Iñaki Zaratiegi

Arqueología y modernidad del tebeo vasco en Lizarra

La nueva edición del navarro Salón del Cómic se celebra durante este mes en un excelente momento creativo del género. Las jornadas se abren al arte secuencial japonés, homenajean a diferentes autores con varias muestras y proponen en Lizarra un recorrido por la historia del tebeo vasco.

El cómic vasco arrancó con dos biblias hacia 1197, de Ferrando Petri de Funes, encargo de Sancho el Fuerte.
El cómic vasco arrancó con dos biblias hacia 1197, de Ferrando Petri de Funes, encargo de Sancho el Fuerte. (NAIZ)

El noveno arte cuenta con entusiastas como los vizcainos Kike ‘Infame’ Martínez Intxausti y Mikel Begoña Garaizar, autores, teóricos y organizadores del cómic vasco. Mikel analiza el tebeo en euskara desde su blog Komikeri, fuente de referencia junto a Komikipedia, y realizó el festival bilbaíno Parrapean.

Ambos son responsables de la exposición ‘Azalak’, que el 13 Salón del Cómic de Navarra organiza en la Casa de Cultura Fray Diego de Estella, de Lizarra, hasta el día 28. Una continuación y ampliación de ‘Komikia: Euskal komikia 1975-2017 El cómic vasco’, que montaron con la Diputación de Bizkaia.

En conversación telefónica explican el «desconocimiento a la aportación del cómic a la historia de la cultura global. El tebeo en euskara, a pesar de los obstáculos, tiene una trayectoria centenaria de rico y variado patrimonio que queremos rescatar, poner en contexto y divulgar».

La muestra de 42 paneles se complementa con ‘joyas’ de diferentes épocas en vitrinas. Existe una zona de lectura y buscan dinamizar y adaptar la iniciativa a un público joven con juegos y actividades como una especie de bingo con personajes de las portadas expuestas.

Pioneros

Kike y Mikel explican en ‘Azalak’ las dos biblias de Iruñea, hacia 1197, dibujadas por Ferrando Petri de Funes por encargo del rey Sancho el Fuerte, y consideran que «el cómic vasco arranca con ese libro, uno de los mejores ejemplos de narración secuencial medieval en el que el texto es secundario y se integra en las ilustraciones».

La exposición destaca después como pionero al guipuzcoano Iraola con ‘El thun thun’, editado en 1894. Se ha considerado su ‘Baserritarra’ como la primera tira cómica. La también tira Teles eta Niko, aparecida desde 1916 en ‘Euzko Deya’, utilizó por primera vez globos, onomatopeyas y líneas cinéticas.

El primer cómic euskaldun del siglo XX nació mayoritariamente en publicaciones religiosas y dirigido a un público infantil. Las revistas ‘Txistu’ o ‘Poxpolin’ existieron antes de la guerra de 1936. Mikel Begoña apunta que en la posguerra «la censura hizo casi imposible la existencia de tebeos en euskara, pero desde mediados de los 50 aparecen publicaciones que desafían las leyes franquistas».

Surgían de nuevo en ámbitos religiosos y con temática infantil: ‘Umeen Deia’ de 1959, ‘Pan-pin’ en 1960 en ‘Zeruko Argia’, ‘Pottolo’ en Ipar Euskal Herria o en 1966 ‘Kili Kili’ en la revista ‘Anaitasuna’.

Modernidades

En los 70-80 surgió el nuevo tebeo con protagonistas como Eguillor, autor de una treintena de obras. La editoria Erein editó ‘Ipurbeltz’, cantera de dibujantes. ‘Zeruko Argia’ se estableció en Donostia como ‘Argia’ y agrupó a autores renovadores en ‘Gomikia Bi’, ‘Ehun kilo’, ‘Alde!’, o ‘Hormasprayko’, de Antton Olariaga. En colaboración con la editorial Ttarttalo (que publicó obra internacional como ‘Little Nemo’) salió la revista ‘TXT komikia’.

El organismo del Gobierno de Gasteiz HABE editó la serie de revistas ‘Habeko Mik’ y este Salón 2022 presenta la recopilación ‘Non gogoa…’, temática montañera de Pedro Osés y Javier Mina. El guionista Gregorio Muro ‘Harriet’ exportó series como ‘Justin Hiriart’, con Fructuoso al dibujo. El mundo editorial abrazó la temática tebeística, con Erein, Hordago (que impulsó el periódico satírico ‘Euskadi Sioux’) o Lur con la serie Gabain.

