadores la disposición y una actitud proactiva para  participar en la lucha política, porque desde hace algunos años vivimos un intenso descrédito de la política. Y cuando las masas empiezan a creer en ello, que todos los políticos son iguales y que gane quien gane ellos siempre estarán igual de mal, se apartan y esto es muy preocupante para todos los que estamos comprometidos con una idea de progreso. Al fin y al cabo, la política fue inventada para evitar la sangre, los conflictos, la mortalidad y no se debe poner en duda que la disputa política sirve para asegurar el poder y el redireccionamiento de los recursos.