Mariona Borrull

El Festival de Venecia, más reivindicativo y feminista que nunca

‘All the Beauty and the Bloodshed’ es el primer documental en hacerse con el León de Oro desde que la competición se abrió a la no ficción, en 2013. Las otras grandes ganadoras han sido ‘The Banshees of Inisherin’, de Martin McDonagh, y ‘Saint Omer’, de Alice Diop. 

Laura Poitras, con el León de Oro.
Laura Poitras, con el León de Oro. (Tiziana FABI | AFP)

En 2020 fue Chloé Zhao por ‘Nomadland’, el año pasado Audrey Diwan por ‘El acontecimiento’. Hoy Laura Poitras ha recogido el León de Oro por ‘All the Beauty and the Bloodshed’, un retrato íntimo y radicalmente político de la artista underground Nan Goldin. Parecería que tres Leonas de Oro serían motivo suficiente para asegurarnos un futuro más diverso e igualitario, pero la tranquilidad es solo aparente. Hace unos meses Cannes coronaba el cinismo desmesurado de Ruben Östlund en ‘El triángulo de la tristeza’, una película altiva y tóxica a niveles extremos (diría, de una masculinidad empecinada y aberrante). En Venecia se ha premiado a una propuesta que no solo está hecha por mujeres, sino que se construye con la sensibilidad y la duda por estandartes. Actuar de contrapeso a un Cannes «de listillos», ya sea de forma voluntaria o no, se vive como un gesto valiente, importante en tiempos de tambaleo cinematográfico y político.

‘All the Beauty and the Bloodshed’ es el quinto documental de Laura Poitras (‘Citizenfour’). Se trata de un perfil sincero y aguerrido acerca de la vida y la obra de Nan Goldin, una de las fotógrafas más importantes del siglo XX. Goldin, que empezó su trayectoria retratando las vidas liberadas pero marginales de la comunidad LGTBI del Nueva York de la era Reagan, relata aquello que la movió y aún la mueve en forma de confesiones íntimas, que montan el archivo familiar con parte de su obra. A la miseria le corresponde una lucha infatigable: Goldin, víctima de la adicción a la Oxicontina, ha movilizado decenas de performances públicas que, desde el arte, reclaman la responsabilidad de la familia Sackler, gran mecenas de instituciones. La película es, en definitiva, un canto al poder del arte como respuesta real y efectiva contra la injusticia.

Más allá de Poitras, Luca Guadagnino recibía un merecido galardón a Mejor Director por el romance caníbal ‘Bones and All’. La sorpresa era relativa: su único contrincante real, Alejandro G. Iñárritu, había sido duramente criticado por su ególatra y desaforada ‘Bardo’.

Guadagnino ha dedicado la victoria a Mohammad Rasoulof y Jafar Panahi, directores encarcelados por el gobierno iraní por sus posturas políticas. Jafar Panahi también ha sido recordado con el Premio Especial del Jurado por ‘No Bears’, una excelente película acerca de nuestra responsabilidad para con las imágenes que tomamos. Otra poderosa dupla iba para ‘Saint Omer’, Gran Premio del Jurado y Mejor Ópera Prima… A este último le pondremos reticencias: Alice Diop había dirigido ya tres documentales (bastante reconocidos en círculos festivaleros) y una serie de televisión.

El resto de trofeos se han repartido entre vencedores evidentes y empates extraordinarios. Era natural, para empezar, el galardón a Mejor Actriz Joven a Taylor Russell, la verdadera protagonista de ‘Bones and All’ más alla del brillo de Timothée Chalamet.

También lo era premiar al Mejor Guion a Martin McDonagh por ‘The Banshees of Inisherin’, un litigio entre amigos cuyos diálogos azotaron con fuerza nuestra inteligencia emocional. La otra gran virtud de la película, el músculo interpretativo, ha sido reconocido a medias: ha sido la Copa Volpi al Mejor Actor ha sido solo para uno de sus dos protagonistas, Colin Farrell.

La Copa Volpi a la Mejor Actriz, naturalmente, ha recaído en Cate Blanchett, por su monstruosa hambre en ‘Tár’; la otra aspirante al premio era Ana de Armas (la fantástica Marilyn Monroe de ‘Blonde’), para quien prevemos una segunda oportunidad en la gala de los Oscar. Si algo augura la Sección Oficial del Festival de Venecia es una larga temporada de premios por delante.

Si algo augura la Sección Oficial del Festival de Venecia es una larga temporada de premios por delante.