Donostia cuenta con el céntrico espacio Komikigunea (con el archivo del fallecido especialista Luis Gasca, del que se acaba de abrir una exposición en Okendo Kultur Etxea) y la sala Komikiteka en la biblioteca de Koldo Mitxelena Kulturgunea.

Los fanzines ‘El Huerto’ (1977) y ‘Hamelín’ fueron semilla del cómic navarro y la editorial Pamiela publicó álbumes pioneros como ‘Los apaches de París’, homenajeado en el Salón navarro del año pasado A orillas del Arga surgió el gamberro ‘TMEO’, emigrado a Gasteiz en 1987, que ha protagonizado el cómic irreverente y editado 46 álbumes. Este Salón 2022 homenajea uno de ellos: ‘Secuestro en las Bardenas’.

‘Napartheid’ fue fanzine de referencia con sus series ‘Gato-bazka’, ‘Stock Armairu’ o la mini colección ‘Marrazkiri94’, con una docena de autores ipartarras. TT Komikia se creó en el euskaltegi Arturo Campion y adaptó tres novelas de ese escritor.

Los naipes de la gasteiztarra Heraclio Fournier son desde final del siglo XIX las ilustraciones más populares. La cultura tebeística explotó en la capital de Celedón en los 80 y los recopilatorios ‘Los felices 85’ y ‘15 alavez’ fueron muestra de su auge. Existió también el infantil ‘Gasteiztxo’. El fallecido Ernesto Santaolaya acumuló casi 50 títulos en su editorial Ikusager. En Legutio funciona la editorial Saure, con catálogo bilingüe infantil.

Los 2000 de par en par

La exposición de Lizarra actualiza la cosecha del tebeo, que ha pasado de 6 libros al año a casi 40, y se ha institucionalizado con becas del Gobierno de Gasteiz para la edición y premios en el área de Ilustración de Obra literaria.

‘Azalak’ destaca como referentes el nacimiento de la editorial Astiberri o la publicación ‘Xabiroi’ (que ha editado en paralelo 15 álbumes y de la que esta edición del Salón expone el personaje Arranotxu, del navarro Patxi Huarte). La más reciente Farmazia Beltza, que ha traducido al italiano Zerocalcare y publicado ‘Natasha’ (sobre el acoso en redes sociales) y otros títulos, sería una muestra del actual momento comiquero euskaldun.

Kike y Mikel destacan el dinamismo de la historieta con el ejemplo de ‘Black Is Beltza’, de Fermin Muguruza, publicado como cómic y metamorfoseado en película de animación, disco, exposiciones y un libro sobre su making off.

El 23 de este mes se estrena en el Zinemaldia donostiarra la segunda parte fílmica, ‘Black Is Beltza II. Ainhoa’, cuya banda sonora está a la venta en en NAIZ. Hay otros espacios en la muestra de Lizarra como ‘Buyan’, con influencias manga, o la biografía del luchador anarquista Lucio Urtubia, ‘Gerezi garaia’. El último panel lo ocupa ‘Mier’, del iruindarra Agustín Ferrer, «un artistazo con futuro que domina el dibujo y la narración».

Comiqueras

Los responsables de ‘Azalak’ señalan que «si la presencia de la mujer en el cómic ha sido minoritaria, van organizándose, conquistando su espacio, están influenciando al tebeo con tendencias de la ilustración y se abren a dibujar sobre problemas y reivindicaciones sociales o individuales»

Esas lógicas se ven en los dos trabajos del colectivo Tupust!, ‘Todas nosotras’/‘Emakume guztiok’ (mujeres encarceladas en El Salvador por ejercer su derecho al aborto), el retrato social ‘¡Tierra, trágame!’, con vegetales como protagonistas; ‘Joana Maiz’, sobre reivindicaciones de la mujer, o ‘Luminiszenteak’, claves de la opresión femenina. Iosune Urrutia ha publicado cómics sobre su experiencia con el cáncer y participado en álbumes internacionales sobre el sufragio femenino o los efectos del coronavirus. En la muestra está también ‘Habiak’, en acuarela y de Maite Gurrutxaga, que la muestra destaca como representativo de la nueva hornada de tebeo femenino euskaldun.

Kike y Mikel subrayan el papel de las nuevas pequeñas editoriales vascas o el interés en publicar en euskara, como la sección infantil de Astiberri. Señalan la edición del primer manga didáctico en euskara por una editorial catalana y avistan un activo otoño con el Salón de Getxo, mucha obra anunciada o las nuevas jornadas HernaniKomik.